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Colas de hasta tres horas para ver el Prado

Tercero de los cinco días gratis

El puente de Todos los Santos ha animado a madrileños y a turistas a acercarse al Museo del Prado para visitar la ampliación de la pinacoteca durante sus jornadas de puertas abiertas, pero han tenido que esperar colas de hasta tres horas. Unas colas que hoy, tercero de los cinco días de entrada gratis del museo -ayer lo visitaron 20.000 personas-, se formaron antes de que el Prado abriera sus puertas a las nueve de la mañana.

A mediodía se tardaba casi hora y media en entrar al museo por el acceso de Los Jerónimos, ante el que se había formado una cola que se encontraba con la de la puerta de Velázquez, donde la espera era aún peor, de entre dos y tres horas. Afortunadamente, músicos de calle y artistas anónimos que vendían sus pinturas enfrente de donde están expuestas las de Goya, Velázquez y El Greco distraían a los visitantes en una soleada tarde de otoño.

Muy pocos visitantes se percataron de que el Prado había habilitado hoy la puerta de Murillo para ampliar los accesos al museo y que la espera era allí muy corta. Entre los muchos que no se enteraron estaba Estela, estudiante madrileña de 18 años, que acudió al museo motivada por una asignatura de Historia del Arte y, claro, por la entrada gratuita.

El truco está en Murillo

Tuvo que aguardar una hora hasta entrar con sus amigas María José, 18, Silvia, 17, y Patricia, 12. El mismo tiempo tuvieron que invertir Fernando y Idaia, ambos de 38 años, para poder conocer al fin la colección de pintura española del siglo XIX que llevaba una década sin exhibirse. Hoy tenían una de las últimas oportunidades de verla antes del fin del puente y de regresar a Francia, en donde viven. A la hora de la comida se redujo el movimiento de visitantes, y las zaragozanas Concha, de 75 años, y Laura, 54, madre y hija, fijaron en media hora su límite de espera, aunque sabían que podrían tardar más, dado que eran las últimas de la cola. Pero ya tenían "un plan B": "Ir a comer y pasar al Thyssen".

Ambas tenían detrás de ellas, en cuestión de cinco minutos, otras 30 personas en la fila de Los Jerónimos. La situación en el acceso de Velázquez era peor: una de las colas cruzaba con la de Los Jerónimos y la otra iba hasta el Jardín Botánico. Ahí esperaba, al final de la fila, la madrileña Cristina, de 30 años, quien soportaría, según ella, hasta una hora en pie con su marido y dos niños para entrar, pues tenía "tiempo libre" y la hija mayor, de seis años, tenía "muchas ganas" de ver la obra de Sorolla, que figura entre los maestros representados en la muestra del XIX.

Lo que pocos sabían es que el acceso por la puerta de Murillo, generalmente destinada a la entrada de grupos, también estaba abierta al público en general dada la cantidad de visitantes. Por ahí pasaron las amigas Mari Carmen, de 71 años, Mari Paz, 70 y la estudiante estadounidense Joann, de 40, quien dijo que las largas colas "demuestran que en España se aprecia el arte". Las tres visitantes accedieron al museo tras una espera de menos de cinco minutos. El truco está en Murillo. Por la tarde continuaron las colas para entrar en la pinacoteca, aunque había que esperar menos. Así, Marta, de 38 años, entró por la puerta de Los Jerónimos a las 18.15 tras guardar fila 45 minutos.

Colas en el Museo del Prado.
Colas en el Museo del Prado.BERNARDO PÉREZ

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