¿Un nuevo Rajoy?

Llevaba prácticamente toda la legislatura escondido o desaparecido —que no es exactamente lo mismo— y en estos días de elecciones es como si su otro yo desconocido le hubiera tomado el relevo al Rajoy monosilábico, al presidente de Gobierno consumidor de obviedades e incoherencias en su discurso. Ahora aparece subido en un banco de un parque público en cualquier pueblo o ciudad, haciendo de cocinitas en un programa de televisión o entre puestos de verduras en un mercado. Está en todos los sitios a la vez producto, claro está, del milagro de la televisión y de sus asesores de campaña. El cambio que ha pegado este hombre en unos pocos días es, cuando menos, desconcertante por inesperado. Si le va a servir de algo lo vamos a ver muy pronto, el 20 de diciembre.— José Ramón García Castaño.