Báilame este anuncio
La publicidad estática en los videoclips se convierte en tendencia, incluso se introduce digitalmente en los más antiguos
La canción es perfectamente olvidable –su estribillo extrasimple recuerda a aquel tema trash llamado Los micrófonos que se hizo popular en España hace unos años–, pero el vídeo no. El clip de Pretty Girls, de Iggy Azalea y Britney Spears, inspirado en la película de los noventa Las chicas de la Tierra son fáciles está en liza con el de Bad Blood de Taylor Swift y el de Feeling Myself, de Beyoncé y Nicki Minaj, para el título oficioso de vídeo del verano. Bien claro lo debió ver Samsung, que se ha encargado de colocar en él uno de sus móviles y darle un papel determinante dentro de su (bastante absurda) narrativa.
La inserción de product placement, publicidad estática, en los vídeos musicales no es nueva, pero ahora se practica con descaro, incluso haciendo un guiño sobre lo nada encubierta que resulta. Lady Gaga anticipó la tendencia ya en 2009 con su celebrado corto Telephone, en el que aparecían Virgin Mobile, Diet Coke, Chevrolet, Polaroid, de la que era imagen, y media docena de marcas más. Y en 2013 Avril Lavigne “convirtió la promoción en una performance punk” -a decir de la web especializada Brand Channel- al abrir su clip para el tema Rock’n’roll con la frase “Oh, mi nuevo teléfono Sony está sonando”. Jennifer Lopez también está considerada una maestra del género. En el vídeo de la canción Live it Up salían Swarovski, Nokia, el vodka Beluga y los relojes Ice, y en el de On the floor repetía Swarovski, entraba BMW y cambiaba el vodka por el whisky Crown Royal.
Desde hace unos meses, el grupo Universal está incluyendo publicidad estática incluso en sus videoclips antiguos, mediante tratamiento digital. Se encarga de ello la empresa Mirriad y estos anuncios funcionan de manera distinta: se alquilan por temporadas y por mercados geográficos y van cambiando en función del contrato. Un día se le coloca a Avicii o a Aloe Blacc, dos artistas que han pasado por el experimento, un cartel de Levi’s detrás y al día siguiente uno de Coca-Cola o cualquier otro producto. Ted Mico, directivo de Mirriad, declaró a Rolling Stone que se trata del penúltimo intento de la industria por alcanzar a la generación milénica, alérgica a la publicidad tradicional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.