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200 años de Constituciones

Antes de la actual Carta Magna, España ha tenido otras seis constituciones en vigor desde que el 19 de marzo de 1812 se promulgara 'La Pepa'. ¿Cuál ha sido la más larga?¿Y la que más tiempo ha estado en vigor? ELPAÍS.com te ofrece un breve recorrido por la historia constitucional española

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El 19 de marzo de 1812 se promulgó la primera constitución de España. En plena invasión francesa, ‘La Pepa’, como fue conocida popularmente al coincidir su promulgación con el día de San José, proclamaba la soberanía nacional; establecía la “Monarquía moderada hereditaria” como forma de gobierno; otorgaba el poder legislativo a las Cortes unicamerales; y prohibía cualquier religión que no fuera la católica en todo su ámbito de aplicación, que incluía los territorios de ultramar pese a que en América ya se habían iniciado varias guerras de independencia. La primera constitución de la Historia de España es también la más larga con 384 artículos, 69 de los cuales se dedicaron a regular el complejo sistema de elección de los diputados en Cortes. Fernando VII la derogó a su retorno en 1814, aunque luego volvió a estar vigente durante el trienio liberal (1820-1823).

Constitución de 1837

Como consecuencia del Motín de las Granja de San Ildefonso, el 12 de agosto de 1836, la regente María Cristina se vio obligada a derogar el estatuto Real de 1834 y a reinstaurar la Constitución del 12. Pese a ser un triunfo para ellos, los progresistas prefirieron elaborar un nuevo texto con carácter conciliador. Así, el 18 de junio de 1837, entró en vigor la segunda Constitución de la historia de España. La nueva carta magna otorgaba mayores poderes que la anterior al Rey y establecía un sistema bicameral en las Cortes, que se componían de Congreso y Senado. En sus 77 artículos (más dos adicionales) detallaba un conjunto de derechos individuales y aunque señalaba la religión católica como oficial, no prohibía otras de manera expresa. La Constitución de 1837 no se olvidaba de señalar a Isabel II como legítima heredera de la Corona y situaba la mayoría de edad para que la monarca pudiera reinar (entonces tenía 7 años) en los 14 años.

Constitución de 1845

Finalmente Isabel II asumió el trono con 13 años, puesto que los moderados lo consideraron lo más conveniente cuando acabaron con la regencia de Espartero y la familia real volvió del exilio. Aunque la Reina juró la Constitución del 37, rápidamente se inició el proceso para elaborar una nuevo texto que en realidad no era sino una reforma del anterior. Así, la Constitución de 1845 calcaba muchos artículos de su precursora y corregía otros para adaptarlos al ideario de los moderados. Tenía 80 artículos.

La Constitución 'non nata' (1856)

El nombre con que ha pasado a la Historia no puede ser más revelador. Y es que la Constitución de 1856 se aprobó en Cortes pero nunca llegó a promulgarse. La brevedad del Bienio Progresista (1854-56) impidió que este texto, que otorgaba cierta libertad religiosa, ampliaba el número de electores y recuperaba el concepto de soberanía nacional en el primero de sus más de 90 artículos.

Constitución de 1869

Finalmente fue esta Carta Magna la que sustituyó a la del 45. Fruto del Sexenio Revolucionario (1868-1874), se la ha señalado como la primera Constitución democrática de la historia de España ya que, un año después, se completó con una ley electoral que estableció el sufragio universal masculino. En sus 112 artículos se concedía libertad religiosa y se permitía a cualquier ciudadano español presentarse como diputado.

Constitución de 1876

Es el texto que dio contenido político al nuevo régimen: la Restauración. La Constitución de 1876 es también la que ha tenido una vida más larga, ya que estuvo vigente hasta 1923 y consolidaba algunos derechos adquiridos con el texto anterior como la libertad religiosa (aunque, en esta ocasión, se prohibían los cultos públicos de cualquier religión que no fuera la católica). En sus 90 artículos no hacía alusión a la soberanía nacional y señalaba a Alfonso XII como Rey legítimo de España.

Constitución de 1931

En diciembre de 1931, ocho meses después de la proclamación de la Segunda República, se promulgó un nuevo texto constitucional. Tenía 125 artículos y dos disposiciones transitorias. En los siete artículos de su título preliminar dejaba claro el carácter rupturista del nuevo régimen al definirlo como una “República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”, al describir la nueva bandera y al rechazar la oficialidad de cualquier religión. Además, citaba el Sufragio Universal (que se hizo real con una ley posterior de 1933). Se mantuvo vigente hasta la derrota de la República en la Guerra Civil.

Constitución de 1978

Con 30 años de vida es la segunda demás larga vida y también la segunda en extensión con 169 artículos, ordenados en diez títulos, además de 15 disposiciones. Define España en su primer artículo como un “Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” además de proclamar la soberanía nacional y establecer la Monarquía constitucional como forma de Estado. Hace alusión al sufragio universal y señala la aconfesionalidad del Estado, aunque hace alusión a las “relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Se votó en Cortes el 31 de octubre de 1878 y fue ratificada en referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre.

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