Este es el hombre que guarda tus recuerdos en VHS

Era una noche como otra cualquiera. Ni hacía un frío paralizante, ni sobre las ventanas del salón martilleaba una letanía melancólica de lluvia. Era una noche como otra cualquiera, es decir, una noche mediocre, y en las noches mediocres uno se refugia en sus series, sus películas o sus libros. Yo estoy suscrito a Netflix y la semana pasada empecé el mes de prueba en HBO, pero aquella noche mediocre, aquella noche anodina y rutinaria y meh, no se vio amenizada por el streaming de ninguna ficción sofisticada, sino que me pasé horas navegando en remembervhs, un canal de, bueno, sí, eso: grabaciones de VHS antiguas.

No recuerdo cómo llegué hasta ahí. Probablemente buscara algo en Google y la sección de vídeos me abriera la puerta a Dailymotion, esa especie de hermano tonto (o Hacendado mutante) de YouTube que nadie sabe exactamente por qué sigue vivo. En cuanto me adentré en la cuenta acabé atrapado como Dale Cooper en la Logia Negra. El tiempo empezaba a derretirse mientras yo permanecía absorto en aquella recopilación de cintas de nuestros noventas y dos miles televisivos. Había de todo: Negro sobre blanco, Crónicas Marcianas, anuncios de Mimosín, Impacto Total... Todavía no me explico qué puede tener de fascinante un vídeo de 5 minutos de publicidad del año 2000, pero ahí estaba yo, babeando y reconociendo milagrosamente las melodías e incluso los diálogos de aquellos anuncios. De repente surgía la pregunta inevitable: ¿quién ha recopilado todo esto? Y lo más inquietante, ¿por qué?

Me pongo a investigar. El responsable se llama Juan Manuel, tiene 28 años y es de Los Palacios y Villafranca, Sevilla. Se lo pregunto. Le pregunto por qué. “De pequeño era insomne y siempre me quedaba hasta las tantas viendo la tele. Teníamos una radiola de finales de los 80, de los primeros con teletexto, y también un Sanyo. Veía de todo: emisiones al uso, dibujos y hasta la carta de ajuste. De lo que no disponía era de un reproductor VHS. En casa había uno, pero mi familia lo guardaba celosamente por las noches. Entre que no conocía el uso de los reproductores ni nadie grababa cintas por mí, cuando llegué a los 15 años, decidí desquitarme grabando por mi cuenta cuando tuve uno a mano. Hace 10 años, empecé a rebuscar entre grabaciones ocasionales de mis familiares, y hace 4 empecé a buscar por Internet dónde podía adquirir más. Así he ido formando mi colección.”

El mimo con el que habla de su obsesión inspira a veces sensaciones clowesianas. La historia de rememberVHS irradia una especie de lirismo geek. Para su creador, no se trata solo de recopilar imágenes, sino del contexto que te inspire revisitarlas. “Puedes recrearte y decir, ‘ostras esto lo vi yo en la tele cuando tenía X años y estaba haciendo tal cosa o en tal sitio’. Casi como viajar en el tiempo. Entonces ves cómo era la situación y el contexto de aquella época, y valoras si la viviste mejor o peor que ahora; si es algo bueno, algo malo, algo que te marcara….” Juan Manuel se define en su cuenta de Twitter como poeta a ratos libres. Le pregunto si, por ridículo que parezca, es posible encontrar algo de poesía en un anuncio de la teletienda de 2005, porque yo, que me he pasado horas en su canal, he empezado a creer que sí. “El que me conoce sabe que veo más poesía en una cortinilla de la tele o en la carta de ajuste que en la propia teletienda, que suele ser más como una 'novelita' de humor”.

Su obra es una catedral nostálgica cuya edificación no está exenta de método. Dice que para confeccionarla se dedicaba a grabar de todo, incluso cortinillas y publicidades. “Básicamente, lo hacía para tener un recuerdo pasados unos años, porque estaba claro que esos programas o identidades iban a ser muy difíciles de recuperar posteriormente.” No le falta razón: el catálogo vintage de Telecinco o Antena 3 resulta escasísimo en las páginas oficiales de las dos cadenas. Si queremos hacer un ejercicio de arqueología televisiva y revisar programas antiguos del Telecupón o Confianza Ciega, tenemos que confiar en la profesionalidad colectora de filántropos como Juan Manuel, que habiendo grabado el material en su momento, lo digitalizan al cabo de varios años para compartirlo con nosotros en webs como la citada Dailymotion.

Spot promocional de rememberVHS, editado por el propio Juan Manuel

Esa es otra. ¿Por qué Dailymotion y no Youtube? La respuesta está en los derechos. A efectos de colgar material protegido, Youtube es como el exterior del Pentágono, permanentemente sobrevolado por helicópteros que arrojan escrutadora luz con focos policiales, mientras que Dailymotion es más como el sótano polvoriento de un veterinario al que acudes para extraerte una bala sin llamar la atención. Por este motivo, Juan Manuel ha tenido que enfrentarse a batallas quijotescas para mantener a flote su proyecto. “Podría decir que gran parte de mi canal principal está copado por reclamaciones de Mediaset, y muchas veces me han rechazado los vídeos de forma manual al poco tiempo de ser publicados. Y ojito si reclamas contra Mediaset en Youtube porque te cae una sanción de bloqueo de vídeos largos durante unos meses o incluso te cierran la cuenta, como me pasó en 2009”. Él se esfuerza en recordar que no saca un duro de esta empresa: “Los vídeos no se monetizan por decisión personal. El espíritu es compartir recuerdos audiovisuales.”

No puedo evitar percibir algo mágico en su historia, en su entusiasmo, en su dedicación. Se mete en esto intentando desquitarse de la ausencia infantil de un reproductor VHS y acaba confeccionando un crisol caótico pero enternecedor de píldoras nostálgicas capaces de despertar en nuestra memoria recuerdos que llevaban años hibernando. “Cuando de niño iba a la costa, sobre todo a Cádiz y Chipiona, me ponía a buscar las cadenas locales para analizarlas. Ver todo eso 15 años después por youtube abrió en mí una ventana de recuerdos.” Todo su canal de Dailymotion es una búsqueda incesante por recuperar esa sensación y abrir esa misma ventana en las cabezas de nosotros, sus espectadores.

Porque aún no lo sabes, pero tu cerebro conserva la melodía de aquel spot de Renault de 1998. Y a lo mejor hasta eres capaz de terminar la letra de ese otro anuncio de Zumosol. Y quién sabe, puede que cuando vieras ese matinal de Telecinco a tus 18 años, lo hicieras con alguien a quien ni siquiera recordabas echar de menos (pero ahora sabes que sí, lo haces). La nostalgia puede ser tóxica, vale, pero de vez en cuando necesitamos también pequeños guardianes como Juan Manuel, cuya heroicidad anónima no es muy diferente de la de esos venerables ancianos que regentan librerías de segunda mano. Él promete seguir en activo: “Sigo grabando y recopilando archivos, pero no tanto programas como entradas a informativos, anuncios, promociones… Sobre todo si forman parte del universo de la televisión local, ya que el abismo siempre ha sido muy marcado con el de la tele generalista.” Seguiremos de cerca su trabajo.