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Condenado a 37 años el 'kamikaze' de la calle Larios de Málaga

El conductor, un guardia civil retirado, atropelló a nueve personas en una calle peatonal

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 37 años y medio de prisión a A. B. M, un guardia civil retirado que irrumpió con su vehículo el 30 de agosto de 2008 en la calle Larios de Málaga, vía peatonal del centro de la capital. En la sentencia, se le condena por cinco delitos intentados de asesinato alevoso a una pena de siete años y medio de prisión por cada uno de ellos. La sala estima que existió una atenuante de anomalía psíquica. También tendrá que indemnizar a tres de las víctimas.

El 30 de agosto de 2008, sábado, poco antes del mediodía, residentes y turistas paseaban por la calle Larios, la vía peatonal más emblemática de Málaga. Los viandantes caminaban distraídos cuando se desató la furia de A. B. M. Este kamikaze, al volante de un Rover de color negro, irrumpió en la calle tras sortear los bolardos que impedían el paso y, a toda velocidad, atropelló a cuanta persona se cruzó en su camino.

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Sentencia caso Larios

En apenas un minuto y medio, arrolló a nueve personas, de las cuales cinco sufrieron heridas graves o muy graves. El fiscal de seguridad vial de Málaga, Javier de Torres, solicitó para A. B. M un total de 40 años de cárcel por cinco delitos de asesinato en grado de tentativa. En su relato de hechos, el Ministerio Público señaló que "deseoso de su propia muerte", el acusado salió de su domicilio de Fuengirola "con la idea de cruzarse por la autovía haciendo un trompo para que le golpearan los coches y así morir". Sin embargo, A. B. M. no reunió el valor necesario para esa maniobra y optó por llegar a Málaga.

Trastorno de personalidad

Su intención era atropellar a un policía para obligar al agente a que lo mataran a tiros en defensa propia. Como no encontró a ningún policía se lanzó a arrollar a paseantes por la calle Larios a unos 70 u 80 kilómetros por hora. Aunque quiso darse a la fuga, un empleado de limpieza le cortó la huida con el camión de la basura. El acusado sufre un trastorno de personalidad que le sirvió de eximente en una condena anterior por lesiones. Sin embargo, el fiscal advirtió que en el momento del atropello el ex guardia civil había abandonado el tratamiento.

El ex guardia civil admitió durante el juicio que quería "hacer daño". Seis psiquiatras coincidieron en que el kamikaze era responsable de sus hechos a pesar del trastorno mental que padece. "Me sentía mal, sufría una barbaridad y tenía ganas de matarme", aseguró el acusado. A pesar de ello reconoció ser "consciente" de que no le estaba pasando nada porque iba dentro del coche.

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