Periodismo ciudadano
Lourdes Baeza (Madrid) critica la tribuna de este defensor a propósito del periodismo ciudadano. Como lectora y como periodista no puedo por menos que entristecerme cuando desde las páginas de EL PAÍS leo frases justificando el periodismo ciudadano. Lamento no estar de acuerdo en que sea tan saludable como usted pretende hacernos ver. Mas bien todo lo contrario. Se ha convertido en un instrumento más de manipulación ciudadana por parte de gobiernos y entidades sin escrúpulos. A las pruebas me remito. La famosa bloguera de Damasco, que resulto no ser tal; miembros del FBI infiltrados en Anonymous; imágenes que dan la vuelta al mundo como noticia y que resultan ser fruto de una burda manipulación; gobiernos que se hacen pasar por activistas que escriben en la web e intoxican con informaciones falsas... Todo eso lo hemos vivido. Si la prensa está en crisis y no puede permitirse tener a un profesional en el lugar de la noticia para que nos haga de parapeto ante esos intentos de manipulación, díganlo tal cual. Pero no intenten justificar o teñir las carencias informativas con un falso halo de libertad porque la realidad es que la falta de profesionales donde se produce la noticia empobrece una profesión que, en lugar de ofrecer un hueco a ese debate en Internet y a las nuevas tecnologías, se ha dejado seducir por la inmediatez y los bajos costes que ofrece la Red para maquillar un producto que nada tiene que ver con la prensa de prestigio, seria y rigurosa que los ciudadanos se merecen. Así esta "el país"...
Estoy de acuerdo en que en el periodismo ciudadano hay episodios muy lamentables de fraude y mentira. Por ello comento en el artículo que debe estar sometido también a un escrutinio moral. Pero en otros casos, la cobertura ciudadana de un hecho no se produce porque falten profesionales. Se produce porque inevitablemente éstos llegan más tarde o se les impide el acceso por parte de las autoridades con ánimo de silenciar un hecho. Es el caso, por ejemplo, de informaciones imprevistas sobre catástrofes o atentados o protestas sociales donde el testimonio ciudadano de quienes se encuentran en el lugar es el primero en recibirse. La existencia de este periodismo ciudadano no debe sustituir la tarea de los reporteros, pero deben estar atentos al mismo. Y la ruptura del monopolio en la intermediación periodística sigo creyendo que es saludable.
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