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Ocho libros de esta semana

Verna B. Carleton, Edith Pearlman, Gabi Martínez y Marta Sanz entre los autores destacados

  • Dicen los editores de esta gran novela que bien podría ser un relato perteneciente a Somerset Maugham o a Graham Greene. Cierto, tiene ese poderío narrativo, esa capacidad de construir una buena historia, ese magnetismo y empatía de ambos maestros, pero es una novela de Verna B. Carleton; quiero decir que es una novela con una personalidad definida, de una solvencia moral y una sensibilidad como pocas veces una autora es capaz de reunir en torno a una historia admirablemente concebida y admirablemente expuesta. Basándose en un viaje a Alemania que la autora hizo con su íntima amiga la gran fotógrafa Gisèle Freund, Verna B. Carleton tuvo ocasión de conocer el ambiente alemán tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial y el comienzo del llamado “milagro alemán”. Estamos, pues, en los años cincuenta. La narradora, una periodista norteamericana, se encuentra a bordo de un viejo barco italiano que navega por el Caribe recogiendo pasajeros para Southampton y Génova. Allí conoce a un matrimonio inglés que regresa a su país, Nora y Eric Devon. Desembarcados en Inglaterra, decide acompañarlos en un viaje a Berlín. Por JOSÉ MARÍA GUELBENZU
    1El drama de los dos exilios Dicen los editores de esta gran novela que bien podría ser un relato perteneciente a Somerset Maugham o a Graham Greene. Cierto, tiene ese poderío narrativo, esa capacidad de construir una buena historia, ese magnetismo y empatía de ambos maestros, pero es una novela de Verna B. Carleton; quiero decir que es una novela con una personalidad definida, de una solvencia moral y una sensibilidad como pocas veces una autora es capaz de reunir en torno a una historia admirablemente concebida y admirablemente expuesta. Basándose en un viaje a Alemania que la autora hizo con su íntima amiga la gran fotógrafa Gisèle Freund, Verna B. Carleton tuvo ocasión de conocer el ambiente alemán tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial y el comienzo del llamado “milagro alemán”. Estamos, pues, en los años cincuenta. La narradora, una periodista norteamericana, se encuentra a bordo de un viejo barco italiano que navega por el Caribe recogiendo pasajeros para Southampton y Génova. Allí conoce a un matrimonio inglés que regresa a su país, Nora y Eric Devon. Desembarcados en Inglaterra, decide acompañarlos en un viaje a Berlín. Por JOSÉ MARÍA GUELBENZU PERIFÉRICA & ERRATA NATURAE Ir a noticia
  • Cuando llegué al edificio del alto gótico victoriano que la gente acostumbra a llamar castillo, pero que en realidad es un hospital, deambulé por sus pasillos, habitaciones y quirófanos y, una vez allí, supe de un hombre introvertido y con vestuario limitado que trabaja de anestesista. Se llama Zeph y ha entablado una relación de amistad (aunque está enamorado) con una paciente. Les cuento algo de él: cuando ella duda si empezar o no un nuevo tratamiento de quimio, le pregunta: “¿Qué harías tú si fueras yo?, y Zeph responde: “¿Si fuera tú? Me casaría conmigo”. Zeph acostumbra a fumar en un bosquecillo que hay cerca del hospital, y Joe y Acelle, dos adolescentes que pertenecen a la comunidad filipina, suelen frecuentarlo. Victoria, la mujer de la tienda de regalos del hospital, es amable y le gusta conversar. Todos ellos y alguno más, como el guarda de seguridad, el señor Bahande, protagonizan ‘Castillo IV’, uno de los 20 relatos que se encuentran en el estupendo libro 'Miel del desierto', de Edith Pearlman (Rhode Island, 1937). Pearlman ha sido traducida por primera vez al castellano y es autora merecedora de premios, Binocular Vision obtuvo el National Book Critics Circle, y 'Miel del desierto' fue finalista del National Book Award en 2015. Por MARÍA JOSÉ OBIOL
    2La captura del detalle Cuando llegué al edificio del alto gótico victoriano que la gente acostumbra a llamar castillo, pero que en realidad es un hospital, deambulé por sus pasillos, habitaciones y quirófanos y, una vez allí, supe de un hombre introvertido y con vestuario limitado que trabaja de anestesista. Se llama Zeph y ha entablado una relación de amistad (aunque está enamorado) con una paciente. Les cuento algo de él: cuando ella duda si empezar o no un nuevo tratamiento de quimio, le pregunta: “¿Qué harías tú si fueras yo?, y Zeph responde: “¿Si fuera tú? Me casaría conmigo”. Zeph acostumbra a fumar en un bosquecillo que hay cerca del hospital, y Joe y Acelle, dos adolescentes que pertenecen a la comunidad filipina, suelen frecuentarlo. Victoria, la mujer de la tienda de regalos del hospital, es amable y le gusta conversar. Todos ellos y alguno más, como el guarda de seguridad, el señor Bahande, protagonizan ‘Castillo IV’, uno de los 20 relatos que se encuentran en el estupendo libro 'Miel del desierto', de Edith Pearlman (Rhode Island, 1937). Pearlman ha sido traducida por primera vez al castellano y es autora merecedora de premios, Binocular Vision obtuvo el National Book Critics Circle, y 'Miel del desierto' fue finalista del National Book Award en 2015. Por MARÍA JOSÉ OBIOL AdN Ir a noticia
  • El Flaco Ribeyro se hizo gigante con el género más tonto y pequeño de todos, la nota de diario escéptica e irónica, desencantada e ilusionada a la vez. Los siguió escribiendo hasta el final de su vida en 1994, aunque las viudas y los viudos no nos dejen saber lo que hay ahí. Es una pena, pero es una pena menor porque la grandeza de 'La tentación del fracaso' no necesita más páginas. Incluso es muy verosímil lo que su viuda oficial dice en este libro: que son peores y menos interesantes que los publicados. Igual tiene razón, pero lo que es seguro es que tiene sentido. El librito que cuenta esto es una delicia: ameno, gustoso, cómplice y amistoso con el talante doble de Julio Ramón Ribeyro. Ni fue el ser sólo apocado y tímido que todos imaginamos, ni todo se acaba en la esclavitud conyugal ante una mujer con ínfulas (que le resuelve la vida económica, de paso), ni tan solo se acaba Ribeyro cuando parece que todo se acaba, con la gravísima operación a la que fue sometido en 1973 para dejarlo desahuciado como temieron los amigos más inmediatos y leales (Bryce) y los menos inmediatos y más reticentes (Vargas Llosa). Su bonhomía pacífica y su vitalidad mate están en este libro como lo están en sus buenos cuentos, y algunos excepcionales, aunque ni él ni nadie se cansase de repetir que seguramente donde fue grande de verdad el Flaco fue en la nimiedad de un diario que llevó con la disciplina adictiva con la que fumaba o la entregada obediencia al silencio que practicó casi siempre. Por JORDI GRACIA
    3El flaco gigante El Flaco Ribeyro se hizo gigante con el género más tonto y pequeño de todos, la nota de diario escéptica e irónica, desencantada e ilusionada a la vez. Los siguió escribiendo hasta el final de su vida en 1994, aunque las viudas y los viudos no nos dejen saber lo que hay ahí. Es una pena, pero es una pena menor porque la grandeza de 'La tentación del fracaso' no necesita más páginas. Incluso es muy verosímil lo que su viuda oficial dice en este libro: que son peores y menos interesantes que los publicados. Igual tiene razón, pero lo que es seguro es que tiene sentido. El librito que cuenta esto es una delicia: ameno, gustoso, cómplice y amistoso con el talante doble de Julio Ramón Ribeyro. Ni fue el ser sólo apocado y tímido que todos imaginamos, ni todo se acaba en la esclavitud conyugal ante una mujer con ínfulas (que le resuelve la vida económica, de paso), ni tan solo se acaba Ribeyro cuando parece que todo se acaba, con la gravísima operación a la que fue sometido en 1973 para dejarlo desahuciado como temieron los amigos más inmediatos y leales (Bryce) y los menos inmediatos y más reticentes (Vargas Llosa). Su bonhomía pacífica y su vitalidad mate están en este libro como lo están en sus buenos cuentos, y algunos excepcionales, aunque ni él ni nadie se cansase de repetir que seguramente donde fue grande de verdad el Flaco fue en la nimiedad de un diario que llevó con la disciplina adictiva con la que fumaba o la entregada obediencia al silencio que practicó casi siempre. Por JORDI GRACIA UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES Ir a noticia
  • Leo de un tirón el último libro de Gabi Martínez, 'Las defensas', presentado como novela entiendo que para evitarse problemas legales, pero también para subrayar el mestizaje del texto (“secreto de chef”) firmado por un autor entregado desde siempre a la literatura de no ficción. La historia que se cuenta es la del neurólogo Domingo Escudero, pero quien la ha hecho suya hasta el tuétano es Gabi Martínez. El libro me recuerda, en su aspiración a desvelar, a dos manos, la compleja interioridad de un hombre íntimamente enraizado a su profesión, al escrito por Andre Agassi en colaboración con J. R. Moehringer ('Open', 2010, Duomo), una obra maestra. En 'Las defensas', el énfasis autorial queda del lado de quien vino a dar forma a la historia, mientras el protagonista es un tal Camilo Escobedo, nombre de paja bajo el cual se disfraza la verdadera historia de Domingo Escudero, el científico que enfermó de lo mismo que estaba estudiando, la autoinmunidad, contribuyendo al conocimiento de una nueva enfermedad, la encefalitis NMDA, cuyos trastornos son parecidos a los del brote psicótico o la bipolaridad. Pero el tratamiento es muy distinto. Resumiendo mucho, la encefalitis se cura con cortisona, los brotes esquizos con neurolépticos. Nada que ver. Por ANNA CABALLÉ
    4Ansiedad, modo de empleo Leo de un tirón el último libro de Gabi Martínez, 'Las defensas', presentado como novela entiendo que para evitarse problemas legales, pero también para subrayar el mestizaje del texto (“secreto de chef”) firmado por un autor entregado desde siempre a la literatura de no ficción. La historia que se cuenta es la del neurólogo Domingo Escudero, pero quien la ha hecho suya hasta el tuétano es Gabi Martínez. El libro me recuerda, en su aspiración a desvelar, a dos manos, la compleja interioridad de un hombre íntimamente enraizado a su profesión, al escrito por Andre Agassi en colaboración con J. R. Moehringer ('Open', 2010, Duomo), una obra maestra. En 'Las defensas', el énfasis autorial queda del lado de quien vino a dar forma a la historia, mientras el protagonista es un tal Camilo Escobedo, nombre de paja bajo el cual se disfraza la verdadera historia de Domingo Escudero, el científico que enfermó de lo mismo que estaba estudiando, la autoinmunidad, contribuyendo al conocimiento de una nueva enfermedad, la encefalitis NMDA, cuyos trastornos son parecidos a los del brote psicótico o la bipolaridad. Pero el tratamiento es muy distinto. Resumiendo mucho, la encefalitis se cura con cortisona, los brotes esquizos con neurolépticos. Nada que ver. Por ANNA CABALLÉ SEIX BARRAL Ir a noticia
  • Dos títulos de Alejandro Simón Partal coinciden por estas fechas en la mesa revuelta de las novedades: el libro de poemas 'La fuerza viva', Premio “Arcipreste de Hita”, y el ensayo 'A cuerpo gentil', consagrado a la obra de Juan Antonio González Iglesias. Como afirma el autor en la “Nota final” de 'La fuerza viva', “estos poemas me arreglaron algunos días que parecían sin arreglo, y me ayudaron a mantener la ilusión por algo en un sitio [Boulogne sur Mer, en los alrededores de Calais] donde casi no es ético hablar de ilusión”. A partir de estas coordenadas, la voz lírica transita desde la intemperie individual (la rutina en una ciudad extranjera, la desgarradora agonía del padre, los encuentros eróticos de una noche) hasta el naufragio colectivo (la oleada migratoria de los refugiados, varados ante las puertas de la vieja Europa). De esa crisis personal y social solo es posible escapar mediante una lección de hedonismo ascético: “volver acompañado a casa,  y compartir estos tomates  con un poco de aceite,  y amanecer así con alguien  que no se arrepienta de nada”. Entre el ruido ensordecedor del presente y un pasado repleto de silencios incómodos, Simón Partal se pregunta sobre el sentido de los vínculos familiares y decide luchar a brazo partido contra el dolor, porque “vivir es a veces no poder demostrarlo”. Sin soslayar sus influencias tutelares, pero con suficiente singularidad, 'La fuerza viva' es un hermoso canto a la resiliencia y un contundente elogio de la dorada medianía. Por LUIS BAGUÉ QUÍLEZ
    5La fuerza del cuerpo Dos títulos de Alejandro Simón Partal coinciden por estas fechas en la mesa revuelta de las novedades: el libro de poemas 'La fuerza viva', Premio “Arcipreste de Hita”, y el ensayo 'A cuerpo gentil', consagrado a la obra de Juan Antonio González Iglesias. Como afirma el autor en la “Nota final” de 'La fuerza viva', “estos poemas me arreglaron algunos días que parecían sin arreglo, y me ayudaron a mantener la ilusión por algo en un sitio [Boulogne sur Mer, en los alrededores de Calais] donde casi no es ético hablar de ilusión”. A partir de estas coordenadas, la voz lírica transita desde la intemperie individual (la rutina en una ciudad extranjera, la desgarradora agonía del padre, los encuentros eróticos de una noche) hasta el naufragio colectivo (la oleada migratoria de los refugiados, varados ante las puertas de la vieja Europa). De esa crisis personal y social solo es posible escapar mediante una lección de hedonismo ascético: “volver acompañado a casa, / y compartir estos tomates / con un poco de aceite, / y amanecer así con alguien / que no se arrepienta de nada”. Entre el ruido ensordecedor del presente y un pasado repleto de silencios incómodos, Simón Partal se pregunta sobre el sentido de los vínculos familiares y decide luchar a brazo partido contra el dolor, porque “vivir es a veces no poder demostrarlo”. Sin soslayar sus influencias tutelares, pero con suficiente singularidad, 'La fuerza viva' es un hermoso canto a la resiliencia y un contundente elogio de la dorada medianía. Por LUIS BAGUÉ QUÍLEZ PRE-TEXTOS / VISOR Ir a noticia
  • 'Clavícula', de Marta Sanz, trata del dolor y sus ramificaciones. Arranca con la percepción de un dolor físico, tan mínimo e impreciso como imperioso, que exige una exploración médica y requiere también de una indagación personal, pues de repente ese dolor ocupa el lugar central de la vida de una mujer próxima a la menopausia. Una mujer que es también esposa, hija, amiga, trabajadora y escritora. Sobre todo escritora, dado que es esta tarea la que ocupa y vertebra su día a día, según reflejan estas páginas. Y, por añadidura, una escritora muy apreciada ya por miles de lectores, que parece haber cumplido su sueño. Sentir un dolor y referir ese dolor son los dos ejes en torno a los que gira 'Clavícula'. Sentirlo físicamente en el propio cuerpo: los síntomas, su progresión y mutación con el paso de los días, las sensaciones que desata. Y también percibirlo fuera de él: en las miradas de los otros, en el afeamiento de la letra o en la economía familiar. Y desde luego, sentirlo anímicamente: los miedos que desata, la culpa inexplicable, e incluso una inflexión o posible víncu­lo ideológico. Por ANA RODRÍGUEZ FISCHER
    6En cuerpo y alma 'Clavícula', de Marta Sanz, trata del dolor y sus ramificaciones. Arranca con la percepción de un dolor físico, tan mínimo e impreciso como imperioso, que exige una exploración médica y requiere también de una indagación personal, pues de repente ese dolor ocupa el lugar central de la vida de una mujer próxima a la menopausia. Una mujer que es también esposa, hija, amiga, trabajadora y escritora. Sobre todo escritora, dado que es esta tarea la que ocupa y vertebra su día a día, según reflejan estas páginas. Y, por añadidura, una escritora muy apreciada ya por miles de lectores, que parece haber cumplido su sueño. Sentir un dolor y referir ese dolor son los dos ejes en torno a los que gira 'Clavícula'. Sentirlo físicamente en el propio cuerpo: los síntomas, su progresión y mutación con el paso de los días, las sensaciones que desata. Y también percibirlo fuera de él: en las miradas de los otros, en el afeamiento de la letra o en la economía familiar. Y desde luego, sentirlo anímicamente: los miedos que desata, la culpa inexplicable, e incluso una inflexión o posible víncu­lo ideológico. Por ANA RODRÍGUEZ FISCHER ANAGRAMA Ir a noticia
  • Con 'A cielo abierto' el escritor y periodista cultural Antonio Iturbe (Zaragoza, 1967) ha obtenido recientemente el Premio Biblioteca Breve de novela. El jurado destacó “la cuidada recreación de la figura de Antoine de Saint-Exupéry y el tratamiento de la épica de los primeros años de la aviación civil francesa en una novela de arriesgadas aventuras con un fiel trasfondo histórico”. Estas características, enumeradas con precisión por el jurado, dan la medida del producto literario que nos encontraremos. No se refieren a una arriesgada novela de aventuras, sino a una novela de aventuras arriesgadas, añadimos nosotros que con uso naturalizado (domesticado y exótico) de la reconstrucción histórica. No obstante, este juicio no explica por qué la novela de Iturbe no funciona tampoco como producto de aventuras. 'A cielo abierto' narra las vidas de dos figuras míticas del siglo XX, el creador de 'Vuelo nocturno' y el piloto Jean Mermoz, amigos y pioneros de la aviación, “poetas del aire”. Sigue sus aventuras tendentes al tópico (romances exóticos, mujeres fatales, militares autoritarios, nobles tribus bereberes) por Francia, Siria, Casablanca, Dakar, Brasil, Nueva York… Por CARLOS PARDO
    7Buenas personas, malos personajes Con 'A cielo abierto' el escritor y periodista cultural Antonio Iturbe (Zaragoza, 1967) ha obtenido recientemente el Premio Biblioteca Breve de novela. El jurado destacó “la cuidada recreación de la figura de Antoine de Saint-Exupéry y el tratamiento de la épica de los primeros años de la aviación civil francesa en una novela de arriesgadas aventuras con un fiel trasfondo histórico”. Estas características, enumeradas con precisión por el jurado, dan la medida del producto literario que nos encontraremos. No se refieren a una arriesgada novela de aventuras, sino a una novela de aventuras arriesgadas, añadimos nosotros que con uso naturalizado (domesticado y exótico) de la reconstrucción histórica. No obstante, este juicio no explica por qué la novela de Iturbe no funciona tampoco como producto de aventuras. 'A cielo abierto' narra las vidas de dos figuras míticas del siglo XX, el creador de 'Vuelo nocturno' y el piloto Jean Mermoz, amigos y pioneros de la aviación, “poetas del aire”. Sigue sus aventuras tendentes al tópico (romances exóticos, mujeres fatales, militares autoritarios, nobles tribus bereberes) por Francia, Siria, Casablanca, Dakar, Brasil, Nueva York… Por CARLOS PARDO SEIX BARRAL Ir a noticia