5 fotosEl Rincón del Lector: “Guardiola comete un grave error”Los lectores de EL PAÍS escriben sobre las palabras de Pep Guardiola en un acto independentista en Barcelona 12 jun 2017 - 19:34CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCon Guardiola se cumple ese refrán tan español de: “éramos pocos, y parió la abuela”. Si los ultranacionalistas catalanes ya tenían a un excantautor venido a menos, y a alguna contertulia del corazón, les faltaba un exfutbolista para el puzle surrealista de tratar de seguir vendiendo el victimismo inventado y el insulto al resto de España. El mismo jugador que se hizo famoso defendiendo la camiseta de la selección española -y que con eso potenció su caché futuro de cara al exterior- agradece los servicios prestados y el dinero recaudado con dicha labor, difamando al Estado de derecho. Regateando el balón no era especialmente un crack, pero mintiendo y falseando, parece que puede tener un poco más de futuro. Pobre Guardiola: con lo que ha viajado por el mundo, para terminar convertido en un minúsculo ultranacionalista radical en sus insultos a España.David García (Madrid) Foto: Robert Marquardt (Getty Images)Guardiola manifestó que la única respuesta posible es votar, asegurando que los catalanes son víctimas de una persecución política por parte de las instituciones españolas, a las que acusó de destruir la sanidad y la escuela catalanas, y maltratarlos con menos inversiones en infraestructuras de la que le corresponden. Sin embargo en su discurso no dice qué es lo que ofrece usted a cambio a sus paisanos. ¿Por qué si España es un Estado autoritario no se negó a jugar con la selección española de futbol en su día? ¡Ah claro, la pela es la pela! y ahí da igual que venga del Estado que venga. De paso le recuerdo, que todos los españoles y el Estado español al que usted tilda de autoritario nos volcamos y nos sentimos orgullosos cuando su Comunidad fue designada como sede de los Juegos Olímpicos en el año 1992.Honorino García (Madrid) Foto: Albert Garcia (EL PAÍS)Pep Guardiola alentó el referéndum de índole independentista en Cataluña, leyendo un manifiesto en el acto "Referèndum és democràcia". Guardiola está en su libre derecho de apoyar lo crea conveniente para su tierra, si bien ni una sola palabra a cerca de la legalidad de tal consulta. Pero cómo encajar su discurso en el hecho de que hasta 2001 -no hace una eternidad- el que fuese destacado centrocampista del FC Barcelona jugase en 47 ocasiones con la Selección Española de Fútbol, más con el equipo olímpico español que ganó la medalla de oro en las Olimpiadas de Barcelona.Francisco Soriano (Cáceres) Foto: Albert Garcia (EL PAÍS)Pep Guardiola solicitaba en un acto soberanista ayuda internacional para que defendiesen a los que piensan como él de los abusos del estado autoritario español. Quizás, como él vive desde hace unos años fuera de Cataluña y además goza de una situación económicamente privilegiada, tiene una percepción equivocada de lo que se vive hoy en esta comunidad. Allí existe un desgobierno, un empeoramiento de la calidad de la educación y de la sanidad, manipulación de medios de comunicación, corrupción en el partido históricamente más nacionalista y un incremento de la desigualdad social. Pero los que gobiernan Cataluña en una simbiosis ideológica nunca vista han despreciado la acción de gobernar para la ciudadanía y han decidido seguir una deriva en la que abandonan a su suerte a gran parte de la sociedad, incumplen todas las leyes del estado de derecho, rompen unilateralmente con el marco político establecido y eso sí, se rodean de proclamas patrióticas y banderas conduciendo a toda la sociedad a una confrontación extremadamente peligrosa.José Herrera (Málaga) Foto: Albert Garcia (EL PAÍS)Creo que el Sr. Guardiola comete un grave error. Artur Mas y el resto de políticos inhabilitados no lo han sido por poner las urnas, sino por desobedecer una sentencia del Tribunal Constitucional. Le pondré un ejemplo: en EE UU, una democracia no fallida y no autoritaria, un juez -no el TC- ha suspendido una orden que restringe los derechos migratorios dictada por el presidente Trump, y este no la ha desobedecido. Para finalizar, una cosa es la libertad de expresión y otra muy distinta la libertad de actuación política. La primera la poseen todos los ciudadanos, en cambio los políticos están limitados por la legalidad vigente.F. Javier Yanes (Barcelona) Foto: Marta Pérez (EFE)