_
_
_
_

Doble divorcio en el imperio de las bodas

Alberto Palatchi, propietario de la empresa Pronovias, se separó de su mujer después de 30 años de matrimonio y acaba de vender la empresa familiar para iniciar una nueva vida

Irina Shayk, en el centro, en el desfile de Pronovias, durante el Barcelona Bridal Fashion Week, en abril del 2016.
Irina Shayk, en el centro, en el desfile de Pronovias, durante el Barcelona Bridal Fashion Week, en abril del 2016.Joan Valls (Cordon Press)
Maite Nieto

Quienes conocen bien a Alberto Palatchi, propietario de Pronovias, le han oído repetir hasta la saciedad dos cosas que para él eran incontestables: “Nunca me voy a divorciar y nunca voy a vender el negocio”. Está claro que la vida tiene sus propios planes. Porque quien consiguió convertir un modesto negocio de telas en el quinto grupo mundial del sector nupcial —45 tiendas propias, 3.800 puntos de venta en 90 países y 150,78 millones de euros de facturación en 2014— se divorció en 2016 de Susana Gallardo, su esposa durante 30 años, y acaba de anunciar la venta de Pronovias a BC Partners, un fondo de capital riesgo con sede en Londres que ha pagado 550 millones de euros por el 100% de la empresa.

Más información
El fundador de Pronovias vende el grupo a un fondo por 550 millones
Novias con etiqueta española

Lo más socorrido es pensar que la separación ha pesado en esta decisión, pero a veces los argumentos simples superan a los complejos. Alberto Palatchi tiene 68 años, se ha separado de su esposa de toda la vida, el dinero no representa un problema para él, ninguno de sus tres hijos despunta como posible heredero de su imperio y tiene una nueva novia, Mónica Gómez-Cuétara, 18 años más joven, que vive a caballo entre Madrid, Miami y México. Agítese todo en una coctelera y el resultado es que ha optado por dedicarse a vivir en lugar de estar entregado a la empresa. Porque, según cuentan sus colaboradores, “no concibe la gestión si no está presente en el día a día”. Ahora separemos los ingredientes de la mezcla para comprender mejor el combinado.

Divorcio de Susana Gallardo. La decisión, según allegados al entorno familiar, fue de ella. La pareja no estaba atada por intereses económicos ya que Gallardo pertenece a la familia propietaria de la farmacéutica Almirall, valorada en más de 2.000 millones, es consejera de Abertis, de La Caixa, está vinculada a unas 20 sociedades y tiene su propia inversora patrimonial. Pero cuando el amor se acaba, o llega la certeza de la infidelidad, las decisiones se precipitan. El matrimonio estaba casado en régimen de separación de bienes como ocurre por defecto en Cataluña.

Alberto Palatchi y su exmujer, Susana Gallardo, en la boda de Joan Fainé y Beatriz Salas en 2011.
Alberto Palatchi y su exmujer, Susana Gallardo, en la boda de Joan Fainé y Beatriz Salas en 2011.GTresOnline

En contra de lo que se ha contado en alguna ocasión Susana Gallardo no participaba ni en la propiedad ni en la gestión de Pronovias. Poseía una única acción que le daba derecho legal a ser administradora subsidiaria para garantizar que en caso de enfermedad o fallecimiento de su exmarido ella pudiera tomar decisiones en la gestión de la empresa, de la que Alberto Palatchi ha sido único accionista. Por tanto, en el momento de la separación solo ha habido que decidir el destino de algunos bienes comunes: la casa de Puigcerdà en La Cerdanya y el piso de la calle Iradier en Barcelona para él; la mansión de Menorca y un nuevo piso en la capital catalana para ella. Fleco aquí o allá, el acuerdo fue tranquilo y amistoso. Incluido que estaba claro que Galma, el velero del exclusivo astillero Wally bautizado con un acrónimo de los nombres de los tres hijos de la expareja (Gabriela, Alberto y Marta), continuaría en manos del empresario. Lo que no se sabe es si el barco que salió de los talleres del armador Luca Bassani abandonará sus cuarteles de invierno en el puerto de Palma de Mallorca para volver a alimentar la pasión marinera de su propietario surcando las aguas de la isla de Menorca como hacía cada verano.

Un imperio sin herederos.  Palatchi tenía claro que aunque Pronovias era una empresa familiar, él apostaba por una compañía profesionalizada. Preparaba a sus hijos para ser buenos accionistas y buenos propietarios, pero no aspiraba a que fueran ejecutivos. Gabriela, educada en internados suizos desde los 13 años, estudió Marketing empresarial en la Babson College de Boston y Diseño de moda en la Parson School de Nueva York; pero se enamoró de Ediz Elhadef, un empresario turco con fama de playboy, se casó y se trasladó a Turquía para vivir su amor y recorrer el mundo. Alberto estudió Derecho, está vinculado a Pronovias como jefe de ventas en Nueva York y se ha implicado en política de la mano de Xavier García Albiol, el líder del PP catalán. Marta se licenció en Administración y Dirección de Empresas por ESADE en Barcelona y tras unas prácticas en la empresa familiar trabajó en Puig y ahora, en L’Oreal. La ilusión de que alguno de ellos terminaría por enamorarse de Pronovias se ha ido desinflando y con ella el interés del padre por mantenerla en sus manos.

Nueva relación sentimental. Alberto Palatchi ha durado poco en el mercado de los solteros cotizados. Poco después de su separación se hizo pública su relación con Mónica Gómez-Cuétara, de 50 años, nieta del cofundador de galletas Cuétara e hija del creador de la compañía Risi. Ella fundó en 2002 la empresa de imagen personal y de marca Image GC; fue una de las pioneras en España del personal shopping y da clases en escuelas de negocios que le hacen pasar largas temporadas en México DF, Bogotá y Miami, donde reside de forma habitual. También tiene con el empresario catalán otro interés común: el diseño. Trabajó como diseñadora durante varios años para Carrefour y fue copropietaria de la marca de zapatos Chivi.

Inauguración de la tienda de Pronovias de la calle Velázquez de Madrid en marzo de 2016.
Inauguración de la tienda de Pronovias de la calle Velázquez de Madrid en marzo de 2016.Kike Para

Futuro sin ataduras. Sumados todos estos factores, la decisión de vender su querida compañía y empezar a disfrutar de su abultado patrimonio empieza a no sonar tan rara. Especialmente si se tiene en cuenta que Pronovias no ha sido un negocio tan boyante como en los últimos años y que a Palatchi le resulta difícil gestionar depender de equipos con los que no se encuentra especialmente a gusto. De hecho, su penúltimo director general, Manuel Ehrensperger, duró un año y cuatro meses en el cargo y su último fichaje para el cargo, Andrés Tejero, es un buen amigo que actúa más como consejero que como responsable ejecutivo, según afirman fuentes conocedoras de la empresa.

En cualquier caso, todavía queda un tiempo razonable para que el empresario se adapte a su nueva vida, ya que el acuerdo de venta de Pronovias prevé que continúe como presidente hasta que se oficialice la compra y también que recomprará un 10% de las acciones de la compañía, lo que le asegura un puesto en su Consejo de Administración. Quienes han trabajado con él ya hacen apuestas sobre cuánto tiempo tardará en nombrar un representante para no tener que sufrir que otros tomen las decisiones por él en la que hasta ahora ha sido su empresa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Maite Nieto
Redactora que cubre información en la sección de Sociedad. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local de Madrid, subjefa en 'El País Semanal' y en la sección de Gente y Estilo donde formó parte del equipo de columnistas. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_