El Niño se ha hecho mayor

Cumplirá 31 años el mes que viene pero el fenómeno fan que le acompaña desde hace 15 sigue intacto. La edad le ha respetado y mantiene los rasgos de eterno adolescente que encienden a las jovencitas. Fernando Torres ha arrancado esta etapa profesional en el Atlético con un discurso humilde y un papel de secundario de lujo en el esquema táctico del Cholo Simeone, pero fuera del campo él es la estrella de la plantilla. Los atléticos han recuperado además de un delantero de calidad con un palmarés abrumador, a uno de los futbolistas españoles con más tirón al margen de lo deportivo.

Pero el delantero sabe que su tiempo deportivo se acorta. Por eso ha comenzado a pensar en su vida cuando cuelgue las botas. Volverá como reclamo publicitario. Torres va a retomar esta faceta de forma inminente con un proyecto importante que no quiere desvelar porque aún no está firmado. Un mundo en el que ha dejado campañas emblemáticas. Como aquella para una marca de bebidas que él pronunciaba a su manera “porque es de Fuenla” (Fuenlabrada). Su nueva vida incluye también proyectos empresariales. Ha abierto dos gimnasios en Madrid, uno de ellos muy cerca del Calderón. Un sector que siempre ha sido una de sus pasiones, y con el que desea seguir vinculado al deporte en el futuro más allá del fútbol.

Mientras sigue dándolo todo en el campo. El pasado 28 de enero, en el partido de vuelta de cuartos de final de Copa del Rey que enfrentaba a Atlético de Madrid y F.C. Barcelona, Fernando Torres tardó un minuto en abrir el marcador y enloqueció al Vicente Calderón. Era su primer gol en el Manzanares tras siete años y medio jugando fuera de España. Su reacción fue arrodillarse frente al fondo sur del estadio y besar el césped. Acababa de cumplir un sueño. Torres consumaba con un auténtico golazo su regreso ante la afición del equipo de su vida, del club de sus amores. Una hinchada a la que había conquistado unos días antes, cuando anotó otros dos tantos en el Santiago Bernabéu que certificaban la eliminación copera del eterno rival. Durante su etapa anterior en el Atleti (siete temporadas) sólo había conseguido marcarle una vez al Real Madrid, y ahora le endosaba un doblete a las primeras de cambio. El Niño se hacía adulto en Chamartín. En la última salida liguera del equipo a Vigo, que se saldó con derrota, se vivió otra escena significativa. Unos 300 críos, la mayoría niñas, esperaban casi a medianoche la salida de la expedición rojiblanca del estadio de Balaídos. Hacia el autobús comenzaron a desfilar Simeone, Griezmann o Miguel Ángel Moyá. Pero el griterío se desencadenó cuando apareció el delantero madrileño, y a partir de ahí, y durante más de media hora sólo se escuchó un grito: “¡Que baje Torres, que baje Torres!”.

A punto de cumplir 31 años, el fenomeno fan que acompaña al jugador desde hace 15 sigue intacto

Sin jugar en el Madrid o el Barça, los dos clubes con mayor proyección internacional, Torres se convirtió en el producto nacional más parecido a David Beckham, en el futbolista mediático que se rifaban las marcas. Prestó su imagen a firmas como Pepe Jeans o El Corte Inglés antes de que lo hiciesen otros iconos de estilo como Xabi Alonso o Cristiano Ronaldo. Su look juvenil y moderno, combinado con una actitud cercana de chaval de barrio, fueron sus principales bazas, con su pelo como seña de identidad. Desde siempre, Torres ha cuidado su melena, consciente de que es una de las claves de su éxito y uno de sus rasgos diferenciadores. Su peluquero de siempre sigue viajando a Madrid desde Galicia para atenderle, como hizo a Liverpool y Londres cuando Fernando jugaba allí.

En verano de 2007 se marchaba del Atlético rumbo a la Premier League. Su fichaje fue el más caro de la historia del Liverpool (36 millones) y su sueldo de entonces, 130.000 euros a la semana. Hoy sigue siendo el futbolista español por el que más se ha pagado, con los casi 60 millones que desembolsó el Chelsea en 2011. En una época en que España empezaba a exportar futbolistas, Torres pisó suelo británico como una superestrella. Su camiseta sigue entre las más vendidas de la historia de la liga inglesa, y durante sus años allí se convirtió en una celebridad de alcance mundial. Realizó campañas para marcas globales, sobre todo para los principales mercados asiáticos. También forjó algunas de sus mejores amistades, como son Pepe Reina, Xabi Alonso o Juan Mata. Vivió sus años dorados sobre el césped, sobre todo con la selección española, con la que ganó dos títulos de la Eurocopa y un Mundial, y alcanzó la estabilidad en su vida personal.

En 2009 se casaba con su novia de toda la vida Olalla Domínguez, con la que tiene dos hijos, Nora y Leo, de 5 y 4 años, respectivamente. Ellos le acompañaron en su presentación en el Vicente Calderón en enero junto a otros 45.000 incondicionales. El matrimonio se adaptó perfectamente a la vida en Reino Unido, pero anhelaba volver a España. Se han instalado en una de las dos residencias que poseen en la exclusiva urbanización madrileña La Finca. La otra la tienen alquilada al jugador alemán del Real Madrid Toni Kroos. Su entorno confirma que son felices en la capital aunque aún están adaptándose. Dicen que en Inglaterra Fernando se sentía más hostigado por la prensa, mientras que en España es la gente la que en el día a día no le deja dar un paso sin pedirle una foto o un autógrafo.