_
_
_
_
TUITOLOGÍA

Fama a los 70, la frontera final

George Takei es hoy es uno de los personajes más seguidos, queridos y poderosos en la Red

Tom C. Avendaño
El actor George Takei.
El actor George Takei.CORDON

‘Telerredímeme’, Scotty

Se dice que no hay persona más aclamada que un redimido, ese arquetipo de personaje caído en desgracia que ve la luz y se reforma ante un público perdonador. Es una máxima bonita y casi científica. Ha salvado tanto a los que en su día se pasaron de politoxicómanos, como Robert Downey Jr., como a los que se pasaron de pijos, como Bruce Springsteen. Pero tiene el defecto de excluir a quienes son todavía más aclamados y valiosos: los que hacen que la sociedad se sienta redimida de sus pecados más recientes. Esto le pasa desde hace casi 10 años a George Takei, un actor septuagenario que hoy es uno de los personajes más seguidos, queridos y poderosos en las redes sociales. Tiene siete millones de seguidores en Facebook y casi uno en Twitter. Sus publicaciones, desde fotos graciosas de gatitos a proclamas políticas, se suelen convertir en el éxito viral del día. Sus vídeos de YouTube son capaces de cambiar el rumbo de políticos locales y regionales en EE UU. Tanto es así que este año ha visto cómo, mientras sus dos libros sobre cómo manejarse en Internet se siguen vendiendo a ritmo japonés, se estrenaba un documental sobre su vida.

Guerra y paz

Takei no siempre tuvo poder. Sí tuvo grandes dosis de mala suerte. De padres japoneses, nació en Estados Unidos cinco años antes de la Segunda Guerra Mundial, lo cual le llevó a criarse como preso en varios campos de refugiados por Arkansas y California. En años sesenta, ya actor, encontró trabajo fijo en una extraña serie llamada Star Trek. El proyecto fue un éxito pero con dos trampas: primero, no triunfó hasta años después de que el programa fuera cancelado y segundo, la serie fue tan maravillosa como parodiable y Takei quedó encasillado como secundario de un reparto icónico y nada respetado. En lo sentimental las cosas tampoco le fueron mejor. Como homosexual vivió toda su juventud escudado bajo una capa de miedo y represión. Y así seguiría hasta 2005, cuando salió del armario. Pero en 2011 se estrenó en Facebook y todo cambió.

Sea próspero

Hoy, la poderosa marca 2.0 de Takei es gestionada por expertos mientras él se moviliza por la igualdad de razas y orientaciones sexuales. Es increíblemente famoso y adorado por derecho propio. Es, como los grandes, más que la suma de todas sus partes. Es la encarnación de los pecados más incómodos de Estados Unidos del siglo XX: racismo, homofobia e infravalorar Star Trek. Y, a la vez, es su perdón.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_