Denzel Washington tiene muchos talentos. Ser gracioso no es uno de ellos. A Whitney Houston también se le daba regular. Pero este frustrado intento de clásico navideño pone todas las fichas en el fieltro de la combinación de dos estrellas colosales. Literalmente, porque la mitad de su presupuesto se fue en esos dos cheques. El público salía aturullado de esta película: ¿para qué pones a estos dos portentos de la naturaleza juntos si no van a enrollarse? Él era un ángel, y ella estaba casada. Así que su perfumada tensión sexual no resuelta, palpable en cada escena que compartían, quedaba rematada con una sensación de estafa. Cuando estamos resfriados, nos gusta abrazar este cine sensiblón y previsible, así que lo menos que puede darnos a cambio es un besito al final. No te lo perdonaremos nunca, Denzel, jamás.GettyDenzel rechazó el papel de Brad Pitt en 'Seven' (David Fincher, 1995) porque le asqueó su violencia, y hoy se sigue arrepintiendo. Pero debería lamentar aún más haberse hecho su propia copia de 'Seven' a medida. 'Fallen' es un 'thriller' que parece escrito durante un curso de guion, tan artificial y efectista que deja un poso nulo en el espectador. Si 'Seven' fuese aguardiente a palo seco, 'Fallen' es leche con galletitas. Y la culpa es sólo de Washington, que exigió reescrituras del guion para mantener su imagen de héroe para toda la familia. Y cuando al final la cosa se pone interesante, la película se acaba. Un traspiés que podemos perdonarle porque en seguida se recuperó, volviendo a encarnar a hombres incómodos y subversivos.GettyWashington firmó para este proyecto antes de decidir qué papel interpretaría. Ni siquiera existía el guión todavía. Su presencia en el reparto fue lo que convenció al productor para invertir 100 millones en la película. Pasados los 60, Washington ostenta un poder para levantar películas enteras sobre sus hombros como pocas otras estrellas. Por ahí también andaban Ethan Hawke, Chris Pratt, una clon de Jennifer Lawrence y otros cuatro tipos cuya única utilidad es cubrir cuotas raciales. "Anda qué bien, tenemos a un mexicano", exclama Pratt en un momento dado sin vergüenza alguna. Entre tanta gente guapa, el director olvidó barnizar este 'western' con autenticidad, y huele demasiado a recién pintado. Más que un homenaje a las películas del oeste, parece una visita guiada por el Far West de Port Aventura. Por no hablar de lo bonitos que tienen todos los dientes.Ambientada en 1999 y, por tanto, condenada a caducar a toda mecha, esta es una de las delirantes distopías sobre el peligro de la tecnología que tanto nos gustaban en los 90. Esta en concreto no le gustó a demasiada gente. Un policía se somete a un letal tratamiento de realidad virtual para dar caza a un asesino en serie. Sabemos que son hombres opuestos porque Denzel va en chándal y Russell Crowe viste trajes de alta gama. Los efectos visuales de esta película lucieron revolucionarios durante aproximadamente dos semanas. Se trata quizá de la única película en la que se nota que Washington no tiene ni idea de lo que está sucediendo. Nunca volvería a cometer ese error.
