12 fotosUn pueblo vietnamita entre humo de aluminioEl material es uno de los metales más usados para la fábrica de recipientes y objetos en Dai Bai, un elemento de riesgo cancerígenoAndrés GutiérrezVietnam - 04 ago 2017 - 07:34CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceKien vierte sales en el horno de fundido. Su empresa es familiar aunque su mujer y él contratan a vecinos para aumentar el rendimiento del negocio. Se dedican a la fabricación y venta de tuercas y tornillos para maquinaria.ANDRÉS GUTIÉRREZEn las calles, los vecinos van y vienen en bicicletas o motociclos, como es común en el país. Se combinan el repique de mazas y martillos sobre carbón o metal y el humo de las factorías hasta crear un ambiente singular.ANDRÉS GUTIÉRREZUn grupo de trabajadores de la empresa de Kien dan forma a las tuercas y tornillos que su jefe vende a industrias de maquinaria. Trabajan en la planta baja de la casa donde se encuentra el horno, los moldes, los tornos y un par de ventiladores para disipar el humo. Los trabajadores son vecinos del poblado y afirman que su necesidad es mucho mayor que su preocupación por la polución o las posibles enfermedades.ANDRÉS GUTIÉRREZUna pareja descarga restos de aluminio para proceder a su fundido y así convertirlo de nuevo en placas para vender a los fabricantes de ollas y cacerolas. La escena es más que común en el poblado de Dai Bai puesto que se trata de la base de su economía.ANDRÉS GUTIÉRREZThi Dua y su compañera aprovechan un momento de lluvia intensa para descansar de su tarea que consiste en romper piedras de carbón durante unas 10 horas al día. Sus descansos se reducen a la hora de la comida y a momentos como este, en los que la lluvia no les permite trabajar.ANDRÉS GUTIÉRREZNguyen Van Thai vierte el aluminio fundido en unos moldes con la ayuda de un cucharón. En unos cinco minutos, las placas de metal se habrán solidificado. Entonces Van Thai las colocará en el suelo para enfriarlas al aire y luego apilarlas en un rincón del taller.ANDRÉS GUTIÉRREZNguyen Thi Que, Nguyen Thi Dua y Ngo Thi Thuy recorren las calles bajo la lluvia tirando de una carreta llena de piedras de carbón para abastecer a las factorías del poblado de Dai Bai.ANDRÉS GUTIÉRREZLos golpes más estridentes vienen siempre de los salones en los que trabajan quienes dan forma a las cacerolas y barreños de aluminio. Una vez consiguen su forma redondeada los adornan con golpecitos dejando un patrón en el fondo y en los laterales de cada recipiente.ANDRÉS GUTIÉRREZHabitantes de pueblos cercanos a Dai Bai recogen peces de una pequeña laguna de la que se ha extraído el agua. Los vecinos aseguran que cerca de Dai Bai las aguas están contaminadas y que la raíz de las enfermedades es más el agua que el aire. Y, aunque no hay estudios que aseguren tal afirmación, varias vecinas de Quang Bo afirman cocinar con agua de lluvia porque no confían en la salubridad de la que llega al grifo.ANDRÉS GUTIÉRREZUna mujer talla con esmero los detalles del dibujo de un macetero decorado fabricado en un local vecino. Desde las calles se aprecia la tradición del metal del pueblo, pues en casi todas las casas se trabaja a puertas abiertas y quien no funde, limpia o talla metales.ANDRÉS GUTIÉRREZHay una importante actividad de venta de esculturas de metal macizas esculpidas por artesanos de Dai Bai. Se esculpen muchos bustos o estatuas de Ho Chi Minh, el que fuera el presidente de Vietnam del Norte, pues casi todas las familias guardan la imagen del líder en sus casas.ANDRÉS GUTIÉRREZNguyen Van Sinh, de 50 años se encuentra en la fase terminal de un cáncer de lengua. Ha pasado un año desde que le detectaron la enfermedad y su mujer Hoang Thi Lien se encarga de cuidarlo pues no se pueden permitir pagar su ingreso en un hospital. Trabajaron juntos durante 30 años en el fundido y procesado de distintos metales y sus cuatro hijos se dedican a lo mismo en la actualidad. Aunque el trabajo pueda haber influido en la enfermedad de su marido, no hay más futuro en Dai Bai que el metal, según Hoang Thi Lien.ANDRÉS GUTIÉRREZ