Un escándalo con menores persigue al cantante más famoso de Israel

Eyal Golán es el cantante más popular de Israel. Con sus 42 años, cabeza rapada y pendientes de brillantes, lidera las listas de ventas y es el referente de la música mizrahí, la de los judíos provenientes -como sus padres- de países árabes como Marruecos o Yemen. Hoy es noticia por un titular más turbio: la policía lo está investigando por haber mantenido supuestamente relaciones sexuales con menores de edad.

Tras cuatro interrogatorios –uno de ellos de 13 horas- y una semana en arresto domiciliario, el juez ha levantado la prisión preventiva. Ahora está por ver si el fiscal presenta cargos contra la estrella nacional, la que este verano cantaba en el cumpleaños del presidente Simón Peres y que ahora está envuelta en un torbellino de acusaciones y lealtades que domina la calle y las redes sociales.

Un bloguero filtró su nombre la pasada semana. Estaba en el sumario policial elaborado en tres meses de investigaciones. Con los días se han ido conociendo los datos: una niña de 15 años denunció que había tenido sexo con Golán y “no fue cosa de una vez”. Varias adolescentes más, en un número aún por aclarar, repitieron la acusación. Los representantes del cantante salieron al paso reconociendo algunos encuentros pero asegurando que Golán siempre pensó que estaba intimando con chicas veinteañeras. “No cometió ni un solo error”, señala Benny Peretz, su mano derecha.

La Unidad Central de Policía de Tel Aviv explica que el cantante pudo participar en la etapa final de los abusos –con conocimiento del delito o sin él, aún por aclarar-, pero las figuras dominantes de la trama eran otras: su padre, Danny Biton, y Tzachi Asulin, manager de la productora de Golán, Liam Productions, aún detenidos. Según ha trascendido en los medios locales, ambos supuestamente embaucaban a las chiquillas con la promesa de presentarles al cantante o regalarles pases a la zona VIP de sus conciertos y a cambio les pedían favores sexuales.

Se sospecha además que les daban drogas blandas para rebajar sus reticencias. El Canal 2 ha desvelado que hay vídeos que constatan estos abusos. Omer Adam, otro destacado cantante israelí, ha sido interrogado por si estuvo presente en las orgías y también se investiga a un destacado empresario mediático del que no ha trascendido su identidad.

El equipo del fiscal que lleva el caso ha confirmado que los testimonios de las niñas demuestran un mismo modus operandi, lo que los hace creíbles, pero también constatan que se están dando complicaciones a la hora de recoger sus relatos, porque no quieren testificar contra Golán, a quien siguen adorando. Se han evitado incluso careos con él porque se negaban a colaborar. La primera chica que denunció está en paradero desconocido, tras escapar de casa ante la certeza de que iba a ser trasladada a un internado.

Shaul Melamed, el juez que instruye el caso, insiste en que hay “fundamentos razonables” como para “apoyar las sospechas” de abusos, una “inmoralidad atroz” que se ejecutó “explotando la inocencia de las niñas, atraídas por el glamour de los sospechosos”. El caso ha generado un intenso debate sobre la educación de los menores israelíes.

Golán ha tenido que dejar su cargo de jurado en Hakochav Haba (Rising Star), se ha congelado el concurso de talentos Eyal Golán te llama, sus canciones han dejado de sonar en algunas radiofórmulas –factura unos 200 euros al minuto, tan populares son sus temas- y están en jaque sus conciertos de final de año. Sus representantes piden prudencia y recuerdan su derecho a la presunción de inocencia.