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Millonario chino busca periódico que comprar

El excéntrico Chen Guangbiao, con una fortuna de 615 millones gracias al reciclaje, quiere adquirir ‘The New Times’ para contribuir a la “paz mundial”

 El millonario Chen Guangbiao repartiendo dinero.
El millonario Chen Guangbiao repartiendo dinero.CORDON

Fotografiarse frente a una pared forrada con fajos de billetes no parece de muy buen gusto, pero en China las reglas son diferentes. Y, además, Chen Guangbiao, aficionado a posar de esta guisa, parece haber nacido para dictar las suyas propias. No en vano, este excéntrico multimillonario de la provincia oriental de Jiangsu, que ha hecho una fortuna estimada en 615 millones de euros gracias a su empresa de reciclaje—-Jiangsu Huangpu Renewable Resources—, parece empeñado en llamar la atención y no dejar a nadie indiferente. Y vaya si lo consigue.

En 2011 decoró cuatro furgonetas con la enseña nacional china y viajó a Japón tras el terremoto que devastó el noroeste del archipiélago para donar personalmente alimentos y objetos de primera necesidad a los afectados; el año pasado, cuando en Pekín se batieron los récords de contaminación atmosférica, decidió vender aire limpio enlatado con los sabores “Tíbet puro” y “Taiwán postindustrial”. Ahora pretende introducir en China un día de ayuno para concienciar a la población sobre la necesidad de cuidar la dieta y evitar la obesidad; y ya ha dejado claro que, cuando muera, su fortuna irá a proyectos solidarios.

Pero no ha esperado tanto para causar su mayor conmoción. El pasado lunes muchos creyeron que bromeaba cuando afirmó en un discurso que su intención es comprar el diario The New York Times. O, al menos, parte. No obstante, en una entrevista publicada ayer por el rotativo estadounidense, Chen detalló su plan: ha convencido a otros dos empresarios chinos para que le ayuden a recaudar mil millones de dólares (760 millones de euros) y hacerse así con parte de la empresa editora, que, al precio actual de las acciones que cotizan en Bolsa, está valorada en 2.400 millones de dólares. “Si consigo cerrar este trato con el New York Times, podré aportar una influencia positiva y contribuir a la paz mundial”, dijo. “No hay nada que no se pueda comprar por el precio adecuado”, sentenció. Su interés por el rotativo no es nuevo. De hecho, el pasado agosto pagó 30.000 dólares por media página de publicidad: allí anunció que las islas Diaoyu pertenecen a China, país que se disputa con Japón la soberanía de estas rocas inhabitadas bajo las que se encuentran yacimientos de gas. Orgulloso de su patria, pocos días antes había comprado 43 automóviles de la marca local Geely para compensar a quienes habían visto cómo sus coches de marca nipona eran destrozados en las manifestaciones antijaponesas. “Es el medio de comunicación con más influencia en el mundo”, explicó entonces. Ahora, Chen ofrece al diario liquidez y algo mucho más importante: “Si consigo luz verde, llevaré el periódico a todos los quioscos de China. Es un mercado demasiado grande para perderlo”.

Resulta curiosa su oferta porque las páginas web del diario, tanto en inglés como en chino, están censuradas en la segunda potencia mundial y, además, el Gobierno de Pekín acaba de protagonizar un agrio episodio con los periodistas del diario que trabajan en China, a los que ha renovado sus tarjetas de prensa en el último momento, cuando ya temían su expulsión. Así, no faltan quienes muestran preocupación por la oferta de Chen, que, aprovechando el tirón económico de su país, podría tratar de utilizar la prensa extranjera como una extensión de la propaganda comunista. En cualquier caso, el empresario chino es consciente de que los descendientes de Adolph S. Ochs, quien adquirió el periódico en 1896, no están interesados en venderlo. “Si no logro que la inversión sea aprobada, seguiré buscando un medio de comunicación con gran credibilidad en Estados Unidos para alcanzar mi objetivo”, añadió el empresario, nacido en 1968. Según diferentes fuentes, el Wall Street Journal o la mismísima CNN están en la diana de Chen, militante del Partido Zhi Gong, que comparte con el Partido Comunista el objetivo de implementar un “socialismo con características chinas”.

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