El mercado de Sant Antoni, bajo las carpas

La apertura de las dos carpas del mercado provisional de Sant Antoni, tras el cierre del centenario mercado para su rehabilitación, ha concentrado a tal cantidad de personas esta mañana que resulta dificil dar un paso entre los puestos de venta. Sobre todo en la carpa del mercado de alimentación porque la destinada a los Encantes no tiene tantas apreturas.

Ambas instalaciones, situadas en la Ronda de Sant Antoni desde el cruce con Urgell al de Casanova, son idénticas de dimensiones: tres filas de paradas separadas por dos pasillos. La del mercado del fresco necesita un espacio para almacén y cámaras que está situado detrás de los puestos. El resultado es que en cada uno de los pasillos se pierden 60 centímetros útiles para el comprador. De ahí, las aglomeraciones de algunas paradas y el lento paso.

De todas formas, la clientela soportaba las apreturas en un primer día en que en prácticamente todos los puestos se podía picar algo y tomar una copa de cava o un vino.

Y si la carpa de Sant Antoni acaba de abrir, la que se prepara para cerrar es la del mercado de la Llibertat, en Gràcia, que el próximo martes vuelve a su emplazamiento. En el caso de Sant Antoni, la reforma del mercado se prevé larga, no menos de cuatro años.