"La explosión ha sido bestial y en la playa ha hecho eco"
Los vecinos de la zona afectada por el atentado en Calvíà narran el pánico vivido tras el estallido
La explosión de la bomba lapa de la banda terrorista ETA escuchó a varios kilómetros de distancia del lugar del atentado, según relataron varios testigos a EL PAÍS. Cientos de personas estuvieron varias horas ayer por la tarde recluidas en hoteles y viviendas de la urbanización mallorquina de Palmanova, cerca de Calvià.
Paco, uno de los vecinos, que vive a 90 metros del lugar de la explosión, comentaba que habían "escuchado un petardazo enorme", y que al principio pensaron que se trataba de un accidente de tráfico. "Cuando me asomé a la ventana vi un montón de gente corriendo y gritando y todo acordonado y mucho humo", explicaba. Según su testimonio, "la gente corría y gritaba muy asustada pensando que podría haber otra bomba". Este hombre explicó que el lugar donde se produjo el atentado es una zona en la que no hay viviendas cerca y donde hay un gran número de extranjeros en los hoteles próximos. "Vi una columna de humo, olía mucho a goma", proseguía Paco, que explicaba que un amigo que se encontraba en el lugar vio cómo las fuerzas de seguridad "sacaban a dos personas del agua". "Supongo que les resultaron sospechosos", añadía.
Un estruendo tremendo
"Fue un estruendo tremendo y muy seco al que siguió, segundos después, una columna de humo que se elevó". Así explicaba el director del Hotel Cas Saboner, que se encuentra a 100 metros de distancia del cuartel nuevo de la Guardia Civil de Palmanova cómo vivó la explosión. El responsable del establecimiento afirmaba que, a continuación, se dirigió en compañía de otros trabajadores y viandantes al lugar de la detonación, ubicado junto a una oficina de Correos que emplean de forma habitual los vecinos y los turistas que acuden a este núcleo turístico costero mallorquín, donde comprobó que se trataba de un todoterreno que se hallaba destrozado.
También pudo ver un cuerpo en el exterior del vehículo e, inmediatamente, empezaron a salir de las dependencias del cuartel otros agentes que despejaron la calle de personas, ante el peligro de la situación, y apagaron las llamas con un extintor. La explosión y los momentos siguientes fueron observados también por una camarera de pisos del establecimiento, ha confirmado.
Alejandra, que trabaja en una farmacia cercana, señalaba que la Guardia Civil y la policía estaban impidiendo que los curiosos se asomaran a los balcones. "La explosión ha sido bestial y ha hecho eco en la playa", narraba Alejandra, que también había oído comentar que se estaba "buscando a alguien en la playa". Esta testigo, que se encontraba a escasos metros del lugar de la explosión, explicaba que el lugar donde encontraron la muerte los dos agentes es una zona de servicios, donde se ubican el centro de salud, una oficina de Correos, y un edificio en construcción. "También hay un párking al que no han dejado acceder, nadie puede coger el coche, porque están rastreando todos los automóviles". Cristina, una de sus amigas, que pasó por el lugar inmediatamente después de la explosión, pudo ver a uno de los guardias civiles en el suelo y mucho humo. "Cristina me ha dicho que también ha visto a guardias civiles llorando. Está muy impresionada y muy agobiada", narraba. "El coche acojona, sólo ha quedado la parte de abajo".
Toni, empleado de uno de los hoteles ubicados muy cerca del lugar de la explosión comentaba este jueves por la tarde cómo varios amigos y familiares le habían telefoneado porque la explosión se oyó a varios kilómetros a la redonda. "Al principio no sabíamos lo que había pasado, la centralita se ha colapsado, y uno de los clientes, inglés, me ha dicho: 'Eso es una bomba, llevo 20 años en el Ejército y sé reconocer una explosión", recordaba. "No podemos salir aún del hotel y ya son las cinco y media. Yo acabo a las tres y mira, aún estoy aquí porque los compañeros que nos dan el relevo no pueden acceder a Palmanova. La gente se la ha tomado con bastante tranquilidad. El problema es los que tienen que marchar hoy que no saben a qué hora podrán salir", añadía.
A Araceli la explosión la sacó de la cama. "Estaba durmiendo y de repente ha retumbado la casa entera, después hemos oído las ambulancias y hemos visto un montón de humo", explicaba esta joven de 15 años. "Mi padre pensó inmediatamente que era un atentado. No nos dejan salir de casa. No sabemos cuándo nos dejarán salir. A mi hermana no le han dejado pasar, se ha quedado en la calle. Tenemos miedo. Da cosa que haya atentados por aquí al lado, aquí nunca ha ocurrido nada", afirmaba inquieta esta joven. En los corrillos que se formaban en los rellanos de los edificios cercanos se comentaba con temor que podría haber otra explosión. "La gente no tiene ganas de salir a la calle porque nos han dicho que a lo mejor había otra bomba. Yo estaba durmiendo y pensé que se había roto algo del edificio, como hay una obra al lado, que habría explotado algo de la obra. La verdad es que estoy muy impresionada", señalaba Araceli.
Como miles de personas, Laura, otra vecina de la zona, oyó "un estruendo muy fuerte" y vio "mucho humo". "Estábamos muy nerviosos porque nunca había pasado algo así en Mallorca y ésta es una zona turística", aseguraba. "Han estado hasta hace poco las carreteras de entrada y salida cortadas en Palmanova". A pesar del atentado terrorista, comentaba Laura, "la gente ha seguido en la playa, después del atentado he estado por allí y hay muchos turistas tomando el sol y bañándose; la mayoría no tiene ni idea de lo que ha pasado, porque son extranjeros".
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