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Condenado a 21 años el hombre que acribilló a otro por atropellar levemente a su hija

La Audiencia de Sevilla condena también a la esposa a 15 años como cooperadora necesaria

La Audiencia de Sevilla ha condenado a 21 años de cárcel al hombre que mató a un celador después de que éste hubiera atropellado levemente a su hija, que sólo sufrió daños leves. La esposa del agresor y madre de la niña ha sido condenada a 15 años como cooperadora necesaria del crimen. Tras el atropello, el condenado la emprendió a tiros con el celador antes de que pudiera bajar del coche, vaciándole un cargador de su pistola. La mujer abrió la puerta del coche donde yacía la víctima para que su marido pudiese más fácilmente disparar un segundo cargador.

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Según ha informado el abogado de los acusados, Francisco Javier del Rey, la sentencia impone a Ricardo S.A. 20 años de cárcel por un delito de asesinato y un año por tenencia ilícita de armas. A su esposa María Luisa C.J. le corresponde una pena de 15 años de cárcel como cooperadora necesaria.

Los hechos se remontan a l 8 de enero de 2006, cuando Gaspar García se dirigía a su trabajo de celador en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Al pasar frente a un albergue, una niña de siete años cruzó la calle y Gaspar no pudo frenar a tiempo, atropellando levemente a la pequeña, que sufrió heridas leves. El padre de la chiquilla, de etnia gitana, presenció el accidente y "con absoluta sangre fría, sin preocuparse por el estado de su hija y sin mediar palabra", según el fiscal, disparó once veces contra Gaspar, "con la única intención de quitar la vida" al conductor del coche, como finalmente ocurrió.

Según los hechos declarados probados por el jurado que enjuició el caso, tras una primera ráfaga de disparos, la acusada abrió la puerta del coche de la víctima y desprendió los cristales para facilitar que su esposo vaciase un segundo cargador. Así lo declaró uno de los testigos del atropello, que declaró, como el resto, por videoconferencia para preservar su identidad ante posibles venganzas.

Finalmente, el juez no ha tenido en cuenta los atenuantes alegados por su abogado, que sostiene que el condenado padece una "patología psicológica grave" desde pequeño, derivada de que presenció el atropello mortal de un hermano suyo.

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