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Puigcercós sale de campaña para rescatar a ERC

El partido quiere recuperar la unidad y busca un líder que lo consiga

Renacer y volver a unir Esquerra. Este es el objetivo y el reto que el partido debe alcanzar antes del congreso nacional, que con toda probabilidad se celebrará en octubre. El partido ha elegido como lema nacional de campaña Sempre hi som (Siempre estamos ahí, casi una proclama de supervivencia) y abre los brazos a "nuevas sensibilidades" para afrontar una nueva etapa. Esquerra quiere así renacer de sus cenizas después del congreso cainita de 2008 y del batacazo electoral del pasado noviembre. Pero ¿quién será el líder capaz de recuperar la unidad perdida del partido? El nombre del candidato a la alcaldía de Barcelona, Jordi Portabella, suena fuerte, pero antes deberá superar el examen de las elecciones municipales. Portabella ya ha reconocido públicamente que no hace ascos a presentarse al cargo de presidente del partido. Tampoco lo ha descartado Joan Ridao, actual secretario general de ERC. Fuentes del partido apuestan también por otros nombres, como los de Anna Simó, actual portavoz de ERC en el Parlament, y el eurodiputado Oriol Junqueras.

Mientras, el presidente saliente, Joan Puigcercós, al que le quedan apenas cinco meses de mandato, ha iniciado su campaña particular y durante estas semanas se está pateando el territorio (sale a mitin diario). Y es que el presidente republicano tiene que dejarlo todo atado y bien atado para el congreso y conseguir hilvanar una buena red de apoyos en las federaciones comarcales para presentar una candidatura fuerte y unitaria en la próxima asamblea.

Lo deseable para Puigcercós sería llegar al mes de octubre con una importante masa a su favor, fiel a sus planteamientos, y que de paso le sirva para no cerrarle la puerta para volverse a presentar como candidato a la Generalitat.

Y es que el partido hace todo lo posible por dejar atrás el recuerdo del fatídico congreso de 2008, donde el entonces presidente, Josep Lluís Carod Rovira, se encontró con una retahíla de competidores, cosa que llevó a la mayor escisión interna que ha vivido ERC en su historia. Entonces aparecieron pequeños partidos, como Reagrupament, Solidaritat per la Independència y Democràcia Catalana, que también reclamaban su porción del pastel del voto independentista. Esta atomización y la agonía de la última etapa del tripartito pasaron una dura factura a ERC en las últimas elecciones autonómicas, en las que perdieron la mitad de los votos. Y ello en un momento en que las tesis independentistas tienen mejor acogida entre la población.

Pero la lección está aprendida y en Esquerra se repiten hasta la saciedad dos palabras: sumar y unidad. E incluso se habla de la necesidad de que el partido "se abra a todas las sensibilidades de izquierdas", un abrazo que podría llegar hasta figuras del halo socialista, como el exconsejero de la Generalitat Ernest Maragall.

El próximo congreso nacional debe servir para elegir el nuevo presidente del partido, después que Puigcercós renunciara a la elección, cediendo así a la presión de ciertos flancos de la formación que pedían una renovación después del batacazo en las autonómicas. El reto del congreso será encontrar ese líder que sea capaz de reconstruir la unidad del partido. Joan Ridao suena como candidato preferido por Puigcercós, pero deberá lidiar con Portabella. El candidato barcelonés podría subir muchos peldaños en el escalafón interno del partido si consigue mantener los cuatro concejales actuales, lo que sería considerado un resultado "excelente", según reconocen en el partido.

Pero de momento los republicanos no quieren pensar en el mes de octubre y, de hecho, en diciembre se hizo un pacto de silencio para dejar todo lo concerniente al congreso de octubre para después de las elecciones municipales. Y es que en estos comicios el partido se juega mucho.

Los resultados de las municipales, si son buenos, "traerán esperanzas", apuntan fuentes de la formación. "Entonces habrá que mirar qué fórmulas han funcionado y cuáles no", añaden. Es decir, si las siglas ERC todavía sirven de reclamo suficiente o necesitan muletas de apoyo con nombres como Reagrupament o Democràcia Catalana.

Miembros del partido descartan fusiones con estas formaciones a corto plazo. Juntos, pero no revueltos. Y es que Portabella reconoció en un mitin que "sumar siempre es interesante, pero no se puede sumar todo".

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