Kate Moss se despide del Ritz de París

Un adiós inolvidable es el que ha elegido el Ritz de París para cerrar sus puertas por dos años, en los que se someterá a una profunda restructuración. El mítico hotel, que en sus años más álgidos sirvió de hogar a Coco Chanel, ha acondicionado precisamente la suite donde vivía la diseñadora para convertirla en la escenografía perfecta de una sesión de fotos de Kate Moss.

La modelo británica protagoniza un espectacular editorial en las páginas interiores de la edición estadounidense de la revista Vogue, en su número de abril. La publicación ha querido rendirle un sentido homenaje al legendario hotel parisiense, que hace pocas semanas fue escenario de un incendio, a días de que sea clausurado durante 24 meses.

En las páginas del reportaje, Moss ha querido compartir los recuerdos que ella misma atesora de las vivencias que ha experimentado entre las paredes del famoso edificio. En la mayoría de ellas, el protagonista es su conocido exnovio, el actor Johnny Depp.

“Siempre se quedaba allí”, cuenta la modelo, que posa con distintos trajes de princesa de cuento de hadas. “Yo tenía un apartamento en París en ese tiempo, pero él decía: ‘No, nos hospedaremos en el Ritz’, así que venía y me raptaba para llevarme al barrio alto. No quería vivir a lo pobre en mi piso”.

Las fotografías son obra de Tim Walker y en ellas, Kate Moss aparece en la habitación de Coco Chanel y recreando escenas de ensueño: junto a una bañera llena de espuma rosa o tumbada sobre un sillón rodeado de bolsas de compras de la legendaria marca de la diseñadora francesa. ¿El vestuario? Las colecciones de alta costura de Dior, Alexander McQueen, Chanel, Armani, Giambattista Valli y Givenchy.

En el artículo que acompaña a la sesión de fotos, otros personajes que han pasado sus noches bajo el techo del hotel comparten también sus experiencias. Así, los recuerdos de la aristócrata Amanda Harlech, musa de Karl Lagerfeld, el legendario colaborador de Ana Wintour en la edición estadounidense de Vogue André Leon Talley y el crítico literario Edmund White se mezclan con las vivencias de históricos como Marcel Proust y Coco Chanel.