Una juez obliga al hijo de Madonna a volver a casa por Navidad
Rocco, uno de los hijos de la cantante y Guy Ritchie, quería permanecer en Londres junto a su padre
Es probable que Madonna no vaya a pasar sus mejores Navidades, ya que se encuentra metida de lleno en una batalla legal por la custodia de uno de sus cuatro hijos. La cantante ha tenido que acudir a los juzgados con tal de obligar a Rocco Ritchie, de 15 años, a pasar las fiestas en Estados Unidos. Rocco quería pasar la Navidad junto a su padre, Guy Ritchie, en Reino Unido, algo que finalmente no podrá ya que una juez de Nueva York le obliga a coger un avión camino de EE UU, según ha informado la prensa estadounidense.
La cantante, de 57 años, acudió ayer por la mañana a la Corte Suprema del Estado de Nueva York (Estados Unidos) para reclamar la vuelta de su hijo, a quien siempre se le ha visto muy unida a tenor de las imágenes que la diva del pop ha publicado en sus perfiles de las redes sociales. En los últimos meses, él ha acompañado a su madre en sus conciertos de su gira mundial Rebel Tour. El veredicto de la juez Deborah Kaplan fue favorable a Madonna, algo que la cantante escuchó en la sala. El director Guy Ritchie, hoy casado con la modelo Jacqui Ainsley, no estuvo durante la audiencia, fue su abogado, Eric Buckley, quien contó que Rocco “ha expresado claramente que no quiere volver a Nueva York”, algo que pareció molestar a la diva del pop, que tuvo que ser calmada por su abogada.
Ante la petición de Madonna, la juez le aseguró que su hijo volverá a su lado, y la instó a que hablaran antes de retomar la batalla legal por la que el adolescente tendrá que explicar con quién quiere vivir.. “¿Ha impedido [Ritchie] al niño volver a EE UU?”, preguntó la juez. “Efectivamente, sí”, respondió sin rodeos el abogado del realizador, de quien Madonna se separó en 2008 tras siete años de relación –durante los cuales también adoptaron a su hijo David Banda-. “Ordeno que el niño vuelva a Nueva York. Si quiere estar con su padre, debe volver con su madre”, dijo la juez, quien animó a Madonna a sonreír tras verla agitada durante la audiencia.
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