Revisamos las facetas que han hecho del candidato republicano una estrella mediática
Su empresa principal se llama Trump Organization, su residencia en Nueva York es la famosa Trump Tower, es dueño del Trump International Beach Resort en Florida y su avión privado, con su apellido bien visible, recibe el apodo de "Trump force one". ¿Quién necesita Linkedin? Donald, no.Puede que nadie represente mejor el capitalismo salvaje como Trump. Su visión del mundo de los negocios se extrapoló a 'The apprentice', el 'reality' en el que varios concursantes aspiraban a un puesto en su empresa. Cada episodio acababa con un participante eliminado por él, con un mensaje conciso: "Estás despedido".Lo de evitar mezclar negocios y placer no va con Donald. Por eso compró el certamen de Miss Universo, para después venderlo a la corporación IMG. Antes, se le acusó de elegir a algunas finalistas a dedo, y la cadena Univision rompió su relación con el concurso por sus comentarios sobre los inmigrantes mexicanos.Como con todo en su vida, Trump nunca ha sido discreto con sus conquistas. Su primer matrimonio, con Ivana Trump, fue célebre. Ahora va por su tercer enlace. También se le relacionó con la malograda 'playmate' Anna Nicole Smith (en la foto). Una frase resume su ideario sentimental: "Si Ivanka no fuese mi hija, puede que estuviese saliendo con ella".Como el rapero Jay Z, Trump no es un hombre de negocios; él es el negocio. Por eso tiene su propio muñeco oficial, así como 'merchandising' de todo tipo, desde pompones a fundas para enfriar la lata de cerveza. Todo con su lema de campaña: "Make America great again".Sus opiniones xenófobas, racistas y machistas le han convertido en el anti-icono perfecto. La artista siria Saint Hoax lo convirtió en muñeca hinchable y lo travistió para demostrar que no está tan lejos de Divine, el mito drag.Marcado por la muerte de su hermano mayor alcohólico, Trump asegura ser abstemio. Eso no le impidió lanzar su propio vodka en 2006. Su eslogan, "éxito destilado", no fue profetico: en 2011 se paralizó su producción.Trump no sería Trump sin esa extraña mata de color pajizo que corona su estampa. Mitad algodón de azucar caducado, mitad ameba cambiante, su pelo ha sido objeto de análisis, chismorreos (la biografía no autorizada 'Lost tycoon' habla de injertos) y, sobre todo, burlas. Se le ha comparado con gatos, ponis, llamas o panojas de maíz. Nada, en cualquier caso, explica uno los nuestros grandes enigmas de nuestro tiempo.Pero con amigos sí. Y, si no tienes ninguno cerca, también valen los admiradores. Hillary Clinton tiene a Lena Dunham y Bernie Sanders a Susan Sarandon; pero Donald cuenta con una impagable corte de celebrities que le rinden apoyo incondicional. Repasemos: Hulk Hogan, Kid Rock, Dennis Rodman, Stephen Baldwin, Tila Tequila, Mike Tyson o Charlie Sheen han hecho campaña por él. Sí, lo mejor de cada casa
