Un grupo de refugiados sirios toma el té en una de las tiendas de campaña instaladas en las afueras de Calais.Bernardo PérezUno de los pocos niños que hay en el campamento de Calais transporta un paquete en su bicicleta.Bernardo PérezA lo largo de todo el campo de refugiados, muchas personas han levantado pequeños negocios como bares y restaurantes. En la imagen, un hombre se corta el pelo en una peluquería.Bernardo PérezLos alojamientos de los refugiados van desde casas de madera a precarias tiendas de campaña, como las que aparecen en la imagen.Bernardo PérezLa higiene es una dificultad añadia en la vida de los refugiados de Calais. En la imagen, varias personas aprovechan una de las pocas canalizaciones de agua para lavarse.Bernardo PérezCalais está sometida a fuertes vientos y la lluvia es habitual. Ayer, se decretó la alerta naranja por el fuerte temporal que asoló la zona.Bernardo PérezMuchos inmigrantes se han quedado atrapados en Calais ante las crecientes dificultades para cruzar hasta el Reino Unido. Los atentados de París han complicado todavía más la situación.bernardo PérezUna ONG distribuye el racionamiento de alimentos diario.Bernardo PérezUn inmigrante pierde el control de su bicicleta en el barro mientras transportaba una bombona de butano.Bernardo PérezAlgunos de los pocos servicios que tiene el campod. Están prácticamente inutilizables.Bernardo PérezLa tienda de Sami es uno los comercios que los refugiados afganos han instalado a lo largo del campo. Se puede comer bien y barato.Bernardo Pérez
