La nueva fachada de Madrid

El Mercado de Frutas y Verduras de Arganzuela, en desuso desde los años 70, va a volver a la vida pero con una función muy distinta. Proyectado en 1931 por el entonces arquitecto municipal Francisco Javier Ferrero Llusiá, es el mejor ejemplo del racionalismo madrileño y el primer gran edificio para el que se empleó el hormigón armado en la capital. El Ayuntamiento quiero someterlo a una profunda reforma, en la que se suprimirá su sombrero de metal y su fachada, pero que respetará su esencia: el esqueleto industrial. Albergará el Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda y un rascacielos de 30 plantas, y esperan que se convierta en un icono de la nueva fachada de Madrid.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha visitado hoy estas instalaciones para explicar el proyecto, que va a suponer una inversión de 61,1 millones de euros y para el que ha sido necesario modificar el Plan General.

El proyecto incluye dos actuaciones en el mercado -un triángulo que ocupa unos 29.000 metros cuadrados-: la conversión de las naves del Mercado en sede del Área de Gobierno de Urbanismo, y la construcción de un edificio singular en la zona más próxima a la plaza de Legazpi. Para ello, se segregará uno de sus vértices -una parcela de 4.510 metros cuadrados-, que se dedicará a zonas verdes, un edificio para equipamiento público, un rascacielos de 30 plantas -posiblemente un hotel- y una superficie comercial.

Beneficios para el ciudadano

El edificio singular, que será construido por iniciativa privada, será uso terciario con una edificabilidad máxima de 29.956 metros cuadrados. El resto, una parcela de 24.517 metros cuadrados con un gran patio de casi 7.000, será el departamento de Urbanismo, en el que actualmente trabajan 800 personas repartidas en varios edificios.

"Pondremos fin así a la dispersión de las dependencias técnicas y administrativas del Área de Urbanismo y Vivienda, hoy ubicadas en edificios que no permiten atender al ciudadano con el nivel de calidad necesario", ha indicado Gallardón al respecto. Para diseñar el proyecto, el Ayuntamiento convoca un concurso de ideas, cuyo fallo se conocerá en febrero. Aunque su posterior ejecución sea independiente, el concurso es para las dos actuaciones, ya que el Ayuntamiento cree que requieren una solución arquitectónica conjunta.

La actuación comprenderá también la reordenación de la calle Maestro Arbós para incluir una mediana y un carril bici hasta el río y la calle Vado de Santa Catalina. Además, contempla un aparcamiento subterráneo de 1.500 plazas.