Jorge Cremades, el rey de los vídeos de humor en Facebook
Con solo seis segundos es capaz de hacer reír a medio país. Ahora desvela en TENTACIONES quién se esconde detrás de sus desternillantes 'sketches'
Se abre una puerta de un piso del centro de Madrid y allí está él, riéndose, con esa risa contagiosa de felicidad que hemos visto tantas veces los últimos meses. Inmediatamente abraza con los nervios de quien todavía no es muy veterano sometiéndose a entrevistas y al mismo tiempo con el cariño del tipo cercano, ese colega que siempre abraza, al que nos tiene acostumbrados en sus vídeos.
“Tengo un lema: las ideas vienen con la felicidad, así que trata de ser feliz. Me lo apunté un día y bueno, lo uso para mí”. Ese es el análisis que hace Jorge Cremades del secreto de su éxito mientras empieza a descojonarse de nuevo. Pero parece que más allá de lo feliz que es, la clave está en la cercanía. La familiaridad de ese chaval que todos conocemos y que nos cae bien. Gusta a los más jóvenes porque tiene sólo 28 años y por tanto ese punto de inocencia y frescura, pero su barba y aspecto son los de un treintañero que también conquista a toda una generación de ‘viejóvenes’ con complejo de Peter Pan. Muestra orgulloso cómo en la última semana ha ganado nada menos que 250.000 nuevos seguidores en su página de Facebook, gracias a una recopilación de sus mejores Vines, formato del que se ha convertido en maestro y con el que este joven alicantino hoy domina las redes.
Lo siguiente que llama la atención es que al preguntarle por el camino que le ha llevado hasta aquí, parece que todo ha sido por casualidad. “Hace 4-5 años hacía vídeos para YouTube, pero empecé a estudiar y tenía menos tiempo así que empecé a hacerlos en Vine, luego un día decidí cuidarlos más, que tuvieran más calidad, pero no planeé nada, sólo quería tener más seguidores. Empecé a compartirlos en Instagram y Facebook, y así hasta hoy que te he conocido a ti”. Vuelve a reírse después de confesar que no se planteó en ningún momento que en estos tiempos la inmediatez es fundamental. Lo hizo para tener más followers. Hoy son un millón cuatrocientos mil, y subiendo. Pero el no estrujarse la cabeza y simplemente hacer las cosas que le nacen no quita que sí haya aplicado una visión comercial al asunto. “No me atrevo a hacer cosas tan absurdas como me gustaría, ajusto el humor a lo que sé que gustará a todo el mundo”.
A los pocos minutos parece que estás tomando algo con un colega de toda la vida. Le preguntas lo que te apetece y te responde a todo. “Esto hay que tomárselo como un trabajo. Soy actor y estudio arte dramático, pero este es mi trabajo. Hago vídeos de humor. Los pienso, anoto ideas en mi libreta, escribo el guión y planifico la grabación. Sólo así puedes vivir de esto. Aunque mira a Aless Gibaja, el cabroncete tiene más éxito que yo y sólo muestra su vida jajaja”. Con intención o de forma casual, el hecho es que Cremades ha conseguido un retrato generacional a través de sus vídeos, haciendo humor no de política o imitando a personajes famosos. Sin grandilocuencia, mostrando situaciones cotidianas que todos hemos vivido alguna vez pero de las que no solemos hablar por vergüenza o porque creemos que sólo nos pasan a nosotros. Quemarse la cara abriendo el horno para ver cómo va la pizza, o descubrir todo un bazar en nuestro sofá cuando buscamos el mando a distancia entre dos cojines. “No me planteo que esté haciendo eso, pero a veces la gente dice, mira, cómo en aquel vídeo de Jorge…” Él se quita importancia e insiste en que no está descubriendo nada, pero reconoce que muchos amigos le acusan de que sus novias no se fían de ellos por culpa de sus vídeos.
Porque aunque retrata detalles del día a día, a veces en lo más insignificante puede saltar la polémica. Sus vídeos han sido calificados de tener a veces un punto machista y homófobo, aunque Jorge se siente bendecido porque la mayoría de chicas y gais se los toman como lo que son, humor cercano al absurdo sin ninguna maldad. “Al final es la intención con la que se ven las cosas. Es evidente que estoy en contra de la violencia de género y a favor de los gais, de hecho salgo haciendo de gay en montones de vídeos y trabajo en un bar de ambiente que tiene mi tío los veranos poniendo música. Mostrar algo no es defender algo, ¡cuántos vídeos tengo en los que salgo con novia!… ¡Y no tengo novia! La putada de esto es que por culpa de tres o cuatro me alejo de lo que piensa la gente, de esa interacción con el público. Te afecta y te planteas incluso llegar a borrar el vídeo. Es una putada”. Sí chicas, Jorge no tiene novia. La mayoría de comentarios femeninos en sus vídeos son auténticas declaraciones de amor a este seductor que rompe con el estereotipo de que el simpático tiene que ser el feo. “Cuando era pequeño me decían que era muy guapo pero que la cagaba cuando hablaba. Espero haberle dado la vuelta a eso”.
Se queda pensativo, por primera vez se pone serio y tras respirar hondo responde. “Sí, los comentarios influyen. No los leo todos, y no hasta el punto de ponerme triste, pero influyen en muchas cosas. Haría más vídeos de gais pero me da miedo traspasar una línea que pueda ofender a alguien. No me atrevo a hablar de drogas tampoco, por ejemplo”. Todo empezó con un vídeo en el que Jorge era incapaz de doblar una tienda de campaña y aparecía una amiga para intentar ayudarle, y en plena lucha con la tienda, él empujaba a la chavala. “Me llegó a escribir una asociación contra la violencia de género. Es una putada”. A Jorge le da igual que el troleo sea algo que afecta a todo el mundo en Internet, a él le afectó e intento corregir su supuesto error. “Me rallé y lo borré. ¿Sabes lo que pasó cuando borré el vídeo? Nada. A nadie le importó. La gente critica, y luego pasa a otra cosa. Es así”. Ahora prefiere escuchar a sus seguidores para que le envíen ideas para vídeos, “aunque a veces son demasiado escatológicas o explícitas jajaja..”, e intenta renovarse para seguir creciendo. Ha dado cabida a personajes famosos como Dani Mateo y pretende incluir a sus fans en alguna de sus próximas creaciones. No es futbolero y lleva genial la fama. “A veces hay mucho borracho que se pone pesado, pero las tías… Eso es lo mejor que me ha pasado, te lo juro jajaja… No, de verdad, tengo que decir que no me he encontrado a nadie que me haya tratado mal, y eso me hace muy feliz. Estoy más estresado, pero sigo siendo el mismo y mi vida también”. Su sueño es el cine, le da miedo encasillarse como humorista y se sorprende y emociona cuando se le pregunta por la labor que hace el humor en tiempos convulsos y de crisis. “No me lo había planteado, aunque (de nuevo pecando de modesto) creo que siempre habrá gente que quiera reírse, y por tanto otra que quiera hacer reír”. La despedida no podía ser otra que otro fuerte abrazo, y un par de selfis de recuerdo, el segundo haciendo un poco el ganso. “Trátamelo bien, pide su representante”. No hacía falta. Es imposible tratar de otra forma a un tipo tan adorable.
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