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AENA expedienta a la subcontrata que no asistió a una discapacitada

La mujer y su madre viajaban desde Buenos Aires a Granada, con escala en Barajas

Alicia Kier y su hija Patricia Martínez perdieron ayer su vuelo en Barajas de Iberia a Granada, sufrieron un timo de 100 euros y tuvieron que acabar haciendo el trayecto Madrid-Granada en autobús. Lo que podría haberse evitado si la mujer, de 75 años, y su hija, de 45 y discapacitada intelectual hubiera recibido la asistencia para personas de movilidad reducida que pidieron a AENA, la empresa pública gestora del aeropuerto de Barajas. AENA ha abierto hoy expediente a la unión temporal de empresas, de Iberia-Eulen, que se encargan de dar este servicio.

"Iberia-Eulen se hará cargo de los gastos ocasionados por la no asistencia en el día de ayer a una persona procedente de un vuelo de Buenos Aires", dice el comunicado enviado por AENA. Sobre esta medida, el hijo de Alicia, Fabián, residente en Granada, ha dicho que no quieren ninguna indemnización: "Nosotros no queremos dinero. Lo único que pedimos es que cuando la gente llame para pedir algún tipo de ayuda, se les atienda correctamente". Por el momento, AENA aún no ha conseguido ponerse en contacto con la familia para comunicarles la apertura del expediente, a pesar de sus reiterados intentos.

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Desde el 22 de julio, a instancias de una normativa europea, son los aeropuertos los encargados de acompañar a las personas con movilidad reducida. Hasta ese momento la responsabilidad recaía en las líneas operadoras, que siguen encargándose del acompañamiento a niños. En el caso de Barajas el servicio está subcontratado.

Las dos mujeres argentinas volaban desde Buenos Aires a Granada, haciendo escala en Madrid. Para que no tuviera ningún problema, Fabián pidió el servicio de asistencia a AENA y recibió la confirmación del mismo. Pero ayer nadie acudió al avión, operado por Air Comet, a su llegada a Madrid, a las 07.30. Cuando las mujeres se encontraron delante del mostrador de Iberia, no supieron gestionar el pago de exceso de equipaje y acabaron perdiendo el vuelo. Un hombre que se identificó como médico se ofreció a acompañarlas hasta la estación de autobuses de Méndez Álvaro. Una vez allí les timó 100 euros, según explicó Alicia. A la 21.20, madre e hija llegaron finalmente a Granada, donde se mudan a vivir con Fabián.

Patricia Martínez, a su llegada a Granada. Detrás, su madre se abraza con un familiar.
Patricia Martínez, a su llegada a Granada. Detrás, su madre se abraza con un familiar.ANTONIO G. OLMEDO

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