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Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino

El embrujo de los grandes viajes

Isidoro Merino

Un dahab, barco tradicional de pesca, en aguas del Índico. / ISIDORO MERINOUna travesía en goleta por la costa turca, una ruta surfera con parada en el hotel California o un safari para contemplar la concentración anual de elefantes en una reserva de Sri Lanka. Planes únicos y todas las ideas para disfrutarlos al máximo.


Un kettuvallam o barco serpiente, en los canales (Backwaters) de Kerala (India). / ISIDORO MERINO

Días de calma en Kerala

El festival de Onam, el más importante y colorista del sur de India, se celebra todos los años a finales de agosto y primeros de septiembre en el Estado de Kerala, coincidiendo con la temporada de cosechas, y conmemora el retorno del legendario rey Mahabali con 10 frenéticos días de bailes, cantos, procesiones, fuegos artificiales y alfombras de flores. Cada pueblo y ciudad lo festejan de una forma diferente, compitiendo en color y espectacularidad. En Trichur, por ejemplo, se organiza una procesión de elefantes maquillados con vivos colores, y también tienen el Pulikali o danza del tigre, donde grupos de bailarines con máscaras y el cuerpo pintado de amarillo escenifican una cacería al ritmo de los tambores.


Actor de Kathakali maquillándose para una representación. / ISIDORO MERINO

En Cheruthuruthy hay representaciones de Kathakali, un espectáculo gestual, musical y coreográfico cuyos intérpretes representan episodios del Mahabharata y del Ramayana siguiendo una tradición de cuatro siglos. Las fiestas culminan con el Vallamkali, una carrera de barcas de pesca –los estilizados kettuvallam o barcos serpiente– entre Aranmulai y Kottayam.Muchos turistas viajan a Kerala para relajarse, es la meca del ayurveda. Ayuda al empeño un paisaje verde y acuático: cinco grandes lagos alimentados por casi 40 ríos y conectados por canales, con más de 900 kilómetros navegables, los Backwaters. La naturaleza salvaje está representada en la cordillera de los Ghats occidentales, uno de los ocho puntos calientes de la biodiversidad, refugio de 325 especies en peligro, entre ellas el tigre. Y al oeste, las playas del mar Arábigo, como Kovalám. La región está bien conectada con Europa vía Delhi o Bombay.

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Baobab en una pradera de Tanzania. / SINGITA GAME RESERVES

África de cine

Cineastas en Acción es una organización solidaria sin ánimo de lucro que busca fomentar el intercambio cultural entre África y España a través del cine. Sus miembros pertenecen al mundo audiovisual y desde 2012 organizan en julio y agosto viajes solidarios, en grupos de 15 personas, a la región de la Casamance, al sur de Senegal, para financiar los talleres audiovisuales que imparten entre la población local. Durante su estancia de convivencia e intercambio, los viajeros pueden aprender francés y disfrutar de turismo sostenible: visitas a los arrozales, jornadas de pesca en el río Casamance o visitas a las aldeas de la zona. Precio: 1.520 euros. Contemplar animales salvajes libres y en su ambiente natural es otro buen motivo para emprender un viaje. En países como Kenia, Tanzania, Sudáfrica y Zimbabue surgen nuevas fórmulas para ver in situ la fauna salvaje. Por ejemplo, el glamping : alojamiento en tiendas de campaña equipadas con todas las comodidades, como las que Singita Game Reserves tiene en Sudáfrica, Tanzania y Zimbabue, o Mahali Mzuri, el campamento con 12 tiendas de lujo que abrirá el próximo verano en Kenia el empresario Richard Branson. Y en Zambia, el hotel Royal Livingstone, un alojamiento de lujo en las cataratas Victoria, aprovecha el bicentenario de David Livingstone para ofrecer un paquete de alojamiento (tres noches) y varias actividades relacionadas con el célebre explorador que cuesta 660 euros por persona.


Bailarinas del palacio del sultán de Yogyakarta, en la isla indonesia de Java. / ISIDORO MERINO

De danza en Java

Cada año, coincidiendo con la luna llena de mayo, miles de peregrinos acuden a la llanura de Kedu, en el centro de Java (la isla más poblada del mundo, con más de 120 millones de habitantes), para celebrar el Vesak, que conmemora el nacimiento e iluminación de Siddharta Gautama, Buda. Allí, a 40 kilómetros al noroeste de Yogyakarta, se alza “el más bello monumento de Asia”, según Mircea Eliade: el templo budista de Borobudur, erigido en el siglo VIII, cuando en Europa reinaba Carlomagno, por los soberanos de la dinastía Sailendra. “La construcción es tal que al recorrerla y meditar sobre cada escena de las numerosas galerías ornadas de bajorrelieves, el peregrino asimila la doctrina budista”, escribe Eliade. Desde el aire, Borobudur se asemeja a un mandala, una representación del universo budista donde se muestra el largo camino a la iluminación. Los 2,5 kilómetros de corredores que conducen a la cima no permiten ver las terrazas superiores, de forma que la iniciación se produce de manera gradual, en una meditación ininterrumpida.


Pareja de campesinos en una aldea del norte de Sumatra (Indonesia). / ISIDORO MERINO

Emirates vuela con escala a Jogyakarta desde 959 euros (en agencias). Además del Borobudur, la isla indonesia de Java ofrece como atractivos turísticos la ciudad de Yogyakarta, capital cultural de la isla, con el Kratón o palacio del sultán y la posibilidad de asistir a los espectáculos de danza tradicional javanesa con orquesta gamelán y de Wayang Kulit (teatro de sombras); los templos hinduistas de Dieng y Prambanán, y el volcán Bromo, al este de Java, dentro del denominado Bromo-Tengger-Semeru National Park. Catur, agencia española con base en Bali, organiza rutas por Célebes, Sumatra, Java y otras islas de Indonesia. Sus programas no incluyen los vuelos desde España.


Una goleta turca navegando por la costa Licia. / APROACHE


Goletas turcas en la costa Licia
Empresas de alquiler de barcos como Altamar , Aproache o Goletas Turcas organizan cruceros por las islas griegas, las costas de Licia (Turquía) y Croacia a bordo de goletas clásicas o caiques, veleros que combinan los servicios y comodidades de las grandes naves de crucero (camarotes individuales y dobles con baño propio, aire acondicionado y comidas a bordo) con la tranquilidad de los yates privados. Su reducido tamaño y calado les permite llegar a puertos, islas y bahías vetados a las grandes naves. Este tipo de travesías está dirigido a grupos de amigos, familias o compañeros de trabajo que se juntan para hacer un viaje, aunque también ofrecen plazas sueltas en los barcos cuando el grupo inicial es pequeño. El precio de una semana de crucero por la costa turca en una goleta de seis camarotes, con capacidad para 12 personas, está entre 8.000 y 14.000 euros (precio del alquiler del barco al completo, con tripulación, combustible y amarres), más la pensión completa (opcional): entre 200 y 250 euros por persona.


Un camión en la Mex-1, que recorre Baja California de norte a sur. / ISIDORO MERINO

Al sur de Baja California

Cuando el escritor John Steinbeck recorrió las costas de Baja California en la primavera de 1940 a bordo de un barco sardinero, Cabo San Lucas, en el extremo sur de la península, era un pueblito de pescadores donde vivían menos de 500 personas ocupadas en la pesca o el trabajo en una envasadora de atún. Hoy es una popular escala de cruceros llena de bares, taquerías y tiendas de tequila y souvenirs a precios altos. Un buen lugar para iniciar el viaje (hay vuelos diarios desde México DF, a dos horas y media de avión), contratar excursiones, alquilar un coche o correrse una juerga, pero no es un sitio para quedarse, a menos que uno disfrute con la atmósfera de los hoteles todo incluido al gusto norteamericano. Hay dos formas de salir de allí: por la carretera federal 19, que discurre por el oeste siguiendo la costa del Pacífico, o por la federal 1, también conocida como Transpeninsular o Mex-1, que discurre por el este hasta San José del Cabo (un pueblo de artesanos y pintores que, a diferencia de Cabo San Lucas, conserva su encanto colonial) y la costa del golfo.Cerca de La Paz, capital del Estado, ambas carreteras se unen en la federal 1 hasta Tijuana.


La recepción del Hotel California, en el pueblo de Todos Santos. / ISIDORO MERINO

La federal 19 es la opción más cómoda para acceder a las playas salvajes del Pacífico, que atraen a surfistas de Estados Unidos y Canadá a las olas de playas como San Juanico o Los Cerritos. Al norte de Los Cerritos está el pueblo de Todos Santos, donde tiene una casa Peter Buck, el guitarrista de REM, y se alza una leyenda del pop: el hotel California. Don Henley, el batería de los Eagles, siempre ha negado que este hotel inspirase la famosa canción, pero da lo mismo: centenares de turistas norteamericanos acuden allí siguiendo el aura del mito, y sus actuales propietarios, John y Debbie Stewart, alimentan la leyenda. En cualquier caso, un lugar muy agradable de estilo colonial, con habitaciones pintadas en vivos colores alrededor de un patio con alberca.


Ensenada Grande, en la isla de Espíritu Santo, Baja California Sur (México). / ISIDORO MERINO

En los alrededores de La Paz, capital de Baja California del Sur, se encuentran algunas de las playas salvajes más bonitas de México, como la de la bahía de Balandra, a la que se puede acceder en transporte público. No hay muchos turistas, lo que se nota en los precios, mucho más bajos que en Los Cabos. En uno de sus flancos se encuentran la isla de Espíritu Santo, reserva de la biosfera. Los turistas pueden hoy visitar e incluso acampar en calas como Ensenada Grande, donde la empresa Fun Baja monta un pequeño campamento ecológico donde se puede descansar, pasear, nadar, bucear o simplemente mirar las estrellas.


La roca-fortaleza de Sigiriya, en Sri Lanka. / BERNARD GAGNON / WIKIMEDIA

Sri Lanka, en la senda de los elefantes

Tierra de elefantes, leyendas y suaves colinas cubiertas de té, Sri Lanka, antes Ceilán, puso fin en 2010 a 26 años de guerra civil entre cingaleses (budistas) e independentistas tamiles (hinduistas), lo que propició el resurgimiento del turismo en un país que cuenta con enormes atractivos: las ruinas budistas de Anuradhapura y Polonnaruwa; la roca-fortaleza de Sigiriya, con sus frescos del siglo XV, o las ciudades coloniales de Kandy, Galle y Nuwara Eliya.


Un anciano cingalés en Kandy, Sri Lanka. / ISIDORO MERINO

A todo esto hay que sumar sus buenas conexiones aéreas desde España (vía Doha, Dubái, Estambul o Bangkok), una gastronomía deliciosa y espacios naturales como el parque nacional de Minneriya, donde se reúnen en julio y agosto los elefantes salvajes (el Mahoora Safari Camp de Yala ofrece alojamiento y safaris en 4×4), o la reserva salvaje de Yala, conocida por tener una de las mayores densidades de leopardos del mundo.


Un ñandú en la reserva de los Esteros del Iberá, al norte de Argentina. / HOSTERÍA RINCÓN DEL SOCORRO

Argentina por descubrir

La ciudad de Mercedes, en la provincia de Corrientes, una de las regiones menos conocidas del norte de Argentina, es la entrada a la salvaje naturaleza de los Esteros del Iberá, una reserva natural de 1,3 millones de hectáreas que forma el segundo mayor humedal de América del Sur, tras el Pantanal brasileño. Esta población de aire fronterizo es el último lugar donde repostar antes de enfilar los 130 kilómetros de ripio (camino de arena y cascajo) que conducen hasta Colonia Carlos Pellegrini, aldea de pioneros fundada en 1911 al calor de la Ley de Colonización y puerta a los Esteros.Yacarés de mirada furtiva y circunspectos carpinchos (capibaras, roedores del tamaño de un cerdo) son los animales más fáciles de ver y fotografiar en las excursiones por las lagunas del Iberá (agua brillante en guaraní), un ecosistema de esteros, embalsados (islas flotantes) y camalotes (zonas cubiertas de vegetación) donde comparten cartel con 368 tipos de aves, 40 clases de anfibios, 125 de peces (entre ellos, las temibles pirañas) y 60 especies de reptiles, entre los que destacan la boa curiyú, la multicolor y venenosa serpiente coral y la yarará o víbora de cruz.


Lagunas en los Esteros del Iberá, en Argentina. / HOSTERÍA RINCÓN DEL SOCORRO

Más difíciles de vislumbrar son el escurridizo lobito de río (una nutria), el aguará guazú o lobo de crin, el venado de las pampas y el ciervo de los pantanos. En Colonia Pellegrini, el Rancho Iberá ofrece alojamiento y actividades de ecoturismo por el parque nacional del Iberá y los alrededores de los Esteros. A unos 30 kilómetros al sur de Colonia Pellegrini se encuentra la hostería Rincón del Socorro, una antigua hacienda de 12.000 hectáreas convertida en alojamiento ecoturístico con seis habitaciones y tres cabañas en un paraje único. La finca forma parte de las 150.000 hectáreas del Iberá en manos del multimillonario norteamericano Douglas Tompkins, quien al frente de la Conservation Land Trust (CLT) ha emprendido una muy personal cruzada ecologista en Argentina y Chile, donde ha comprado unas 765.000 hectáreas en total para crear santuarios ecológicos.


Dos cosplayers en Den Den Town, en la ciudad de Osaka. / TURISMO DE JAPÓN

Japón: SintoÍstas ‘versus’ Otakus
El Japan Rail Pass, un abono de tren que solo se puede comprar fuera del país, es la mejor opción para moverse y visitar lugares como el santuario sintoísta de Itsukushima, construido sobre el agua en el año 593 en la isla de Miyajima, a una hora de Hiroshima; el parque de los ciervos de Nara, o Kumano Kodo, una antigua vía de peregrinación, reconocida por la Unesco como patrimonio mundial, hermanada con el Camino de Santiago, que enhebra los santuarios sintoístas del suroeste de la isla de Honsu. Los devotos del manga (tebeos), el anime (películas de animación) o los cosplay (disfraces de personajes de ficción) tienen la ruta otaku : por lugares como el Museo Ghibli y los barrios de Akihabara, Nakano Broadway y Otome Road, en Tokio; Den Den Town, en Osaka, o el Museo Internacional del Manga de Kioto.Todos ellos aparecen recogidos en un mapa guía (en inglés) que publica Turismo de Japón, junto a las localizaciones, museos y parques temáticos de series como Shin Chan (de Yoshito Usui), Akira (Katsuhiro Otomo), Sailor Moon (Naoko Takeuchi) o Evangelion (Hideaki Anno), entre otras. Se puede descargar gratis en esta web. En agencias especializadas como Jaltur o Miki Travel se puede comprar el Japan Rail Pass o contratar viajes que incluyen también los vuelos y el alojamiento.

P.D. - El contenido de esta entrada se publicó en el Extra de verano del pasado 22 de mayo (en papel; no había sido volcado en la web de EL PAÍS).

Comentarios

Este viaje tampoco está mal: bajar el río Huallaga desde Yurimaguas hasta enlazar con el Amazonas en Iquitos, mirad: http://www.losmundosdehachero.com/viaje-a-la-amazonia-de-yurimaguas-a-iquitos-por-el-rio-huallaga/ Claro que ahora al parecer hay incluso piratas de agua dulce..
Mmmm, Sri Lanka, cómo apetece...No es un gran viaje, pero sí una gran experiencia de naturaleza. Islandia: http://pasosypedales.blogspot.com.es/search/label/Islandia
Para los que se sientan embrujados por los grandes viajes. Algunas ideas diferentes. http;//www.trekkingyaventura.com
Nosotros usamos la Rail pass para recorrer Japón y terminamos muy contentos de como funcionaba. Aquí tenéis algunas andanzas de allí. http://www.robinju.com/category/viajes-2/asia-viajes-2/japon-asia-viajes-2
Recorrer la ruta panamericana desde México hasta la Patagonia es una experiencia inolvidable ya que de verdad se aprecia la cultura de cada país. Nosotros hace 10 meses comenzamos estre trayecto viajando y viviendo en una VW combi y nos ha cambiado totalmente la vida, ya no volveremos a ser los de antes gracias a todas las experiencias que hemos tenido en nuestro recorrido, aqui pueden ver nuestro día a día http://www.zaiguaweb.com/
¡Me quedo con Japón e India! Dos destinos que no me quito de la cabeza y que estoy segura que uno de ellos será mi próximo destino para el año que viene.¡Buena elección!
Increibles!!!UN listado de experiencias que imposible describir mejor!:)
Estoy completamente de acuerdo con el embrujo que tienen los grandes viajes... aquí una presentación del os míos, de las cumbres mayas de Guatemala al outback australiano pasando por Indonesia, Tailandia o las cumbres del Karakorum en Pakistán: http://asolasconelmundo.com/

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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