Cae 'Tomasín', fugado en septiembre tras la muerte de su hermano
El fugitivo, como un ermitaño, permaneció 57 días camuflado en los bosques del Tineo
En condiciones extremas y con un conocimiento exhaustivo del terreno, Tomas R. V., Tomasín, permaneció 57 días agazapado en los bosques del Tineo, Asturias. Confundido entre la maleza, esquivo y correoso, el hombre que se echó al monte el 3 de septiembre, después de que apareciese el cadáver de su hermano Manuel R.V.,de 49 años, fue capturado el sábado, como una presa. El fugitivo vivía como un ermitaño y no ofreció resistencia, según la Guardia Civil, que le seguía desde el suceso y acabó con su periplo tras semanas de vigilancia y batidas.
El capitán Alberto Rodao, que coordinó el operativo de la detención, aseguró que el principal sospechoso del crimen de La Llaneza "conoce perfectamente" los montes en los que ha pasado buena parte de su vida, según La Nueva España. En el rastreo, centrado en la zona donde se encontró el cadáver, los agentes encontraron indicios de que Tomasín andaba en la zona.
El método de búsqueda fue cambiado debido a la frondosa zona de monte del sudoccidente asturiano, con vegetación y arbolado que impedía la visibilidad y abundante hoja seca caída este otoño, han explicado mandos de la Guardia Civil y el delegado del Gobierno en Asturias, Francisco González Zapico, en una rueda de prensa en la Comandancia de Oviedo.
En el calabozo de este acuartelamiento permanece desde la noche del sábado T.R.V., conocido como Tomasín o El fugao de Tineo, quien de momento no ha aportado "prácticamente nada" de información para esclarecer la muerte de su hermano, cuyo cadáver apareció con signos de violencia cerca de la caseta en la que vivía el ahora detenido.
Fue apresado "sin ofrecer resistencia" sobre las 21.45 horas del sábado cerca de esa caseta, junto a un riachuelo, cuando le sorprendieron apostados unos guardias civiles, algunos de los ocho que desde hace varias semanas se han dedicado a esta "paciente" tarea, que, ha explicado el capitán Alberto Rodao, "era cuestión de tiempo".
El teniente coronel Eduardo Martínez Viqueira ha señalado que en septiembre se hicieron batidas con perros, helicópteros y más de cuarenta guardias civiles. La frondosidad en la zona era tal, con helechos de más de dos metros o copas de árboles entrelazadas, que no se podía ver a escasos metros. "Teníamos una yegua a dos metros, la oíamos y no la veíamos", ha relatado Rodao. Además, ya en octubre, con abundante hoja seca otoñal que hacía que toda pisada se oyese, hubo que cambiar el método y optaron por los apostados.
Durante estos dos meses fueron hallados vestigios de que Tomasín permanecía en la zona del monte Caborno, las peñas de Buscablos y las vaguadas de helechos próximas. Por ejemplo, ropa junto a una cascada, restos de una hoguera, leña apilada o bolsas de plástico, tanto cerca de su cabaña, como de un vehículo suyo abandonado o una cueva en la que se comprobó que alguna vez pernoctó. Tomasín conocía esos montes, ya que en la zona su familia tenía ganado en unos pastos comunales, y "estaba acostumbrado" a una vida casi ermitaña.
Martínez Viqueira, que ha subrayado que permanece el secreto sumarial, ha indicado que Tomasín es el sospechoso de la principal línea de investigción sobre la muerte de su hermano, Miguel Rodríguez Villar, de 49 años. Murió de un fuerte golpe entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre, cuando la Guardia Civil halló su cadáver tras denunciar la desaparición unos familiares. González Zapico ha recordado que, tras ser interrogado, pasará a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Tineo antes del martes por la noche.
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