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En la alfombra roja, preguntas serias para ellos, preguntas tontas para ellas

Isabel Valdés

Jennifer Garner y Cate Blanchett en la alfombra de los premios SGA. / Mario Anzuoni | REUTERS

¿Se imaginan a Benedict Cumberbatch hablando sobre lo perfecta que es su manicura y mostrando sus dedos a la cámara? ¿A Michael Keaton girando sobre sí mismo en una delicada y medida pirueta para enseñar su esmoquin? ¿A Eddie Redmayne hablando del gel y la técnica para construir o deconstruir su peinado? No, ¿verdad? Sin embargo, eso es a lo que se enfrentan, cada alfombra roja, las celebridades femeninas de todo el mundo.

Sexista. Ridículo. Y tan habitual como la historia de esa industria. Nunca ha dejado de ocurrir. Ahora se acercan los Oscar, y la polémica creada en los Premios del Sindicato de Actores (SAG) el pasado 25 de enero ha avivado el debate sobre las preguntas que los periodistas hacen a las mujeres que tienen que encarar ese pequeño paseo bajo la lupa feroz de los medios de comunicación.

Desde lo saludable de las puntas del pelo y el color del tinte hasta los centímetros del tacón del zapato. Todo es examinado, escrutado y criticado. Y ese plano general empeora en el lugar en el que ellas se paran para las entrevistas. En los últimos premios Goya, Jesús María Montes-Fernández, el experto en moda que estaba en el plató de TVE, comentó sobre Juana Acosta: “Volvemos a ver a Juana Acosta, racial, colombiana pero guapísima, parece española, ¿no?, esta racialidad del sur...”. No era el primer comentario machista de la noche, ni fue el último, pero sí uno de los más controvertidos.

En este caso, nadie contestó al periodista de TVE, algo que sí hizo, ya en 1975, una treintañera Helen Mirren. Sir Michael Parkinson, un puntal de la televisión británica, le preguntó durante una entrevista si “su equipamiento” (refiriéndose a sus pechos) le habían ayudado en su propósito de ser una actriz, “entre comillas”, seria. La actriz no dudo en plantarle cara y pedirle, en ese mismo momento, que explicara a qué se refería con un “¿Cómo te atreves?” incluido. Cuatro décadas han pasado desde entonces, y nada ha cambiado. La cosificación de la mujer sigue estando latente y rebelarse contra ella supone una noticia. Cuatro décadas.

Para el próximo escrutinio frente al Teatro Dolby en Los Ángeles el domingo, la web Upworthypublicó el pasado 15 de enero un video con las reacciones de actrices a las preguntas inanes de los periodistas en distintas alfombras rojas para intentar que las entrevistas en esta ocasión no se limiten a trucos de belleza, planes de boda, conciliación laboral y familiar, dietas y demás cuestiones superficiales.

También desde febrero del pasado año, The Representation Project (el proyecto para la igualdad de sexos de la directora Jennifer Siebel Newsom) creó el hashtag #AskHerMore para instar, en tiempo real, a los periodistas a que no se limitaran a preguntar banalidades.

Durante la actual temporada de alfombras rojas, la revista Elle ha querido cambiar a los entrevistados, aunque no las preguntas, y se encontraron respuestas como la del actor Kevin Christy: “Me duché. Fin”. Esa había sido toda la preparación que el actor había necesitado para la gala considerada como la hermana más pequeña de los Óscar, la Costume Designers Guild Awards.

Y la versión inglesa de Buzzfeed decidió, en la gala de los BAFTA el pasado enero, preguntar a los actores las mismas cuestiones simples que a las actrices. “¿Qué llevas puesto?”, le preguntaron a Michael Keaton. “¿Por qué me preguntas esa tontería?”, fue su respuesta más espontánea. Y la que debería ser más repetida, no solo por ellos, sino también por ellas. Que, desde el año pasado, han empezado a hacer frente de forma más obvia.

Lena Dunham se quejó sobre la doble competición (trabajo y vestuario) a la que están sometidas, Elisabeth Moss sacó el dedo corazón a la cámara que la cadena de televisión E! instala en los Globos de Oro para que ellas muestren su manicura y sus joyas; Jennifer Aniston y Julianne Moore rechazaron tajantemente meter las manos en ella; Cate Blanchett se agachó, durante un plano de cámara que pretendía recorrerla de arriba abajo, para preguntar si también se lo hacían a los hombres; Emma Stone se quejó de que solo le preguntaran por tonterías; Zoey Deschanel preguntó si alguien preguntaría a George Clooney si quiere tener hijos; y Scarlett Johansson espetó, durante una rueda de prensa y a micro abierto por qué ella tenía que sufrir las preguntas tontas sobre las dietas y sus compañeros masculinos de reparto se quedaban con las preguntas interesantes.

El próximo domingo los hashtags #AskHerMore y #AskBetterQuestions volverán a circular por Twitter. Ojalá no tuvieran que hacerlo.

Comentarios

creo que influyen muchísimo los diseñadores, para que se diga que tal actriz lleva vestido o joyería de su linea, pero eso no lo dicen las actrices porque muchas veces su ajuar es patrocinado
Solo tienen que empezar a ir todas de uniforme (traje) si lo que desean es que las preguntas no se dirijan al atuendo que felizmente parecen exhibir. Cuando uno no quiere ser un florero, simplemente tiene que dejar de actuar como tal.
pero vamos a ver, cuanta hipocresía¡¡¡ ... cobran por prestarse a llevar modelo, joyas y zapatos, anhelan ser rostro de una firma de moda, juegan a ese juego, y luego, cuando en ese minuto sobre la alfombra roja les preguntan por lo que llevan se ofenden y se hacen las dignas¡. Próxima vez todas de traje chaqueta oscuro y verán como se acaban las tonterías. Y otra cosa, a mi me la trae al pairo como fue Mario Casas a los Goya, a mi y a todos los tíos, tal vez preguntan porque hay muchos miles de mujeres/consumidoras pendientes de lo que lleva una y otra. Menos hipocresía por favor¡¡¡
Para los que tienen fallos de lectura comprensiva: No estamos hablando solamente de la ropa ni de diseñadores. Son todo tipo de preguntas irrelevantes con la profesión y el trabajo de la actrices, las que se les formulan. Preguntas sobre dieta, maquillaje y familiares que a los actores no les hacen. ¿Ya lo hemos entendido? Ahí no hay hipocresía que valga.
Debe ser un mundo supercansino y agobiante; a algunos les gustará o, al menos, lo tendrán asumido, pero otros deben estar hasta las narices y si lo siguen haciendo es por lo que tienen alrededor de ellos ya que todo debe dar dinero.
Alguien tiene un problema de adecuación a este mundo y no termina de entenderlo. Especialmente alguien que piensa que los demás tiene fallos de lectura comprensiva.Hasta hace relativamente poco tiempo los ¿comentaristas? se quejaban de que a los políticos hombres no se les juzgaba la vestimenta pero a las mujeres sí. Quizás nadie se ha dado cuenta que todos los políticos llevan el mismo traje y la única nota variable es la corbata, que tampoco da lugar a muchos comentarios. Entonces aparece Varoufakis, sin corbata, camisa desabrochada y bufanda de Burberry's y todo el mundo a comentarlo..., que si Varoufakis, que si Varoufucker, etc... Y todos los comentarios de que a los políticos no les juzgan la ropa pasan a mejor vida.Y volvemos a otro campo de batalla. Que a las actrices las preguntan tonterías y a los hombres no. Y volvemos a ver las imágenes y otra vez estamos en las mismas. Muchas mujeres compitiendo por ver quién lleva el vestido más espectacular o la mejor manicura. Y en el caso de los hombres, a lo sumo, una perilla o una barba. Nada que destaque. ¿Alguien de Vds ha visto a un hombre con un traje hecho de chuletones de ternera, estilo Lady GaGa? Los comentaristas que se envían son muchas veces del tema social, no son críticos de cine. Hablan de lo que resulta más fácil o llevadero. Y los hombres, al no buscar llamar la atención con extravagancias, no tienen más remedio que preguntarles por las películas. ¿O es que les van a preguntar por el color del fajín en un esmoquin? Pero si alguien fuese con un traje llamativo (estilo Messi en la Gala del Balón de Oro), anda que no iban a caer comentarios y chanzas...
Volvemos a lo mismo: fallos de comprensión lectora. El tema NO ES SOLO LA ROPA. ¿Acaso la ropa que alguien lleva obliga a preguntar a los periodistas sobre temas como dietas o cuándo se van a casar? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Claro, como la moda femenina es creativamente más rica, que se fastidien las mujeres y que aguanten preguntas ridículas sobre maquillaje. Es que llevar según que ropa anula todo el interés profesional que pueda generar esa actriz, por supuesto. Lucir la ropa del diseñador tal es sinónimo de que tu trabajo no importa. Todo el mundo lo sabe. Solución: vestir como un hombre. Qué lógica más aplastante. El fondo de la cuestión, se lleve la ropa que se lleve, es que a las mujeres se les preguntan banalidades y a los hombres no. Pero claro, la culpa es de ellas, que no se vistan así. De traca. Es el mismo tipo de razonamiento que lleva a un tío a tocarle el culo a una chica en el metro... "Es que oiga usted, va en minifalda, ella se lo ha buscado."
Pues no, esta vez el del blog se ha equivocado que lo he oído por televisión, este año las chicas de Hollywood se han negado a contestar preguntas que tuvieran que ver con sus vestidos, sólo respondían a las preguntas de su profesión ¿qué tenéis que decir chicos? pues que además de elegantes son chicas listas donde las haya, o quien me dice que es tonta Meryl Streep o Susan Sarandon o Julia Roberts, ¿eh? de tontas ni un pelo, listas, elegantes y seguramente muchas cosas más que nosotros no vemos pero que, como cualquier otra persona, podemos imaginar.
¿Y que tiene de malo hablar de los vestidos? si una actriz le gusta un Dior o un Versace sus razones tendrá y si se las preguntan y quiere decirlas ¿qué de malo tiene eso? al fin y al cabo esos vestidos son fabulosos, verdaderas obras de arte de la costura y del diseño, con detalles muchas veces artesanales que son una maravilla, si acaso el problema no estará en ellas sino en los periodistas que les hacen esas preguntas, pero entre cuatro o cinco preguntas sobre su profesión que les hagan, no pasa nada porque alguna se refiera al maravilloso vestido que llevan, que para eso lo llevan, para lucir creaciones de los diseñadores mejores del mundo y que mejor evento que los Oscar para lucir palmito y alta costura, o sino ¿cuando? ¿donde? ¿en los desfiles? en los desfiles son modelos que hacen su trabajo pero no personajes reales como en la ceremonia de los Oscar o cualquier otro evento similar, véase bodas de príncipes y princesas o de similares.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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