Un golpe de viento provocó la tragedia
Los compañeros de los dos brigadistas muertos perdieron su rastro al poco de llegar al incendio - La Xunta tilda de "acción criminal" el fuego de Fornelos
La muerte de los brigadistas Julio Martínez Dasilva y Rodrigo Amo González en el incendio de Fornelos de Montes conmovió ayer a toda Galicia. Aún nadie ha podido explicar por qué se separaron del grupo que formaban con otros cinco compañeros y que, a modo de avanzadilla, planificaba el ataque al fuego, en ese momento incipiente. El frente de llamas fue cobrando dimensiones precisamente porque, con viento fuerte, los equipos de extinción tuvieron que desviar su atención a la búsqueda de los compañeros desaparecidos. Encontraron sus cadáveres al cabo de una hora, a 100 metros del punto de partida. Las llamas acabaron devastando unas 100 hectáreas de monte bajo y arbolado.
La Xunta daba cuenta ayer de una docena de incendios en otros tantos municipios de Galicia, casi todos de la provincia de Pontevedra. Dos de ellos, en Poio y Laza, crecían sin control. Ha sido activada la alerta máxima para el fin de semana, en el que no se esperan lluvias y sí la continuidad del fatídico viento nordés que azuza las llamas.
La primera noticia del incendio de Fornelos, según la cronología facilitada por los responsables de la Xunta, se tuvo a las 22.24 horas. La brigada de Gondomar, en la que se integraban Julio Martínez, de 27 años, y Rodrigo Amo, de 35, ambos con experiencia en varias campañas anteriores, fue la primera en llegar, con una motobomba, poco antes de las once de la noche. El grupo, desde una suerte de meseta en lo alto del monte, estaba analizando los puntos de ataque al fuego que se había iniciado en el lugar de Rial cuando, a las 23.05 horas, echaron en falta a los dos compañeros. Los llamaron a voces y no respondían. A las once y media comunicaron su desaparición a las autoridades. Doce minutos después de la medianoche encontraron sus cadáveres.
Samuel Juárez, conselleiro de Medio Rural, expresó su "extrañeza" por el desarrollo de los acontemientos y no dudó en atribuir intencionalidad al incendio, que calificó de "acto criminal". La consellería indicó después que las conclusiones preliminares apuntan a que los dos brigadistas fueron sorprendidos por un golpe de viento.
Medio Rural está realizando una investigación interna para esclarecer las causas del trágico suceso. Inicialmente no era un incendio complejo, según declaró Juárez por la mañana, pero durante el tiempo de búsqueda de los desaparecidos las llamas camparon a sus anchas. A última hora de la tarde, la consellería precisó, en base a los testimonios de los compañeros de los fallecidos, que la brigada había sido sorprendida por un "súbito golpe de viento" y que Rodrigo Amo y Julio Martínez se desorientaron entre el humo y las llamas, mientras que otros compañeros pudieron resguardarse en una zona ya quemada, "que es lo recomendable en estos casos". Esta versión, aun sin ser definitiva, no concuerda del todo con la que facilitaron por la mañana el propio Juárez y Alfonso Rueda, conselleiro de Presidencia, que atribuyeron el rápido crecimiento del incendio a que los brigadistas descuidaron su combate para centrarse en la búsqueda de los desaparecidos.
A la una y media de la madrugada, y ya con un amplio despliegue de brigadas y maquinaria de extinción, se declaró el nivel 1 (el de mayor peligrosidad) y las autoridades recomendaron desalojar la aldea de Oitavén por la cerrazón de humo que el viento empujaba hacia el núcleo de casas de la parroquia. Nadie atendió el consejo, sólo un par de vecinos del propio lugar de Rial, donde se inició el fuego, llegaron a desalojar sus viviendas.
Los cadáveres de los dos brigadistas fueron levantados poco antes de las cuatro de la mañana ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Redondela, que ordenó su traslado al Hospital Nicolás Peña de Vigo para que les fuera practicada la autopsia. El juzgado está pendiente ahora de recibir ese informe y el atestado de la Guardia Civil para iniciar las correspondientes diligencias. Tanto Rueda como Juárez abundaron en destacar los indicios de que el fuego fue provocado: por la hora en que se inició y por los cuatro fuegos precedentes que se registraron en la misma zona durante esta misma semana. Por ello calificaron lo sucedido de "acto criminal" y a sus posibles autores de "potenciales asesinos". Para confirmar sus sospechas de que el incendio de Fornelos fue intencionado, Juárez destacó que era el cuarto fuego declarado en el mismo lugar por cuarto día consecutivo. Desde la Xunta se pide a la Delegación del Gobierno que se investigue y aumente la presión sobre los incendiarios
Las declaraciones de condolencia se prodigaron ayer desde partidos, sindicatos y asociaciones ciudadanas. El Ayuntamiento de Fornelos declaró cuatro días de luto y las banderas en los de Nigrán y Tomiño, de donde eran naturales las víctimas, ondean a media asta. Pero también fueron ayer frecuentes las críticas a la Xunta por su precaria política de prevención y la escasez de medios que dedica a la limpieza de los montes para atajar los riesgos de incendio.
En lo que va de año ya han ardido 4.300 hectáreas, 1.500 de ellas en este mes de agosto y a las víctimas mortales de ayer hay que añadir la del jueves de la pasada semana, una mujer, en una aldea de Serra de Outes, que apareció muerta en medio de incendio forestal declarado en las inmediaciones de su casa.
Medio Rural declaró ayer controlado el fuego de Fornelos (100 hectáreas quemadas), así como los de Cualedro (cuatro hectáreas), Manzaneda (22), Covelo (35), Sober (130), Salceda (20), A Pobra do Caramiñal (42), Oímbra (26), A Cañiza (9,5) y Folgoso do Caurel (20). Ardía el monte sin control en Laza y en Poio. En todos ellos cobra singular relieve la alerta máxima declarada para un fin de semana azotado por el nordés.
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