_
_
_
_

A los bomberos de Madrid les gustan sus sirenas

El Ayuntamiento justifica el exceso de ruido de los coches de emergencia, saltándose una norma europea, en el "apego" del cuerpo a sus "tradiciones"

A los bomberos de Madrid les gusta el ruido. Concretamente, le tienen mucho "apego" al ensordecedor sonido de sus sirenas nocturnas. Al menos, eso es lo que afirmó esta mañana el director general de Emergencias y Protección Civil, Alfonso del Álamo, en la comisión ordinaria de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid.

Respondía a una pregunta del concejal de Izquierda Unida Ángel Lara. La cuestión era por qué razón los coches de bomberos sobrepasan los 90 decibelios de sonido a tres metros, cuando ponen sus sirenas de emergencia a funcionar. Una barrera máxima que establece una normativa europea transpuesta a la legalidad española mediante un Real Decreto en 2007. Del Álamo, después, desgranó otras razones de orden práctico y presupuestario, pero su primera respuesta se detuvo "en el apego de los bomberos por sus cosas".

Marcelino Sierra, de Comisiones Obreras y bombero de profesión, deja escapar una risilla cuando se le comenta la réplica de Del Álamo. "Es muy gracioso", insiste Sierra, antes de afirmar que ellos tienen una serie de normas de régimen interno que regulan las sirenas y que, en cualquier caso, tienen el volumen idóneo para advertir de su presencia.

"Ahora quieren poner una única sirena, porque la verdad es que no todas suenan igual. Las modernas son más ruidosas que las que llevan los coches antiguos". Eso es porque la variedad de los vehículos es grande. Los hay que tienen más de 20 años de antigüedad.

El Ayuntamiento, igual que todas las demás administraciones, tenía hasta octubre de 2008, un año, para adaptarse a esta ley europea. Una norma que expresamente habla de los vehículos de emergencia y que limita su volumen a la horquilla entre 70 y 90 decibelios. Pero ahora, en lo que respecta a los bomberos, emplaza a la oposición a aguardar hasta 2010.

Ángel Lara, el concejal de Izquierda Unida que fue quien llevo hasta la comisión la pregunta y esgrimió el decreto, considera que el caso ilustra "la desidia absoluta y el poco respeto por las leyes" del ayuntamiento madrileño.

Otro de los argumentos que utilizó Del Álamo para rebatir a Lara, una vez visto que el del gusto de los bomberos por sus tradiciones no sonaba muy serio, fue que los coches de este cuerpo son propiedad del Ayuntamiento, por lo que es dificultoso llevarlos a un taller y mientras tanto quedarse sin efectivos en su parque móvil. Sin embargo, en el caso de policía y servicios sanitarios, los vehículos son en la modalidad de renting, con lo que "es más fácil hacerles modificaciones".

En la línea de postponer el asunto hasta el año próximo, el director general de emergencias comentó que el Consistorio debía recorrer varios pasos antes de poder adaptarse a la normativa: "Hay que hacer un diagnóstico de la flota, determinar el cronograma de la adaptación y hacer un estudio presupuestario", por lo que del Álamo indicó que los 126.064 euros necesarios para realizar el cambio se incluirán en las cuentas de 2010

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_