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La batalla contra el altavoz del muecín de madrugada

Israel pretende reducir por ley el volumen de la llamada a la oración desde las mezquitas

Juan Carlos Sanz
Minarete de una mezquita de Jerusalén.
Minarete de una mezquita de Jerusalén.THOMAS COEX (AFP)

En la Ciudad Santa los frailes franciscanos y los popes ortodoxos echan al alba las campanas al vuelo; el final del ayuno en Ramadán se marca con un cañonazo, y se anuncia el inicio de shabbat judío con el ulular de las sirenas de alarma antibombardeo. Para preservar la calma, el Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha presentado un proyecto de ley que obligará a reducir el volumen de las llamadas a la oración de los almuédanos desde los altavoces de los alminares de las mezquitas.

Algunos de los 200.000 colonos judíos que viven en la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexionada por Israel tras la guerra de 1967, se quejan de que se despiertan sobresaltados a diario en torno a las cuatro de la madrugada por el estruendo de la primera llamada a la oración. Centenares de ellos se han manifestado en los últimos días con megáfonos antes del amanecer frente a la casa del alcalde, Nir Barkat, al grito de “¡Dios es el más grande!”.

El líder palestino, Mahmud Abbas, se ha apresurado a denunciar que Israel ha declarado una guerra religiosa para “borrar la identidad islámica de la ciudad”, y ha anticipado que llevará el caso ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

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No es la primera vez que partidos extremistas judíos promueven una legislación para poner en sordina a los muecines, pero esta vez Netanyahu les secunda. “Musulmanes, cristianos y judíos sufren por igual esta situación”, aseguró al dar su aval al proyecto.

La reducción del volumen nocturno de la megafonía religiosa también es cuestionada por los musulmanes con nacionalidad israelí, que representan cerca de un 20% de la población. El analista del Instituto para la Democracia Nasrin Haj-Yahya sostiene que la imposición es innecesaria: “Ya está en vigor una normativa sobre ruidos molestos”.

“No nos oponemos a la llamada a la oración del muecín”, destaca el ponente del proyecto, el diputado de Hogar Judío Motti Yogev. “Pero no hay ninguna justificación para despertar a la gente cuando existen aplicaciones para móviles que pueden convocar a los fieles”.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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