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Sobre los cambios en Mercadona

Tomàs Delclós

Un reportaje sobre el cambio de estrategia comercial de Mercadona ha suscitado la crítica de dos lectores. Básicamente con dos argumentos: se ignoran alternativas planteadas por otros supermercados y sospechan que se trata de un publirreportaje enmascarado. Me siento completamente disgustado con el trato de exclusividad y privilegio con el que trata el diario El País a determinadas empresas, escribe Luis Carlos Vecino. No es la primera vez que la "adorada" Mercadona aparece con una lectura tan positiva que me hace dudar si estoy leyendo una noticia o más bien un publirreportaje. Entiendo que las empresas de medios y los departamentos de mercadotecnia con los que trabaja Mercadona sean de lo mejor, a pesar de que su dueño dice que no gasta en publicidad. Para qué va a gastar, si la prensa atiende a cualquiera de sus notas o comunicados interesados. Y prosigue: Me pregunto ¿dónde está el trabajo de la redacción para investigar y contrastar la nota recibida? ¿No hay un trabajo entre los periodistas que compare los objetivos y métodos de esa empresa y las consecuencias que puede suponer a terceros (p.e. pequeños empresarios, productores, etc.)? ¿Por qué no se hace una comparativa con el modo de actuar del resto de la competencia?. En términos similares escribió Luís Veciana. Leí el artículo de Mercadona sobre el cambio de estrategia de ventas sobre productos frescos y me parece mas bien un publirreportaje encubierto que un artículo periodístico. No hay ninguna referencia a otras empresas del sector sobre ventas de productos frescos. Cómo lo hacen y qué resultado obtienen. Solo esta marca de supermercados de precio barato. Me parece un artículo muy comercial, quizás posible en una revista especializada o bien en las páginas salmón del propio diario, pero para mi es un error publicarlo en las páginas centrales de una edición del domingo.

Es cierto, como critican los lectores, que el reportaje se centra en Mercadona y no relata otras políticas de otras tiendas. He comentado con el autor de la información estas cartas y me explica que el desencadenante fue el anuncio de Roig del citado cambio en un tono de autocrítica inédito. El artículo relata, por ejemplo, que a mediados de la década pasada, después de 20 años de crecimiento, la empresa se apartó definitivamente de la relación artesanal con el género y con ello cometió, según Roig, su propietario, uno de los mayores errores de su carrera: Elegimos el camino más fácil. Decidimos tratar los productos frescos como los secos. Aquello estuvo a punto de costarle caro o, en sus palabras, de llevar a Mercadona a estrellarse con una vaca que estaba parada en medio de la carretera. Se centró en Mercadona por ser la primera empresa española en el sector y por el volumen que supone el cambio de filosofía. Por ejemplo, la formación de 21.000 trabajadores como tenderos.

El diario en los últimos dos meses ha publicado otras informaciones sobre cambios en la política comercial de grandes superficies como Caprabo o El Corte Inglés y reportajes globales sobre los movimientos en el sector. No hay en el origen ni en la producción del reportaje ningún pacto publicitario. De hecho, se preparó inicialmente para el suplemento Negocios, pero finalmente se ubicó en las páginas del diario.

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Comentarios

No me satisface la respuesta del redactor. No responde a las principales críticas que se le hacen. Por ejemplo, si quería hacer hincapié en que el señor Roig reconoce los errores del pasado, el periodista tendría que haber investigado las consecuencias de esos errores no solo para Mercadona, sino para proveedores y clientes. Es un ejemplo de periodismo que cita sin investigar otras fuentes y sin "meter el dedo en la llaga" del protagonista de la noticia.
Soy cliente de Marcadona desde sus orígenes, pero de quienes jamás compró más mercadería que botellería o conservas. Que Roig se atreva a decir, refiriéndose al pasado próximo: “Elegimos el camino más fácil. Decidimos tratar los productos frescos como los secos” tiene bemoles; Mercadona nunca vendió productos frescos, ni carne, ni pescado, ni fruta. El pescado siempre dio terror, olor y color y, por otra parte, sigue vendiéndolo 'fresco' o congelado, la novedad es que ahora vende el fresco en bandejitas preparadas, aunque sigue manteniendo el 'a granel' con su aspecto amedrentador de siempre. La carne no sabe a nada, ni la de las bandejas ni la congelada, abstenerse por precaución, aparte la exigencia del paladar. La fruta recuerda vagamente a la fruta, excepto los plátanos, que son agradecidos, pero el resto más parece piedra insípida. En el País Valenciano venden fruta fresca, en especial los pakistaníes, y a precios acordes con la calidad, no, inferiores, y qué decir de los tomates valencianos. Ahora bien, nada como el mercado, sea el Central, sea el de Russafa u otros.Ya que Roig dispone de todos los altavoces, que al menos podamos susurrar algo nosotros, los que lo enriquecemos...estos que, según él, hemos vivido por encima de nuestra posibilidades, nunca lo olvidaremos. Digo su certera flecha.
justo hoy un nuevo reportaje vendiendo las bondades del señor roig y su mercadona...aún teneís la jeta de decir que no es publicidad encubierta,señor tomás delclós este periódico deriva hacía un amarillismo,una falta de independencia y objetividad alarmante y lo peor de todo no es que usted y la mayoría de trabajadores lo saben si no que tomen por idiotas a los lectores de este periódico contandonos milongas...

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