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Los doctores de ERC

De las distintas funciones que tienen asignadas los partidos políticos, en tiempos de crisis interna hay dos que se deben meditar profundamente: generar nuevas ideas para hacer progresar la sociedad y encontrar las personas idóneas para liderar y fortalecer el partido. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), después de los malos resultados obtenidos en las últimas elecciones autonómicas y municipales, está en esta fase de reflexión interna.

En el terreno de las ideas, probablemente el más importante, hay dos aspectos que marcan el perfil ideológico de ERC: los valores de izquierdas y el independentismo. En la coyuntura política catalana actual, los ideales de izquierda están claramente en crisis, mientras que el independentismo está, gracias a la labor de ERC ?y también a la del PSOE y del PP?, socialmente más aceptado, es más transversal y está representado institucionalmente por más fuerzas políticas. Según datos del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, una cuarta parte de los catalanes considera que Cataluña debería ser independiente (en una pregunta que es todavía de múltiple respuesta) y todos ellos pertenecen a electorados muy distintos (el 70% de los votantes de ERC, el 27% de CiU, el 17% de ICV-EUiA, el 9% del PSC y uno de cada cinco abstencionistas se declaran independentistas). Con estos datos, que ratifican un saludable independentismo transversal, ERC debería debatir, renovar y reactivar con mayor urgencia las ideas de izquierdas (el 97% de los votantes de ERC del 28-N se autodefinen de izquierdas). Por tanto, una buena estrategia para resurgir ideológicamente sería empezar a construir unas bases sólidas para asentar un ideario de izquierda nacional que desarrolle y modernice con inteligencia los preceptos sociales más arraigados de la socialdemocracia europea y los valores más irrenunciables del republicanismo. Cataluña necesita un partido fuerte que se base en un catalanismo social y popular de izquierdas, y que siga haciendo pedagogía de un independentismo que ya ha pasado de ser una ilusión utópica a una realidad que requiere, sin dogmatismos, una hoja de ruta.

Este nuevo proyecto político debe extenderse por todo el territorio y ser liderado por personas con experiencia y capaces de construir un discurso político para una izquierda sin norte y con muchos adjetivos. En el territorio ERC sigue viva y así lo demuestran los 1.400 concejales y las más de 100 mayorías absolutas que, a pesar de todo, ha conseguido en las últimas elecciones municipales. En cuanto a las personas, de los distintos nombres que se manejan en estos momentos, hay dos que pueden consolidar un buen tándem de renovación y experiencia: Junqueras y Ridao.

Oriol Junqueras es doctor en Historia del Pensamiento Económico y profesor de la UAB, y puede aportar su amplia visión como diputado en el Parlamento Europeo y su proximidad al ciudadano como alcalde de Sant Vicenç dels Horts. Junqueras, que tiene el valioso apoyo del actual presidente de ERC, puede dar oxígeno al partido, está al margen de las luchas fratricidas de antaño, puede conectar con las nuevas generaciones independentistas e incluso puede ser capaz de aunar un independentismo ubicuo bajo un nuevo independentismo democrático con marchamo europeo.

Joan Ridao, que es doctor en Ciencias Políticas y profesor de la UB, tiene el aval de su extenso e intenso trabajo en el Parlamento de Cataluña y, actualmente, en el Congreso, y es uno de los pocos miembros del legislativo que sabe legislar. Más allá de su experiencia institucional, puede aportar su conocimiento del partido, su credibilidad como político, su capacidad comunicativa y un valor que es más importante de lo que parece: el reconocimiento de su labor por parte de dirigentes de otros partidos, de líderes de opinión y de profesionales de los medios de comunicación.

La receta para el liderazgo de ERC podría ser, en definitiva, un tándem de dos doctores que han publicado mucha reflexión política y que son capaces de generar nuevas ideas, trabajarlas en equipo y transmitirlas a una militancia y a una sociedad políticamente muy exigentes; un tándem entre la novedad ilusionante y la experiencia acreditada; un tándem incluso poético: m'exalta el nou i m'enamora el vell.

Jordi Matas Dalmases es catedrático de Ciencia Política de la UB.

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