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Blogs / Gastro
Gastronotas de Capel
Por José Carlos Capel

Bueyes de Kobe y Matsusaka, entre el mito y la leyenda

José Carlos Capel

En ningún lugar de Japón los bueyes beben cerveza, se masajean con sake o escuchan música en las granjas. Siento desilusionar a muchos, pero esto es la realidad. Preguntamos a varios granjeros, hablamos con el presidente de la Denominación Matsusaka, Sr. Yoshinaga Koda y todos nos contestaron con evasivas o sonrisas. Durante los 11 días que he estado en Japón he visto centenares de animales estabulados y cebados con paja de arroz, soja, hierbas secas, maíz, e incluso huesos de aceitunas. De cerveza y masajes nada de nada. Salvo raras excepciones, los bueyes no salen al campo y se ceban en cautividad dentro de recintos con escasos metros cuadrados.

¿Pudieron ser ciertas años atrás estas viejas historias? Pocos lo dudan. Ahí anda en You Tube el excéntrico documental Mondo Cane en una de cuyas secuencias (minuto 24 de la grabación) se observa a bueyes japoneses alimentados con cerveza. Corría el año 1962. El posible origen de estas prácticas se pierde en el tiempo. Mi amigo Olivier Darenne pionero en la importación decarne de wagyu a Europaa través de su empresa(Nikishidori ) me proporcionó una buena teoría: “EnJapón antes de la Era Meiji no se comían animales con cuatro patas, la religión lo prohibía. Se utilizaban para el transporte y trabajo. Su carne no se empezó a consumir hasta el siglo XIX, entre 1865 y 1912. Cuando los bueyes se volvieron sedentarios comenzaron a padecer estrés y perdieron el apetito. Entre los granjeros surgió el hábito de enriquecer su dieta con cerveza y darles masajes para relajarlos y estimular su aparato digestivo. Semejantes prácticas están ya abandonadas.”

Esta sucinta entrada solo pretende acompañar una galería de fotos y dos vídeos, en uno interrogo a Olivier Darenne, y el otro describe una secuencia de la subasta oficial en kobe a la que asistimos. Vale la pena que reviséis ambos. Los descubrimientos que hice y los entresijos de las razas bovinas japonesas los publicaré con detalle en fecha próxima en @ElViajero_ElPaís.

El mundo del wagyu es mucho más complejo de lo que podría imaginarse. En japonés, el términowag(armonía) se identifica con Japón, ygyucon vacuno sin distinción de sexo. Wagyu equivale al bovino de Japón. Quiere decir que la expresión Wagyu, japanese beef comprende indistintamente machos castrados y vacas que no hayan sido madres. Los famosos bueyes de Matsusaka, por ejemplo, son en su totalidad hembras.

A su vez el tronco de los wagyu abarca varias razas ( Japanese black; japanese brown; japanese polled…) no todas negras como el Tosa Akaushi, que por el color rubio de su pelo recuerda a la rubia gallega. En el mismo Japón hay bovinos cruzados y razas importadas. Por razones genéticas – ya se sabe -- los auténticos wagyu acumulan una elevada infiltración grasa,marmoleado que a la vista confiere a sus cortes colores rosa pálido.

Durante el recorrido catamos una docena de carnes diferentes preparadas con distintas recetas, (crudas, en parrilla, teppayaki, sukiyaki) En general piezas de sabor escaso y texturas fundentes debido al bajo punto de fusión de sus grasas, golosinas que hay que tomar con moderación y que a mi me empalagan, con 100 gramos me basta.

Nos acompañaron al viaje tres japoneses expertos en el mundo de la carne, Yoshida san, Toshiro san y Marie, aparte del citado Darenne que nos guiaron por rutas apasionantes. El Japón rural que he descubierto esta vez, no guarda relación con la imagen híper tecnológica de sus ciudades.

Gracias a nuestros amigos disfruté entrevistando a pequeños granjeros apasionados con su trabajo que en explotaciones reducidas y cada uno a su manera luchan por mantener las peculiaridades de unos animales que cuidan y conocen como a sus hijos. Preservan un tesoro genético, fieles a las prácticas de sus antepasados. Algo de un valor incalculable. Sígueme entwitter en @JCCapel

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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