No se pega
"Tu hijo ha pegado a un compañero en el patio". ¿Qué hacer cuando el profesor te advierte de este comportamiento, o presencias cómo a tu retoño se le va la mano (o los pies, o la boca...) con cierta frecuencia? Ignasi Bau, maestro y psicopedagogo, ofrece algunas claves para tratar estas situaciones.
Conviene tener en cuenta varios factores como la edad del niño y el contexto en que se dan estas situaciones. En general, podríamos considerar que estas conductas, en momentos concretos de la evolución del niño, forman parte del crecimiento y de la adquisición de habilidades sociales.
¿A qué edad se empieza con esta conducta?
Hay un periodo que va de losdos a loscuatro años y otro que es entre los 11 y los 12 años. En el primer periodo dicho comportamiento es resultado de la falta de estrategias para resolver conflictos, la escasez de lenguaje verbal y la poca tolerancia a la frustración.
En el periodo preadolescente, el niño vive una etapa de cambios cognitivos y fisiológicos que no sabe cómo gestionar. La respuesta a esta situación de transformación puede ser en forma de agresividad física o verbal.
¿Qué hay que hacer?
En edades tempranas debe “observarse” cualquier situación antes de reaccionar precipitadamente. Podemos entender este comportamiento como parte necesaria del proceso de crecimiento y parte fundamental del proceso de socialización. Tenemos que ayudar al niño a verbalizar aquello que le pasa. Hay que irle proporcionando herramientas e indicarle diferentes caminos para solucionar situaciones comprometidas. Con el desarrollo del lenguaje, hacia loscuatro años, debería reconducirse este comportamiento.
¿Por qué se tiene esta conducta?
- Incapacidad de resolución de conflictos.
- Falta de verbalización y sentimiento de frustración.
- No limitación de conductas en casa. Ausencia de normas.
- Actuar por imitación (agresiones físicas y/o verbales en la familia).
- Separación de los padres (no entendimiento).
- Muerte de un ser querido (parte del proceso del duelo).
- Nacimiento de un hermano (celos)
- Cambio de colegio o mudanza de casa (alteración de las rutinas).
¿Qué hay que hacer cuando un niño vuelve de clase y dice que le ha pegado un compañero?
Asegurarnos de que sea cierto y valorar la situación en su justa medida. Intentar averiguar el motivo que ha provocado el conflicto, buscando la verbalización de los hechos. Ser prudentes en la reacción para no provocar una respuesta negativa que lo único que haría sería reforzar este tipo de comportamientos. Dar alternativas para la resolución de situaciones futuras similares. Educar en valores: el respeto, la tolerancia, la amistad, son las bases para la convivencia en sociedad.
¿Qué herramientas y alternativas propone para los niños?
- Mantener la calma y no responder a su agresividad con la nuestra (se reforzaría esa actuación).
- Elogiarlo cuando juegue y se comporte adecuadamente (refuerzo positivo). Reforzar los comportamientos adecuados con muestras de cariño.
- Proceder siempre de manera sistemática.
- Cuando el pegar forma parte de una rabieta, no permitir nunca que consiga su propósito por ese procedimiento.
- Ayudarle a verbalizar estas situaciones.
- Darle estrategias, recursos que le permitan gestionar situaciones de conflicto.
- Decirle "no se pega", pero nunca decirle "ya no te quiero".
- Educarle desde la estimación, desde la reflexión (valorando todo el pack: qué ha provocado la situación, el por qué, y la reacción final).
Actualización: A la vista de algunos comentarios, he cambiado la redacción del primer párrafo, que daba lugar a confusión, para aclarar que este texto trata principalmente de qué hacer con los niños que pegan. Para los interesados en el tema de los que reciben agresiones, tenemos previsto tratar el tema en el blog próximamente.
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