La moda es el nuevo terreno de juego para los futbolistas
Ibrahimovic hace la competencia a Cristiano Ronaldo y Beckham
Poner la cara no es suficiente. Las estrellas de fútbol no se conforman con ser imagen. Cada vez se animan a participar de una forma mucho más activa en su relación con el mundo de la moda. A Cristiano Ronaldo, que lleva tres años vendiendo calzoncillos —y ahora también camisas y zapatos— bajo su propia firma CR7 en colaboración con el diseñador Richard Chai, le ha salido competencia. A principios de verano el jugador Zlatan Ibrahimovic anunciaba el lanzamiento de A-Z, una línea de ropa deportiva.
El inicio de este idilio con el mundo de la moda suele empezar con colaboraciones con grandes marcas, ya sean firmas de ropa deportiva como Nike o Adidas, o casas de lujo como Dolce and Gabbana, Armani o Louis Vuitton. El poder de conversión de los futbolistas es altísimo y eso no pasa por alto en los departamentos de marketing que buscan la máxima exposición para levantar las ventas de sus perfumes, gafas y bolsos.
El pasado mes de junio la revista Forbes anunciaba que Cristiano Ronaldo subía al podio del deportista mejor pagado del mundo, y eso tenía que ver con sus operaciones y contratos más allá del terreno de juego. Con una audiencia de 215 millones de seguidores en Facebook, Ronaldo lanzó un total de 255 mensajes relacionados con la promoción de alguna marca a lo largo del último año con un beneficio de 176 millones de dólares (158 millones de euros) según Hookit, una firma que traza el valor de la esponsorización en los medios sociales y digitales.
Cuando el deportista tiene algo más de experiencia sobre la capacidad que su imagen tiene para generar ingresos, llega el momento de sacar la calculadora y plantearse si no valdría la pena tener un control más directo y menos intermediarios.
Ibrahimovic, libre de contratos que lo ataran, se lanzó a emprender su propio proyecto después de estar 15 años colaborando con marcas como Puma o Nike. Con A-Z, que destaca por imagen depurada y funcional, el jugador hace toda una declaración de intenciones: “Lo que estamos diciendo es que entrenar no va sobre la ropa; va sobre ti. Así que no te diremos que si vistes esta camiseta te convertirás en Hulk”, explicaba el jugador a Vogue. Con una paleta de colores muy reducida y un parecido razonable a la estética estilizada del Y-R de Adidas con Yohji Yamamoto, Ibrahimovic menciona también con admiración al diseñador Rick Owens, conocido por sus prendas de estética oscura y al que admira por ir a su rollo.
Aunque si hay algún jugador en el mundo que entienda de moda, ese es David Beckham. Retirado de la profesión desde hace tres años, continua con su colaboración con H&M. Lo que empezó con una línea de ropa interior, se ha ido ampliando a una colección de básicos a los que el jugador traslada su encanto y fotogenia.
A principios de año se anunciaba que Beckham dejaba su papel de director en la compañía de su mujer, Victoria Beckham, para concentrarse en su propia marca. No sería extraño que pronto, después de su entrenamiento con el gigante sueco, se lanzara a este selecto club de jugadores con marca propia.
El último en sumarse a esta aventura de fútbol ha sido Iker Casillas que en colaboración con El Corte Inglés ha lanzado una línea de calzoncillos. Parece que el mercado de fichajes de jugadores para la moda no ha hecho más que empezar.
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