CiU aumenta su control sobre la Sindicatura de Cuentas

Tras un año de retraso, la Sindicatura de Cuentas acabará con su estado de provisionalidad. Convergència i Unió (CiU) tendrá a partir de ahora más control sobre el ente que fiscaliza las cuentas de las Administraciones Públicas. El Parlament votará la semana que viene la renovación de los cuatro síndicos que desde hace un año tenían el mandato caducado: Ernest Sena (propuesto por CiU), Agustí Colom (de ICV), Alexandre Pedrós (afín al PP, fallecido en junio), y el síndico mayor, Joan Colom, propuesto por el PSC. En teoría, los miembros de la Sindicatura son independientes votados por consenso, con el voto de tres quintas partes del Parlament, 81 diputados.

En la práctica, los partidos calculan los miembros que le tocan por cuotas, y así pueden colocar un síndico afín. Con la nueva composición del pleno surgido tras las elecciones autonómicas, CiU aumentará considerablemente su control sobre el ente fiscalizador: propondrá el presidente ?aunque buscará consenso con PSC, ERC y PP, también representados en la Sindicatura? y tendrá un miembro más.

El organismo se compone de siete síndicos, cuyo mandato se renueva cada seis años. Una vez nombrados por el Parlament, CiU tendrá tres miembros ?incluido el presidente?, el PSC, dos y PP y ERC, uno. Hasta el viernes, día en el que CiU deberá proponer un candidato a síndico mayor, no se sabrán los cuatro nuevos miembros. Con el mandato aún en vigor, quedan Jaume Amat (CiU), Enric Genescà (PSC) y Jordi Pons (ERC). El pacto para renovar la Sindicatura deja fuera a Iniciativa. Tal fue la exclusión a la que sometieron el resto de partidos a los ecosocialistas que los miembros de ICV conocieron el acuerdo en la misma reunión de la Mesa del Parlament.

ERC puede perder también a su síndico en la próxima renovación, que debería producirse, en teoría, dentro de dos años. A CiU le han venido las prisas para renovar la Sindicatura una vez ha alcanzado el Gobierno. Cuando estaba en la oposición, paralizó los cambios para beneficiarse de un buen resultado electoral. Ganadas las elecciones, la formación recoge ahora los frutos.