11 fotosPor qué 1967 es el mejor año de la historia del rockHace 50 años la música vivió una revolución de cuyos resultados disfrutaremos toda la vidaICON04 mar 2017 - 07:49CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace¡Psicodélicos perdidos! La popularización del LSD hizo estallar una nueva conciencia mental y artística que caló especialmente entre los estudiantes californianos y los de las escuelas de arte británicas. Un nuevo modo de entender la vida que empapó los movimientos sociales, la contracultura, las artes plásticas y visuales, la moda... Y, por supuesto, la música: nacen el 'acid rock' californiano (Grateful Dead, Jefferson Airplane, The Doors…) y el folk/rock psicodélico británico de Pink Floyd, Traffic, Soft Machine… En 1967 el virus de la psicodelia se fue inoculando hasta convertirse en epidemia global. No solo en la música de los nuevos artistas, sino revitalizando la de los consagrados, que acabaron adoptándola sin problemas… aunque no siempre para bien.GettyLa idea le vino a Alan Pariser entre porro y porro, mientras disfrutaba del otro gran festival de esta ciudad del norte de California (el de jazz, celebrado allí desde 1958) ¿Por qué no montar aquí mismo un evento enorme para los miles de fans del pop? Dicho y hecho: pidió ayuda a Bill Graham (dueño del Filmore West, manager de Jefferson Airplane), Benny Shapiro (representante de Peter, Paul & Mary o Miles Davis) o Derek Taylor (publicista de Beatles o Byrds). Entre el 16 y el 18 de junio de 1967 se celebró Monterey Pop, primero -según muchos, el mejor- de los grandes festivales de la era hippie. Unas 200.000 personas fliparon -con más tranquilidad y mucho menos barro que en Woodstock- de una impresionante alineación: Jimi Hendrix, The Who (en la foto), Simon & Garfunkel, The Byrds, Big Brother & The Holding Company (primera banda de Janis Joplin), Otis Redding, The Grateful Dead, Buffalo Springfield… Quién los pillara hoy.GettyLa revolución de la paz y el amor estalló en San Francisco cuando más de 100.000 hippies convergieron ese verano del 67 en la mítica esquina de las calles Haight y Ashbury, epicentro comunal (en la imagen). John Phillips, de The Mamas & The Papas, retrató como nadie el momento en la canción “San Francisco (Be sure to wear flowers in your hair)”, que acabó cantando su amigo Scott Mckenzie. Vendió seis millones de unidades y fue un himno para esa generación que pedía paz, amor y experiencias con sustancias.GettyGrupos tan dispares y cruciales como The Beatles, The Who, The Rolling Stones, The Kinks o Small Faces acabaron tiñendo su música de psicodelia. Los responsables se llamaron Soft Machine, Procol Harum, Cream, Traffic y, sobre todo, Pink Floyd. Encabezados entonces por Syd Barrett -segundo izquierda en la imagen: cantante, ideólogo y compositor principal-, en 1967 encapsularon en canciones como 'Arnold Layne' o 'See Emily play' el espíritu de los lisérgicos, improvisados y arrebatadores 'light shows' del mítico UFO Club londinense. Y cristalizaron en el gran tesoro de la psicodelia británica: “The piper at the gates of dawn', amalgama de rimas infantiles, excursiones al espacio y dadaísmo sonoro. Por desgracia, Barrett fue una de las víctimas de la psicodelia, quedándose atascado en sus viajes poco después del disco. Meses más tarde ya estaba fuera del grupo, que bajo el mando de Roger Waters emprendió un camino muy distinto.Getty¿Tienes… experiencia? Jimi Hendrix y su Experience -Noel Redding y Mitch Mitchell- nos miran entre desafiantes y divertidos desde la portada de “Are you experienced?”. Con su primer disco -editado en mayo del 67, tras los avisos de “Hey Joe” y “Purple haze”- un guitarrista negro y zurdo de Seattle, trasplantado en Londres, deslumbra, arrasa, revoluciona y espolea a la aristocracia de los tocones del blues-rock blanco británico (Eric Clapton, Jeff Beck, Jimmy Page…), asentando de paso las bases del perfecto héroe de la guitarra. Arrollador, provocativo, sexi e incendiario. En menos de cuatro años se convirtió en el guitarrista más importante de la historia del rock. Lo sigue siendo.En 1967 debutaron dos artistas legendarios que acabaron formando parte -junto al propio Hendrix- del macabro “Club de los 27”, al morir con esa edad, recién estrenada la década de los 70: Janis Joplin (en la imagen) y Jim Morrison. Iconos legendarios de los 60 cuya desaparición precipitó el fin de un sueño. Dos animales de escenario, capaces de entregarse con tanta vehemencia a la música como a la vida, quemaron rápidamente sus cartuchos. Pero dejaron para la posteridad una música irrepetible, cargada de poesía y energía, blues y soul. Janis editó en el 67 'Big Brother and the holding company'. Y Morrison y sus Doors publicaron no uno sino dos discazos: el debut homónimo -con 'Break on through', 'Light my fire' y 'The End'- y el más experimental y ácido 'Strange days'.GettyMuy pocos se enteraron, el 12 de marzo de 1967, de la publicación de un disco que deja muy corta la palabra seminal. Se dice que casi todos los que se compraron 'The Velvet Underground & Nico' acabaron montando su propia banda de rock. El debut del grupo de Lou Reed y John Cale es un desafío, el reverso oscuro del sueño hippie en las malas calles de la trastienda neoyorquina; suciedad, violencia y desesperanza escupidas en canciones sin compasión: 'Heroin', 'I’m waiting for the man' o 'Black angel death’s song'. El grupo venía apadrinado por el rey del arte pop, Andy Warhol, que pagó la grabación y diseñó esa mítica portada “del plátano”… e impuso a la cantante, compositora y modelo Nico, toda una figura trágica del rock. La influencia de la Velvet en todo lo que vino después es incalculable.Mientras Lou Reed y los suyos retrataban las cloacas neoyorquinas, muy cerca del epicentro hippie operaba una de las mentes más retorcidas y preclaras del rock: Frank Zappa, entonces al mando de sus primigenios Mothers of Invention. Su reino era el de los 'freaks', el 'underground' del desértico sur de California por el que pululaban personajes como Captain Beefheart. Su primer disco del 67, 'Absolutely free', repartía estopa por igual al poder establecido y al sueño hippie; entre el rock experimental, la clásica contemporánea y el pop vocal de los 50. También en 1967 llegó 'Lumpy gravy', 'collage' de voces y música concreta… y preludio de su parodia del 'Sgt. Pepper’s' del año siguiente: 'We’re only in it for the money'.GettyEl secreto mejor guardado del rock estadounidense se hallaba en los garajes de los suburbios. Cientos de grupos de jovenzuelos con ganas de comerse el mundo desde casa se inventaron el punk casi diez años antes distorsionando sus instrumentos y bañándolos en psicodelia, mitad por impericia y mitad por gusto. Muchos se convirtieron en grupos de un solo éxito saliendo del garaje entre finales de 1966 y 1967; bandas como The Electric Prunes, Count Five, The Seeds, The Thirteenth Floor Elevators, Chocolate Watch Band… Una fiebre garajera que se extendió como la pólvora al Reino Unido gracias a The Move (en la imagen), Tomorrow, The Action… y de ahí al resto del planeta.Getty1967 fue también un gran año para la música española. La dictadura nos alejaba de la era de Acuario y de la psicodelia -que acabarían llegando-, pero los "conjuntos" (como se llamaba a los grupos) estaban en su era dorada. Los Bravos, muy reciente su enorme éxito 'Black is black', triunfaban con la canción, el álbum y la película 'Los chicos con las chicas'. Los Brincos -a punto de empaparse de lisergia y rock progresivo- editaban la canción del verano español: 'Lola'. Juan y Junior, recién desgajados del grupo, triunfaban a dúo con 'La caza' o 'Nos falta fe'. Y con 'Todo negro', Los Salvajes castellanizaban un tema psicodélico de The Rolling Stones, 'Paint it black'.¿Cómo? ¿Aún no os hemos convencido del todo? Pues apuntad todas estas otras joyas discográficas de 1967: Jefferson Airplane sacaron dos discazos en 1967, y añadieron sendos éxitos lisérgicos como la copa de un pino: 'Somebody to love' y 'White rabbit'; debutaron Grateful Dead con su álbum homónimo; se editó 'Forever changes' (en la imagen), cumbre indiscutible de Love; o 'Something else by The Kinks', que incluye la inolvidable 'Waterloo sunset'; 'Buffalo Springfield Again', segundo disco del grupo de Neil Young y Stephen Stills; 'The Who sell out', de los Who; en 'Disraeli gears', de Cream; Bob Dylan se reinventó desde la raíz country con 'John Wesley Harding' y empezó a grabar las legendarias 'Basement Tapes' con The Band inventándose de paso el concepto de 'americana'; y Leonard Cohen editaba su debut: un 'Songs of Leonard Cohen' que incluía -ahí es nada- 'Suzanne' o 'So Long Marianne'… Sí, la lista es interminable...