Y, tal y como asegura Vicente Padilla, la empresa norteamericana Virgin Galactic, se encuentra muy cerca de hacer realidad los vuelos suborbitales, aunque, según explica, "destinados al turismo espacial, es decir, para experimentar gravedad cero, ver el espacio y volver". "En mi opinión, el transporte de pasajeros en estos aviones será una realidad, pero habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo XXI", afirma. El último modelo de Virgin Galactic, el VSS Unity, está diseñado para ser transportado por otro vehículo (denominado White Knight Two) hasta 14 kilómetros de altura. Al llegar a ese punto, se separan y pone sus cohetes a la máxima potencia para llegar a 100 kilómetros de altura. Su predecesor, el VSS Enterprise, se estrelló durante un vuelo de prueba en 2014 y uno de los pilotos falleció. Por ello, el proceso ha ido más lento de lo esperado. A finales de este año esperan realizar ensayos y, para 2018 o 2019, empezar con los trayectos comerciales. Menos de dos años para mirar por la ventanilla del avión y divisar la curvatura de la Tierra.