Bien por nuestra orquesta
Asistí al concierto de la Orquesta y Coro Nacional de España (OCNE) en el Auditorio Nacional el pasado 17 de febrero —los Kindertotenlieder y la Sinfonía nº1, de Mahler—. Esta sinfonía estuvo sobresaliente. A veces las personas esperamos ansiosas las venidas de grandes orquestas y grandes directores, y la prensa se llena de reseñas. Soy un seguidor de la música de Mahler, he viajado y me he sorprendido con todo lo que han desarrollado Abbado, Rattle, Harding y Jansons, por citar algunos de los que se han introducido en el mundo mahleriano.
Es curioso que cuando esos logros acontecen en casa no se valore igual. Parece que todo aquello que es común se tiñe con un tinte de poco valor —lo normal—, y se nos olvida que muchas veces en ello se encuentra algo sorprendente. No pensamos que las cosas están hechas de contradicciones; que de lo ordinario a veces se construye lo más extraordinario, como sucedió este fin de semana con nuestra orquesta.— Paulo Aillapán.
