El primer viaje en pareja: ¡Atrévete!
Fotograma de la película Dos en la carretera, de Stanley Donen, con Audrey Hepburn y Albert Finney. Eres un aguerrido (o aguerrida) trotamundos acostumbrado a moverte solo. Has dormido en aeropuertos y estaciones. Has perdido vuelos. Has aterrizado de noche en ciudades desconocidas y amenazadoras. Has pasado miedo. Has visto lugares que nosotros, humanos, nunca creeríamos. Has tenido problemas y los has resuelto. Has conocido a gente interesante. Has llegado a conocerte. Has ligado. Te has aburrido. Has disfrutado de la libertad de elegir el rumbo de tu viaje sin dar explicaciones. Y entonces vas y te echas novia (o novio).
01 ¿Dónde vamos?
Te gusta controlar la situación y tomar decisiones, tú te ocupas del viaje, no quieres dejar cabos sueltos. Muy bien; más vale que sepas lo que haces, luego no vale aquello de “pues en Tripadvisor ponían muy bien el hotel”, o “cari, en la Lonely Planet decía que la temporada de huracanes empezaba en diciembre”. Para no acabar partiendo peras, las negociaciones deben comenzar durante los preparativos: un tira y afloja sobre el destino, el presupuesto, tipo de alojamiento, las actividades... Saber cuándo hay que ceder forma parte de la sabiduría viajera.
02 ¿Te conozco?
Tu chico o tu chica, ese Ser Perfecto, puede convertirse de la noche a la mañana en un gañán sin modales o en una petarda insufrible y cansina. Salir a cenar es agradable y sabe a poco; escaparse un fin de semana mola, pero pasar juntos 24 horas al día, siete días a la semana durante un mes puede resultar agotador o insoportable. Pocas cosas ponen tanto a prueba la solidez de una relación como un viaje, donde toca compartir risas, besos y maravillas, pero también cama, ducha, váter, gustos y manías a tiempo completo. Por cierto, ¿le has confesado ya que roncas?
04 Te llamaré Pinocho
Presumir es tentador, pero si te inventas hazañas para hacerte el o la interesante, más vale que seas capaz de subir al Everest sin oxígeno, como le contaste, o te arrepentirás de no haber leído El arte de morderse la lengua, del filósofo chino Tao-Callao (no lo encontraréis en Wikipedia).
05 La nostalgia del buey suelto
Descubrir que la idea que tu pareja tiene de unas vacaciones es encerrarse en un resort todo incluido lleno de críos, y que su frase favorita es “a las 10 en la cama estés” puede ser traumático. De repente, añoras todas esas cosas que no volverás a disfrutar: los abarrotados taxi- brousse de Camerún, con su color local y aquel gallo tan simpático que te picoteaba la oreja; el amistoso policía que te arrancó el pasaporte y la cámara porque no le diste una mordida; la gastroenteritis de aquel viaje de ocho horas en autobús por los Andes… Ah, ¡qué tiempos!.
06 Maldito diseño
A veces, los diseñadores de los hoteles gastan bromas pesadas. Vale, sí, todo es muy bonito; los leds de colorines crean una atmósfera muy romántica; la cama parece flotar en el aire, pero, ¿a quién se le ocurrió meter el váter en medio de la habitación?
Humphrey Bogart y Katharine Hepburn, disfrutando de las vacaciones en La reina de África, de John Huston.
07 'Honey' versus 'Money'
El dinero no puede comprar vuestro amor, pero puede acabar con él si no os ponéis de acuerdo sobre los gastos del viaje: ¿De qué presupuesto hablamos? ¿Qué gastos se pagarán con un fondo común y cuáles se consideran extras? Tus cervecitas, ¿a pachas, o tus vicios te los pagas tú?
08 Nadie es perfecto
Obsesionarse con que todo sea perfecto puede producir graves trastornos de personalidad. Vale, el hotel no tiene las vistas al mar que tú esperabas, pero deja ya de rumiar tu malhumor a todas horas y disfruta del viaje.
09 Desconecta-2
Os habéis ido a Waikiki para estar solos tú y tu chica o tu chico y tú. ¿Realmente necesitas llamar tres veces al día a tu madre? ¿Y contar minuto a minuto en Facebook lo bien que te lo estás pasando?
Jack Lemmon y Joe E. Brown, feliz pareja en Con faldas y a lo loco, de Billy Wilder.
10 Repite conmigo: "Es maravilloso"
Con suerte, vuestro viaje será estupendo: cenas con velas en la playa, camas con dosel, besos a la luz de la luna en un exótico paraíso (a 300 euros la noche). Tanto, que podéis tomar alguna decisión peligrosa. Como casaros. Respira hondo y cuenta hasta 10.
Y tú, ¿te atreves a ir de viaje con tu pareja?
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