María Adámuz estrena 'La Bella y la Bestia' en la calle

A las siete de la tarde el teatro Coliseum de Madrid, en el que se representa La Bella y la Bestia, es un hervidero. Las pruebas de sonido, el pase para comprobar que cada pequeño engranaje esté en su sitio. Las carreras en peluquería para dejar perfectas las más de 20 pelucas que se usan en la función para cada uno de los actores. El musical se estrenó el pasado octubre, sólo para unos meses. Sin embargo, el público se ha encargado de dejar claro, casi un año después, que le sabía a poco. El patio de butacas continúa lleno cada tarde de padres con sus niños, parejas, abuelos... todo tipo de personas que quieren ver el cuento de hadas llevado al escenario.

Para esta nueva temporada que comienza cambian de protagonista. La malagueña María Adámuz sustituye a Julia Möller, que representó el papel hasta finales de septiembre. Todos los que quieran podrán animarse a verla, junto con sus compañeros, mañana a las ocho de la tarde en la plaza de Oriente madrileña representando en la calle algunos de los números más conocidos del musical. "Estamos muy ilusionados", afirma, "porque todos los que quieran podrán venir a vernos".

La suya es una Bella "menos clásica" que la de la actriz alemana, según Pablo Puyol (que en la obra interpreta al engreído Gastón). No en vano, Adámuz se estrenó en los musicales con el papel de Scaramouche, la protagonista de We will rock you, cantando canciones de Queen. Entró para hacer de chica de coro, pero a las dos semanas le comunicaron que debía hacer de cover de la protagonista, es decir, sustituirla en algunas funciones. Más tarde se iría de gira por toda España cantando temas tan conocidos como Who wants to live forever o I want to break free (aunque traducidos al castellano). Ahora ha tenido sólo ocho días para prepararse para un papel que en Brodway han interpretado estrellas de la talla de Tony Braxton, para la que incluyeron el tema Un cambio en mí, que ahora se puede escuchar en la Gran Vía.

Adámuz se muestra ilusionada con este nuevo proyecto y con sus nuevos fans. Los niños llenan cada tarde el teatro. "Son geniales", comenta, "aunque no se acaban de creer que yo sea Bella porque no salgo del teatro con el traje. Otros, en cambio, me regalan cosas. Ayer una niña no quiso irse hasta que no me regaló una pulserita". Ya con Grease había tenido alguna experiencia con el público infantil. "Iban muchos niños", afirma, "y pasaba lo mismo que aquí, los padres las vestían como los personajes de la función. Allí iban de Sandy y aquí vienen de Bella".

Por suerte para ella, su vestuario es el más cómodo de la función. Aunque si para otros actores los principales problemas son los de movilidad, para ella es el peso. Tenía muchas ganas de ponerse el traje dorado, con el que baila el vals de la obra, y cuando lo hizo se llevó una sorpresa. "Pesa muchísimo", dice entre risas. Además, añade que con el corsé es complicado respirar, aunque por suerte en ese momento ella no tiene que cantar. "Sin embargo, te ayuda a estar colocada porque en ese momento todo tiene que ser muy etéreo". Muy princesa. La princesa de un cuento de hadas.

Una nueva Bella para la Bestia