10 fotosDiez libros en torno al deporteDe Conan Doyle a Foster Wallace, 10 imprescindibles del deporte ahora que comienzan los Juegos OlímpicosMercedes Cebrián05 ago 2016 - 13:31CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl creador de Sherlock Holmes aprendió a boxear en la Universidad de Edimburgo, donde estudiaba medicina. En aquella época, a finales del XIX, el boxeo era un deporte de caballeros que ya se practicaba con guantes gracias al establecimiento de las Reglas de Queensberry. Aquí encontramos cuatro de los relatos que Conan Doyle publicó por primera vez en 1922, en un volumen que incluía asimismo historias acerca del mundo militar y bélico. En el primero, “El amo de Crowley” (1899), un joven estudiante de medicina se somete a participar en peleas clandestinas. “El matón de Brocas” de (1921) es el cuento que cierra el libro y donde la clásica historia pugilística se combina con aspectos sobrenaturales.El novelista y escritor de relatos italiano Dino Buzzati también fue periodista en el Corriere della Sera, de ahí que la crónica sea otro de los géneros que trabajó a lo largo de su vida. En El Giro de Italia, Buzzati nos lleva a la trigesimosegunda edición, la de 1949, donde una Italia en plena posguerra recibe al pelotón y a las estrellas Fausto Coppi y Gino Bartali. Las montañas –los Alpes, los Dolomitas– son los enemigos de este ejército civil de ciclistas. "Debido a un cúmulo de circunstancias probablemente ligadas a los caprichos del destino y que ahora sería inútil lamentar, quien esto escribe, el enviado al Giro de Italia, no ha visto nunca una carrera de ciclismo en ruta": con esta captatio benevolentiae abre el texto Buzzati, cuya mirada es de verdad más panorámica que la de quien observa el avance del pelotón en una competición ciclista.He aquí el testimonio de una época a través de uno de los fenómenos con más potencial narrativo de la cultura popular: el boxeo. Paulino Uzcudun e Isidoro Gaztañaga fueron dos púgiles guipuzcoanos con todas las papeletas para convertirse en personajes de novela: Uzcudun era falangista y Gaztañaga republicano, y ambos fueron amigos y después acérrimos rivales, aunque nunca llegaron a enfrentarse en el ring. Las huellas de Uzcudun por Estados Unidos ya las había seguido Bernardo Atxaga en Los días de Nevada (2014), pero en Golpes de gracia, Iturralde lleva al lector a la España de los años 30, en la juventud de ambos, así como a Latinoamérica, donde terminó la vida de Gaztañaga.El título de esta nouvelle de Alan Sillitoe, incluida en una colección de relatos de igual nombre, ha trascendido hasta el punto de inspirar canciones a bandas tan dispares como Iron Maiden y Belle and Sebastian. Además, Tony Richardson, el realizador insignia de la nueva ola del cine británico, dirigió la versión fílmica del texto en 1962. Para Smith, el protagonista y narrador de esta historia, correr es una de las actividades más naturales de su vida: lo hizo en muchas ocasiones perseguido por la policía y lo sigue practicando dentro del reformatorio en el que se encuentra. Su soliloquio acompaña el entrenamiento diario cuya finalidad –¿ganar la carrera o simplemente avanzar?– es un enigma para el propio corredor.Este ensayo del cronista deportivo estadounidense McPhee narra un partido de tenis, con sus sets, sus bolas de juego y sus quejidos para darse impulso. ¿Y por qué precisamente ese partido? Porque enfrentó en 1968 a dos jugadores estadounidenses que servían de sinécdoque de todo el país: el afroamericano y demócrata Arthur Ashe y el republicano blanco Clark Grebner. McPhee no pasó esto por alto y tomó dicho partido como metáfora de los tiempos que corrían en su país, en plena lucha por los derechos civiles. Admirado por David Foster Wallace, McPhee es, él sí, el periodista deportivo más prestigioso de los Estados Unidos.Este texto, considerado una de las mitologías de Barthes pero en forma de guion para documental, nació gracias al intercambio artístico entre el escritor francés y el realizador y autor quebequense Hubert Aquin. La película intenta responder a la pregunta "¿Qué es un deporte nacional?" a través de cinco disciplinas deportivas tomadas como fenómeno social. Sí, las corridas de toros están incluidas entre ellas, además de las carreras de coches, el ciclismo, el fútbol y el hockey sobre hielo, pues no hay que olvidar que Aquin procedía de Canadá.Un humor corrosivo, un narrador en primera persona, bastante alcohol y una buena dosis de resentimiento crónico hacia los Estados Unidos son los principales ingredientes del texto de Exley, un "libro de recuerdos ficcional", tal como figura en el subtítulo del original en inglés. En el mundo opresivo en el que vive el protagonista, el fútbol americano es Dios, y el equipo de los Gigantes de Nueva York su profeta. Esta vez no estamos ante las vicisitudes de un deportista sino de un espectador profesional, cuya vida solo se sostiene gracias a los partidos de su deporte favorito.El episodio central de esta novela –considerada por The Times como "probablemente" la mejor obra de ficción sobre fútbol– es uno de los grandes dramas del fútbol británico, si bien resulta escasamente familiar para gran parte del público continental. En 1974, el polémico entrenador Brian Clough se puso al frente del club Leeds United, que la temporada anterior había ganado la Liga, pero sólo duró cuarenta y cuatro días en el cargo. En Maldito United, David Peace novela los entresijos de esta polémica a la vez que nos ofrece el retrato de ese hombre maldito, convirtiendo a Clough en un personaje épico.Uno de los herederos de McPhee fue David Foster Wallace, cuyo amor por el tenis aparecía ya en su novela La broma infinita, publicada inicialmente en 1996. En estos dos ensayos, uno de 1995 –Democracia y comercio en el Open de Estados Unidos– y otro de 2006 –Federer, en cuerpo y en lo otro–, el tenis se convierte en lo que reza el título con el que la editorial ha reunido ambos textos: una experiencia espiritual protagonizada por cuatro gurús de este deporte como son Federer, Nadal, Sampras y Philippousis.Los que fueron a EGB y también los que hicieron el PREU recordarán a la gimnasta Nadia Comaneci y sus dieces en las barras asimétricas. La escritora francesa Lola Lafon novela aquí a la Comaneci adulta, que le cuenta su infancia a una periodista de ficción, centrándose en los años en los que su cuerpo prepúber apareció en todas las pantallas catódicas del mundo. 1976 fue uno de ellos, en las olimpiadas de Montreal, pero más adelante, y hasta 1990, una Nadia ya adolescente siguió participando en competiciones deportivas de alto nivel. Lafon se sirve de la gimnasta de apenas 40 kilos de peso para profundizar en la gestión del cuerpo femenino por parte tanto de Occidente como de los países comunistas: ¿Fue una esclava del sistema o bien una privilegiada?