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"Deber de"

Tomàs Delclós

Los errores gramaticales que comete el diario son objeto de la crítica permanente y lógica de los lectores, pero si uno ha tenido una especial repercusión ha sido el empleo indebido de la expresión deber de. Y ello porque se publicó en un artículo precisamente dedicado al problema del desconocimiento de la gramática entre los universitarios y se repitió el mismo error en un El Acento dedicado a glosar el tema. Hoy, el diario publica una carta firmada por Julio Llamazares donde se subraya que no saldría al paso de una incorrección lingüística si esta no fuera habitual, no solo en la gente común, sino entre los propios periodistas y escritores, y, sobre todo, si no ensombreciera un editorial (Incorrecciones instantáneas) dirigido precisamente a denunciar las faltas de ortografía y lingüísticas que empobrecen la escritura y la dicción estudiantil.

Previamente, Marina Fernández había remitido una carta en la que opinaba que este tipo de errores son inadmisibles en un diario, pero tienen más delito, si cabe, cuando se producen en un editorial que precisamente denuncia incorrecciones ortográficas.

A su vez, Rubén Sánchez López había enviado otro mensaje en el que decía: Cualquier profesional de la lengua DEBE SABER (el verbo "deber" usado como perífrasis de obligación) que si usamos "deber" para hablar de una posibilidad es necesario incorporar la preposición "de" y solo en este último caso". Y explicaba que anuló una matrícula universitaria en Periodismo al cabo de un mes al constatar, entre otros motivos, las faltas ortográficas y sintácticas que cometía la propia Universidad en la carta de bienvenida así como dos de los profesores que supuestamente debían enseñarme a comunicar cosas de forma clara y correcta. Una pena. A pesar del tono del presente correo, no me gustaría despedirme de ustedes sin agradecerles que dediquen dos de sus páginas de una edición dominical a un tema tan "poco de moda" y marginado como el de expresarse correctamente. Mi enhorabuena.

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 El origen del error no es relevante. Lo importante es que se produjo. Como explica el Diccionario Panhispánico de Dudas:

deber + infinitivo. Denota obligación: «Debo cumplir con mi misión».Con este sentido, la norma culta rechaza hoy el uso de la preposición de ante el infinitivo «Debería de haber más sitios donde aparcar sin tener que pagar por ello» (Mundo [Esp.] 3.4.94).

deber de + infinitivo. Denota probabilidad o suposición: «No se oye nada de ruido en la casa. Los viejos deben de haber salido» (Mañas Kronen [Esp. 1994]). No obstante, con este sentido, la lengua culta admite también el uso sin preposición: «Marianita, su hija, debe tener unos veinte años» (VLlosa Fiesta [Perú 2000]).

Comentarios

No es un error gramatical, pero a mi el que me molesta mucho y por desgracia se usa mucho en este y otros diarios es el de llamar suburbano al metro.Suburbano viene de suburbio, no de que vaya SUBterráneo.http://www.bicirad.es
Más que errores de expresión a veces son indicio de poca coherencia de ideas; como que miles o millones varíen caprichosamente de género según qué concepto cuantifiquen, o la ocurrencia del becario del día contándonos los menos diez grados bajo cero registrados en el norte de España. Los viejos sin patente universitaria asistimos acongojados al asesinato del idioma cada vez menos común, por éstos que sí tienen.
Cito su articulo: "“no saldría al paso de una incorrección lingüística si esta no fuera habitual, no solo en la gente común, sino entre los propios periodistas y escritores".Pues lo que pasa en estos casos, cuando una forma o expresión se incorpora al uso habitual incluso en el lenguaje culto, es que se deja de considerar como tal, y se considera aceptada.Lo que pasa es que la RAE suele hacerlo bastantes años despues de que esto suceda.Por ejemplo, tendrán que terminar aceptando que la W no se pronuncie como la V sino como una G, porque es como la usa el 99% de los españoles. Aunque esto tardarán en asumirlo porque a diferencia de otras lenguas (por ejemplo el alemán), a nuestros académicos les cuesta una enormidad (aparte de lo habitual) admitir cualquier cosa que venga incorporada de otra lengua.

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