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El club de las dueñas del universo

La tradición dictaba que una mujer no podía trabajar en una mina. Traía mala suerte, decían. Hoy, la geóloga Cynthia Carroll domina el planeta al frente de una

Cynthia Carroll sabe explotar como nadie la riqueza que se esconde en las entrañas de la tierra; por eso, no es casualidad que la geóloga tenga un asiento reservado en el directorio de De Beers, el venerable productor de diamantes. Y eso, en un clima dominado por la incertidumbre, en el que los inversores buscan refugio en minerales como el platino, se traduce en poder.

La estadounidense está al frente desde hace cinco años de la minera británica Anglo American. Su hoja de servicio muestra por qué ha sido portada en la edición europea de la revista Fortune, dedicada a las mujeres más poderosas en el competitivo universo de los negocios en EE UU y en el resto del mundo, una arena dominada

esencialmente por hombres. Nadie esperaba que una minera tan conservadora apostara primero por una más bien desconocida, y ni mucho menos por una mujer (tradicionalmente, no se les dejaba bajar a la mina: se decía que

traían mala suerte). De hecho, su nombramiento fue acompañado por una oleada de críticas y un desplome de acciones.

Para ella, el género no fue entonces ni es ahora un problema. Su filosofía es simple: cuentan los resultados y llevar la compañía por la buena dirección. Carroll, por ejemplo, se opone a que se impongan por ley cuotas de inclusión femeninas en los consejos.

Anglo American es la cuarta compañía del sector. Su estrategia: exprimir al máximo las minas que funcionan. Y eso a la vez que se desprende de las líneas de negocios que no encajan con los proyectos esenciales del grupo. Así pretende doblar la producción en una década. La industria minera, dice, es "la sangre que da vida a la economía del siglo XXI".

La ejecutiva es una de las tres mujeres que llevan las riendas de compañías que cotizan en el índice FTSE 100, la lista de los 100 principales valores en la Bolsa de Londres según el Financial Times. El puesto de consejera delegada, que estaba reservado a ejecutivos sudafricanos, lo asumió en marzo de 2007. Ahí empezó a contar. Además, su nombre aparece en el de la petrolera BP y del gigante de la alimentación Sara Lee. La revista Forbes ya la consideró como la cuarta mujer más poderosa del mundo en 2009, lugar que en el ranking más reciente ocupa Indra Nooyi, la persona que más manda en PepsiCo (y primera empresaria en tal lista, tras Angela

Merkel, Hillary Clinton y Dilma Rousseff). Ahora, Cynthia Carrol,de 54 años, aparece en el puesto 35º de un exclusivo club formado por un centenar de mujeres que lideran el mundo de la empresa, político, cultural y social.

El fenómeno de la globalización, apunta otra revista, Fortune, juega a favor de las ejecutivas en Europa; también en Asia. Pero es en EE UU donde está la verdadera cuna de talento y liderazgo, capaz de alterar el ADN y la cultura de dinosaurios como Anglo. Es lo que hace Irene Rosenfeld en Kraft Foods e Indra Nooyi en PepsiCo, a las que se va sumar Virginia Rometti en IBM. Rometty será la máxima representante en la Corporate America. Pero, como señala Fortune, lo que realmente cuenta es el poder que tienen y cómo lo usan para influir en las políticas de sus empresas más que el tamaño de las corporaciones que dirigen. Unas lo ejercen con más visibilidad; otras, como

Cynthia Carroll, lo hacen con menos fanfarria.

Cynthia Carroll, consejera delegada de la minera británica Anglo American, encabeza la reciente lista internacional Power 50 de la revista 'Fortune'.
Cynthia Carroll, consejera delegada de la minera británica Anglo American, encabeza la reciente lista internacional Power 50 de la revista 'Fortune'.CORDON PRESS

SINTECHO DE CRISTAL

La brecha se reduce, pero aún es enorme. Hoy se cuentan 16 mujeres entre los líderes de las

500 mayores corporaciones de EE UU. Hasta enero, la reina de ese restringido club es Irene

Rosenfeld (abajo), que ha relegado a Indra Nooyi (arriba) al segundo lugar tras cinco años

en lo más alto. A comienzos de año, Rosenfeld enseñó músculo partiendo Kraft en dos compañías. Lo que está por ver es cuánto aguantará, si se tiene en cuenta que su papel en

la futura estructura de Kraft no está defi nido. Nooyi es además el referente para cualquier

empresaria de lo que se puede llegar a lograr en el mundo de los negocios sin tener que haber nacido en EE UU y sin ser hombre. El techo de cristal, en su caso, no es que esté resquebrajado: simplemente no existe.

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