“Mi carrera es insignificante comparada con lo que pasa en París”
La actriz Cate Blanchett recibe un reconocimiento en el MoMA de sus colegas de profesión por sus 20 años de trayectoria
El Museum of Modern Art de Nueva York rindió homenaje a Cate Blanchett en una cena benéfica el martes por la noche. La institución quiso reconocer el valor de la ganadora de dos Oscar, por Blue Jasmine y El aviador, “por innovar y asumir riesgos” a lo largo de sus más de 20 años de carrera, en los que no solo ha sido reconocida por la profesión y la crítica, sino también ha sido capaz de recoger gran éxito de taquilla, con películas como El señor de los anillos. “Un esfuerzo insignificante”, dijo la intérprete, “comparado con todo lo que está ocurriendo, los terribles eventos en París y Oriente Próximo, y los miles de refugiados que viajan atravesando fronteras, y sus situaciones y peligros se han vuelto incluso más precarios y difíciles”.
Tras quitarse importancia, Blanchett quiso hacer una precisión. "Quizá suene como una justificación, pero a veces se te presenta la oportunidad de trabajar en proyectos que quizá puedan durar y tener algo interesante e importante que decir, y el último año fue así para mí". La actriz se refería a Carol, el drama romántico entre dos mujeres que estrena esta semana en EE UU y por el que ya se habla de un posible tercer Oscar. Y hace poco también presentó La verdad, película en la que da vida a una periodista que vio truncada su carrera por un reportaje de investigación en el que se denunciaba cómo George W. Bush había evitado ir a Vietnam.
“Cate Blanchett tiene ese tipo de talento que inspira a los demás a dar lo mejor de sí mismos, estimula a la profesión para involucrar a mujeres artistas y a la audiencia, e impulsa al cine más allá con inteligencia y gracia”, dijo Rajendra Roy, comisario del departamento de cine en el MoMA que celebraba también la noche de ayer su 80º aniversario.
Casi siempre en los primeros puestos de las listas de las mejor vestidas en las alfombras rojas, para la ocasión la actriz australiana vistió un vestido Chanel negro con pedrería y un original medio recogido, y estuvo arropada en la velada por amigos y compañeros de profesión. Por el photocall pasaron Martin Scorsese, con quien trabajó en El aviador; los actores Diane Kruger, Rose Byrne y Cannavale; la hija de Anna Wintour, Bee Schaffer; y Rooney Mara y Sarah Paulson, sus coprotagonistas en Carol.
Durante el acto de homenaje, el actor Ralph Fiennes, una de las primeras parejas en pantalla de Blanchett en la película Oscar y Lucinda (1997), alabó su “excéntrico y bello mundo interior” y le agradeció que siga compartiendo su talento con el mundo.
Todd Haynes, que la dirigió en I’m Not There y ahora en Carol, recordó cuando la vio por primera vez convertida en “el Bob Dylan de 1966”. “Bella, casi adolescente. Creciendo con hormonas, nervios. De tamaño real, pero de alguna forma más grande y más pequeño a la vez. Los dos nos echamos a reír, y sus dientes estaban un poco sucios y torcidos. Se limpió la nariz y sacó un cigarrillo”, dijo Haynes. “Ahí estaba Bob Dylan”.
Antes de que la cantante Halsey cerrará el acto, Woody Allen mandó un vídeo para agradecerle a Blanchett que le hiciera parecer un genio por su interpretación en Blue Jasmine. Y habló el artista Julian Rosefeldt, que acaba de dirigir a la australiana de 46 años en Manifesto, en la que solo aparecerá la actriz recitando monólogos. “Ella podría hacer cualquier cosa. Podría ser cualquiera. Cambia de persona como si estuviera cambiándose de camisetas”, dijo.
La cena, cuyos cubiertos costaban entre 25.000 y 75.000 dólares (de 23.500 a algo más de 70.000 euros), recaudó fondos para el departamento de colección y restauración cinematográfica del MoMA. La de anoche era la octava gala benéfica de este tipo celebrada en Nueva York que, en sus anteriores ediciones, ha rendido tributo a Pedro Almodóvar, Tilda Swinton, Alfonso Cuarón, Kathryn Bigelow, Tim Burton, Tarantino y Baz Luhrman.
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