La Generalitat organizará todo el tráfico ferroviario en Cataluña menos la alta velocidad

El 1 de enero próximo el Gobierno catalán unirá a la gestión de Rodalies la de los trenes regionales que circulan por las líneas de ancho ibérico. Es decir, los de siempre. Solo los trenes de largo recorrido y los que circulen por las vías de ancho europeo y con alta velocidad quedarán fuera de su competencia. El pacto para este traspaso ha sido firmado hoy en Barcelona por el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el ministro de Fomento, José Blanco. Ambos resaltaron que la medida da cumplimiento a lo estipulado en el Estatuto catalán. "Es nuestro Estatuto" enfatizó Blanco, para añadir, "nosotros lo votamos".

El servicio de trenes regionales mueve 800 trenes cada año, con unos 11 millones de viajeros al año y une las cuatro capitales catalanas, con extensiones hacia el norte, desde Girona, y el sur, desde Tarragona y Reus, además de la línea Manresa-Lleida.

Siete líneas traspasadas

En total son siete las líneas que se traspasan. Desde Barcelona hacia el norte, la que enlaza con Girona, Portbou y Cerbere (4,7 millones de pasajeros al año). Por el sur, la que tiene mayor número de usuarios es la Barcelona-Tortosa (2,1 millones), que se ve reforzada por una segunda línea que une Barcelona con Castellón y Valencia, con parada en L'Aldea (Tarragona) y que transporta unos 792.000 pasajeros cada año. También por el sur, la línea Barcelona-Reus-Ribaroja da servicio a unos 900.000 usuarios anuales. En la misma vía, se ofrecen unos cuantos servicios que superan Ribaroja para dirigirse hacia Zaragoza, con 1,3 millones de viajeros cada año.

A estas líneas hay que añadir las dos interiores. Lo que une Barcelona con Lleida por Manresa, con medio millón escasos de pasajeros y la que va de Zaragoza a Lleida por Monzón, que tiene sólo 72.500 pasajeros al año. La infraestructura de la línea de Manresa es, en estos momentos, una de las que se encuentra en peor estado y Fomento ha comprometido diversas actuaciones para mejorarla.

El traspaso firmado hoy deja fuera los trenes Avant que viajan entra Lleida, Tarragona y Barcelona por la línea de alta velocidad y a 220 kilómetros por horas. Un servicio que es utilizado por unos 400.000 viajeros al año y subiendo.

Estructura tarifaria diferente

El motivo, ha explicado el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, es que tienen una estructura tarifaria distinta, de modo que su gestión se aplaza hasta que entre en funcionamiento la línea de Girona, lo que permitirá una reforma general de todos los servicios ya que todos los trenes de larga distancia y prácticamente todos los que enlacen las cuatro capitales de provincia catalanas pasarán a las vías de alta velocidad, permitiendo aumentar las frecuencias de los cercanías y otros regionales.

El pacto firmado deja pendiente la valoración económica, aunque se trata de un asunto relativamente menor, porque, mientras el de Rodalies es un servicio deficitario y su traspaso exigía compensaciones de Fomento a la Generalitat para mantener la calidad, las tarifas de los trenes regionales cubren prácticamente el coste.