Los regantes del Ebro prefieren ahorrar agua a venderla a Cataluña
"Mucho tendrían que cambiar las cosas para que entráramos en un mercadeo del agua", asegura el presidente de la federación
Los regantes de la cuenca del Ebro se han comprometido hoy, tras reiterar su rechazo a la venta de derechos, a buscar fórmulas para ahorrar agua con el objetivo de que no haya detrimento del caudal en el periodo en que funcione la prolongación hasta Barcelona del minitravase de Tarragona.
Así lo ha anunciado el presidente de la Federación de Regantes de la Cuenca del Ebro, César Trillo, quien ha descartado la posibilidad de que haya cesión o venta de derechos de agua. Además, ha explicado que este acuerdo voluntario de los regantes, deberá ser ratificado en una asamblea que se convocará en segunda semana de mayo.
El secretario de Estado de Medio Rural, Josep Puxeu, ha declarado que este acuerdo permitirá hacer frente a la "gravísima" situación que sufre el área metropolitana de Barcelona sin restar "ni un litro más" a la concesión del Consorcio de Aguas de Tarragona, que gestiona el ministrasvase.
Esta tarde se han reunido representantes del Gobierno, de la Generalitat catalana, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y los regantes en la sede en Zaragoza del organismo que regula los recursos hídricos de la cuenca.
"Totalmente contrarios"
"No va a haber compra de derechos, o por lo menos venta de esos derechos, y por ese camino no vamos a llegar a ninguna parte porque los regantes del Ebro somos totalmente contrarios a esta posibilidad", había destacado Trillo en unas declaraciones horas antes. Indicó además que la venta de derechos no se compagina con las ejecución de las obras de regulación pendientes que reivindican desde años atrás los regantes.
El responsable de los regantes del Ebro ha advertido: "Nosotros estamos utilizando un bien público para producir alimentos, y jamás vamos a querer disponer de este bien para obtener una rentabilidad económica rápida en euros mediante la puesta de precio al metro cúbico de agua". "En este momento -ha continuado-, y a medio plazo, creo que mucho tendrían que cambiar las cosas para que los regantes del Ebro entraran en lo que la sociedad puede llamar, con todo derecho, un mercadeo del agua".
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